Conciliación nula

El Barça sería campeón en caso de paro porque, según Tebas, las jornadas de huelga no se recuperarán

Luis Rubiales

Luis Rubiales / periodico

CARLOS F. MARCOTE / MADRID

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Ninguna de las partes esperaba otra cosa. La conciliación quedó solo en el nombre del acto formal celebrado reglamentariamente en el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA) y la huelga convocada por la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), así como la suspensión de todas las competiciones en todas las categorías a partir del sábado próximo por parte de la Federación Española de Fútbol (RFEF) siguen en marcha.

Todo queda ahora a expensas de la decisión que tome este miércoles la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional, que ha convocado a las 10.30 a los representantes del sindicato y la patronal para dictaminar sobre la denuncia presentada por la Liga de Fútbol Profesional (LFP) en la que pide la suspensión con medidas cautelares del paro convocado por la AFE para el fin de semana próximo y el martes, miércoles y jueves de la semana que viene, en que está prevista la disputa de la 39º jornada de Segunda.

Huelga ilegal

En el caso de que la Audiencia Nacional dé la razón a la Liga, que insiste en que se trata de un huelga ilegal de carácter político porque va en contra de un decreto gubernamental, será necesario además que el Consejo Superior de Deportes (CSD) determine la nulidad de los acuerdos de la federación del pasado 6 de mayo, en los que decidió la suspensión de todas las competiciones en todas las categorías con carácter indefinido. Una cosa sin la otra no garantiza que vaya a haber fútbol este fin de semana.

La otra vía para que las partes implicadas pudieran encaminarse hacia una posibilidad de entendimiento quedó este martes cerrada al adelantar el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, que el real decreto-ley regulador de la venta centralizada de los derechos audiovisuales no será tramitado como proyecto de ley. Si el Parlamento, que convalida este miércoles la nueva normativa, optara por esa solución el decreto podría ser objeto de modificaciones vía enmiendas para recoger las principales aspiraciones de la AFE: un porcentaje directo como mínimo del 1% del dinero de los derechos audiovisuales, garantías salariales en el caso de impagos y que el porcentaje de 90% a 10% para Primera y Segunda pase a ser de 80% a 20%.

«Igual tenemos que ir de rodillas de Madrid a Las Rozas para pedir las cosas», dijo el presidente de la Liga, Javier Tebas, tras el acto de conciliación, en el que, como también estaba previsto, no estuvo el presidente de la RFEF, Ángel María Villar, que se limitó a enviar un abogado. «Debería haber venido alguien con más nivel y capacidad de decisión. Es muy triste. Demuestra que vive en su castillo y en una época feudal, y lo que no le conviene no lo hace», añadió el presidente de la patronal, que confía en que la Audiencia Nacional le de la razón pero no descarta que las jornadas afectadas por la huelga no se puedan recuperar y el campeonato en Primera quede como está por arriba y por abajo: «El derecho de huelga amortiza la jornada en que se para y, por tanto, no se recuperaría. Por un lado, la federación hace un cierre patronal y por otro se pide una huelga. Así, los que quieran jugar no podrán hacerlo. Es un fraude».

Diálogo y garantías

El presidente de la AFE, por su parte, insistió en que el sindicato sigue abierto al diálogo. «Estas cuestiones se tienen que arreglar hablando. Ya lo dijo la vicepresidenta, que se pongan de acuerdo los del fútbol y la Administración nos tendrá que ayudar después», afirmó Rubiales, que confirmó que la huelga no afecta de momento a la última jornada de Liga en Primera ni a la final de la Copa del Rey.

«La AFE ha planteado acuerdos y que sean implantados por el Gobierno, pero la Liga no quiere negociar. Están en otra dirección», añadió. Tebas explicó que habían ofrecido tres nuevas medidas, pero a negociar solo en el ámbito del convenio colectivo: garantías a los futbolistas sobre sus sueldos mensuales, un fondo mutual como ayuda a la pensión de los jugadores de Primera, Segunda y Segunda B y más dinero para la Segunda B y el futbol femenino.