EL ANÁLISIS DE JOHAN CRUYFF

El Barça continúa lejos del Madrid

Iniesta intenta batir a Casillas, tras sortear a Coentrao, en el partido del sábado en Madrid.

Iniesta intenta batir a Casillas, tras sortear a Coentrao, en el partido del sábado en Madrid.

JOHAN CRUYFF

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Recuerdo los comentarios después de la derrota en Getafe. No todos pero sí algunos. Recuerdo que me preguntaron si el Barça se había acabado. O mejor dicho, si el dominio del Barça en la Liga se había terminado. No dejaba de ser curiosa la pregunta. Básicamente porque cuando un equipo depende solo de sus resultados para ganar un título, digamos que no ha entrado ni tan siquiera en zona de peligro.

El único síntoma claro en este primer tercio del campeonato era que el Barça, lejos del Camp Nou, no andaba sobrado. Que el juego no era tan fluido. Y que no todas las combinaciones de jugadores ofrecían la misma solidez. Pero incluso sumando todo esto era absurdo pensar que el dominio del Barça estaba tambaleándose. Hasta el sábado, y mirando al otro lado, también había otra certeza: el Madrid había mejorado mucho comparándolo al del año pasado. Mucho más solvente en todo. Y con una pegada tremenda. Quizá, en el fútbol actual, los que lo hacen mejor eso de fulminarte en un visto y no visto. De tal manera que el resultado no podía ser otro, hasta ahora, que haber sumado muchísimos puntos y marcar muchísimos goles.

Pero las dos evidencias, la del Real Madrid y la del Barça, la muy buena de los blancos y la menos buena de los azulgranas, no sirven de nada cuando se encuentran. En el enfrentamiento directo no hay maquillaje posible. El que consigue ser más él, el que logra exponer más su fútbol, es el que gana. Para mí, el Barça jugó más tiempo menos bien que bien. Falló muchísimos más pases de lo que es habitual. Hasta el punto de que brindó la oportunidad al Madrid de aumentar su ventaja en el marcador y tener que jugar un partido aun más complicado.

El campeón, por encima

Pero con todo, el Barça fue más minutos el Barça de lo que el Madrid lo había sido hasta este partido. No quiero decir que ganó el menos malo, entre otras cosas porque cuando juegan los dos mejores no hay malos. Quiero decir que el Barça se acabó imponiendo y además de manera clara porque fue capaz de jugar 20 o 25 minutos a su nivel. Y el Madrid lo máximo que consiguió es igualar a los azugranas en el primer tiempo en el apartado de fallos. Está claro que visto lo visto, el Barça está por encima del Madrid y lo está no solo por lo que hace sino por todas las dudas futbolísticas que le crea al equipo deMourinho.Si ahora que los blancos estaban fortísimos acabaron perdiendo claramente, es evidente que cara a los siguientes clásicos el técnico blanco tendrá que replantearse otra vez la fórmula para acabar con el dominio del Barça.

Es cierto que esta victoria es importante, pero no es menos cierto que el Madrid es tan aspirante al título como el Barça. Hoy el que gana todos los partidos (igual que antes del sábado), gana la Liga.

Sin embargo, sabemos que ninguno de los dos ganará todos los partidos y por lo tanto volvemos al día a día. Es decir, este campeonato no lo decidirá una victoria directa en el Camp Nou sino la capacidad de cometer el menor número de fallos posibles en otros partidos en los que ir al 100% es muy complicado. Encuentros en los que solo dos o tres jugadores vayan al 95% ya no los ganas.

Sé que lo que diré ahora es indemostrable, que es solo una sensación mía, pero creo que el gol a los 20 segundos ayudó muchísimo al Barça porque los jugadores tuvieron que mostrar toda su fortaleza yGuardiolavolvió a exhibir su capacidad para modificar sobre la marcha la estrategia. Jugar con tres atrás para mí no es ser muy valiente, arriesgado o temerario. Jugar con tres atrás busca por encima de todo tener la superioridad y control desde la posesión del balón y el posicionamiento de los jugadores. Es cierto que no se consiguió de inmediato, pero no es menos cierto que en ningún momento el Barça se sintió apretado por los blancos y, por lo tanto, pudo jugar con el tiempo hasta que llegó el momento de imponerse. Y puestos a pedir, al Barça le faltó en los últimos 15 minutos el plus de buscar más. De convertir una gran victoria en un resultado que resquebrajase al madridismo. Un 1-3 es espléndido, pero con cada gol de más que sumas a ese resultado el adjetivo de admiración aumenta proporcionalmente al dolor del rival. El Madrid sigue con su karma azulgrana, pero sabe, como dijoMourinho, que puntuando en Sevilla seguirá líder. Sabe que su Liga no es con el Barça sino con el resto de equipos. Por eso sigue siendo el peor de los adversarios.