la distinción

Don Federico, el mejor de la historia

Bahamontes saluda a François Hollande ante Raymond Poulidor.

Bahamontes saluda a François Hollande ante Raymond Poulidor.

SERGI LÓPEZ-EGEA

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Cuenta la leyenda que el 18 de julio de 1959 (escogió un día por aquel entonces festivo, recuerdo triste para muchos) se sirvió paella en la Embajada de España en París. También se recuerdan grandes colas para recibirlo en Madrid. Y mejor no preguntárselo a don Federico, porque pueden pasar horas y horas recordando que hace 54 años Bahamontes, la eternaÁguila de Toledo, se convirtió en el primer corredor español que se impuso en el Tour.

Y ayer, en Bagnères de Bigorre -«donde gané dos veces»-paseaba toda su felicidad, rodeado por el protocolo del Tour. Le enviaron un billete de avión, voló a Toulouse desde Madrid, comió un poco junto a nerviosos periodistas, pendientes de una etapa extraordinaria, y estrechó la mano del presidente de la República, François Hollande, que no quiso perderse la segunda etapa en los Pirineos, especial, también, porque recorrió territorios dañados por las inundaciones de junio (los corredores entregaron los premios de la jornada a los damnificados).

Pues bien, Federico Martín Bahamontes viajó al Tour porque un jurado oficial, patrocinado por la propia carrera, bajo la supervisión del magazine deL'Equipe(el diario pertenece al grupo ASO que organiza la prueba) lo eligió como el mejor escalador en 100 ediciones del Tour y 110 años de carrera.

Territorio conocido

Mañana cumplirá 85 años y para recoger la distinción se acercó a sus Pirineos, los que dominó entre la segunda mitad de la década de los 50 y la primera de los 60. Bahamontes,«escalador y barcelonista», tal como se definió, se sintió orgulloso de que nadie, ni en años precedentes ni posteriores a su época, le arrebatase tal honor. Habló maravillas de Quintana, mostró su fe por Contador, festejó el gran momento de forma de Valverde y comparó a Froome con Bobet. Pero, sobre todo, volvió a sentirse protagonista de una carrera que lo convirtió en un mito.