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La décima son los padres

EMILIO PÉREZ DE ROZAS

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Malo cuando la cosa pasa a ser un asunto de huevos. Ya ni les cuento si el tema es tener más huevos, no que tus rivales, sino que alguno de tus compañeros. Y, por lo visto en el Bernabéu, nadie parece tener más huevos queSergio Ramos, capaz de estrellar una Copa (del Rey) desde el ático de un autobús, destrozarla contra la Castellana y, pocos meses después, enviar la mismísima Copa de Europa al espacio sideral, donde la bloca un astronauta. Hay hasta algún listillo que anuncia en Twitter el sorteo del balón, que acabó en el balcón de su casa.

No hay humor ni sarcasmo que pueda recuperar el ánimo culé y, mucho menos, el merengue. Porque, visto lo visto y analizados los dos fracasos, lo siento pero el del Madrid es más duro de tragar, gane o no la Liga, que está por ver. Porque, como dice mi vecino, el cambio de ciclo les ha durado cuatro días, que no está mal, sobre todo teniendo en cuenta que el del Barça ha durado (y dura) más de cuatro años. En realidad, la décima son los padres.

No hace falta ser muy listo, ni siquieraFlorentino PérezoJose Mourinho, para darse cuenta de que la oportunidad perdida era única. Cuatro días después de sentenciar la Liga (perdón, que les quedan aún seis puntos), tenían la oportunidad de lograr, con un sencillo 1-0 (sobre todo para quien ha ganado todos sus partidos en el Bernabéu por paliza), la mayor recompensa de su historia. A saber: Copa de Europa (se iba a enfrentar a un Chelsea podado por el Barça), un doblete histórico (incluso para la casa blanca),Cristiano Ronaldole hubiera arrebatado el Balón de Oro aLeo Messi, en agosto hubieran disputado las dos Supercopas mientras el Barça se aburría y, en diciembre, hubiésemos vivido el éxtasis mediático con el viaje a Japón para coronarse rey del mundo.

Pero lo peor de todo es que ha sido la mezquindad, el miedo, la renuncia a jugar, lo que ha impedido a este gran Madrid ser imperial e iniciar el cambio de ciclo que tanto pregonan en la capital. Todos saben que el Madrid fue peor en Múnich, y en el Bernabéu, que el Bayern. Mientras que el Barça fue mejor, mucho mejor, en Stamford Bridge y el Camp Nou que el Chelsea. Incluso en la muerte, el Barça también fue más digno.