la situación de los dos grandes

El clásico de las mejores delanteras

Villa afirma que la grandeza del Barça obliga a los azulgranas a salir a ganar en el Bernabéu «tanto si vamos encima como debajo del Madrid»

JOAN DOMÈNECH / ANTONIO MERINO
BARCELONA / MADRID

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el pulso por la Liga es el pulso de dos delanteras demoledoras. Por una vez, Barça y Madrid compiten por el título en voracidad goleadora. Al igual que sucede en la tabla, los blancos van por delante en el promedio realizador. La diferencia reside en la distinta efectividad fuera de casa, donde el Barça no acaba de encontrar (ocho goles en siete partidos) el rendimiento que atesora en casa. El equipo se ha dejado ya nueve puntos en sus visitas.

El partido ante el Rayo permitió al once de Guardiola batir un nuevo récord en partidos consecutivos imbatido. La marca de esta temporada es de 34 a 0; si se añaden los encuentros desde que Valdés encajó el último gol en la Liga (el 9 de abril), el registro asciende a 41-0.

«Cualquier equipo se siente más arropado en casa», dijo ayer David Villa, consciente de que el Barça debe enmendar su errática trayectoria como visitante. Solo dos victorias en seis partidos.

LA CABEZA DEL PICHICHI / La siguiente salida es el Bernabéu. El clásico enfrentará a las dos mejores delanteras. Cristiano Ronaldo, Higuaín y Benzema son tres de los cinco primeros en el Pichichi que lidera Leo Messi. Villa comparte el octavo lugar con Cesc y otros siete futbolistas. Con dos goles en los últimos cuatro partidos, el asturiano ha cerrado una mala racha. «No necesitaba una inyección de ánimo, porque noto el cariño de los aficionados desde el primer día», explicó Villa, que no se siente discutido pese a que sus promedios han empeorado.

«Me da igual lo que digan de mí. Trabajo para un club que me paga, para que el entrenador, los compañeros, la afición y mi familia estén contentos. Todos están encantados con mi labor y todo lo demás me preocupa muy poco», argumentó ayer, tras celebrar un gol ante el Rayo el aniversario del 5-0 al Madrid. Una de sus grandes y mejores noches, en los que aportó un doblete.

Villa asegura que no se enfada cada vez que uno de sus desmarques acaba en una carrera inútil. «Somos muchos por delante del balón y solo hay uno. Si no lo recibo, sé que estoy creando un espacio para un compañero», contó ayer, resistiéndose, todavía a hablar del clásico. El Barça, antes, debe superar al Levante, como el Madrid tiene que hacerlo al Sporting en Gijón.

RONALDO, TOCADO / «La grandeza de este club y la camiseta nos obligan a ganar cualquier partido. Iremos a Madrid con la misma idea si fuéramos arriba como si vamos debajo», aseguró.

La prudencia azulgrana contrasta con el optimismo del Madrid con la brecha de los seis puntos. Solo preocupa el estado físico de Cristiano, que aún no se ha entrenado por la fuerte contusión que sufrió en el debri madrileño. Carvalho, que estuvo un mes y medio de baja por una lumbalgia, sufre ahora un esguince del ligamento lateral interno de su rodilla derecha.

A diferencia de los últimos clásicos, Mourinho no quiere dar un paso en falso. Ahora ha ordenado a sus jugadores que no hablen una palabra del clásico. No lo hizo Xabi Alonso -«los tiempos futbolísticos son distintos de los periodísticos», adujo- ni lo hará hoy Casillas en la presentación de un libro. Es posible incluso que Mou no hable antes del Sporting y delegue en Karanka.