La Masia siempre eterna

Hasta la agencia de noticias británica Reuters se hacía eco ayer del cierre de La Masia, prueba de que la residencia de deportistas del Barça es ya una marca. Conocida fundamentalmente por ser el lugar de procedencia común de ocho de los once campeones de Europa, tricampeones de las últimas Ligas estatales y protagonistas destacados, también, del triunfo de España en el Mundial de Suráfrica. Representantes, a la vez, de un estilo de juego único, internacionalmente reconocido y reconocible y que la junta quiso escenificar con la exhibición de los 16 trofeos conquistados esta temporada por las secciones profesionales.

Pero ayer lo que se cerraba era un edificio. Viejo y antiguo, de 309 años, sólido como si estuviera recién construido.«Nos sobrevivirá a todos, estará 300 años más aquí»,evocó Guillermo Amor, convertido en el símbolo de la cantera azulgrana por haber sido, más que uno de sus primeros huéspedes, uno de lo que vivió una estancia más larga. Entró en 1980, con 12 años, y ascendió todos los escalones desde el alevín hasta el célebredream team.Amor, director técnico del fútbol formativo, habló con un nudo en la garganta del que fue su«hogar»en el incierto tránsito del niño que llega al Barça etiquetado de promesa. Porque por esa razón, precisamente, lo fichan.

Amor no es un caso único, sino uno de los 70 futbolistas que han llegado al primer equipo. Como Guardiola, como cualquiera de los 20 canteranos que han jugado con el Barça esta temporada, independientemente de la cantidad de noches que han dormido en sus literas. La Masia es Xavi, que nunca estuvo salvo para comer; es Thiago y es también Cesc, dos de los futuros compañeros del organizador.«No me gusta que les pongan la etiqueta de sucesores de nadie porque me la pusieron a mí como sustituto de Guardiola y no lo pasé bien»,dijo Xavi en Eivissa.

Tampoco lo pasó bien ayer Amor, forzado a evocar todas las experiencias adquiridas en su infancia, desde la seductora e imponente vista del Camp Nou hasta los rondos que se jugaban en el jardín.

El campo de entrenamiento enfrente de la casa ya ha desaparecido. Hoy es el terreno de juego de camiones y excavadoras que anuncian el nuevo uso de la masía, dos plantas construidas en 1702 que suman 600 metros cuadrados. Será la sede institucional del Barça. Donde han convivido 57 chavales deportistas se pasearán ahora ejecutivos y directivos para comer y cenar con fichajes e invitados. Donde se entrenaron Maradona y Messi se aparcarán los coches de los visitantes.

Otra fuga

La residencia se traslada a Sant Joan Despí. Tendrá 5.000 metros cuadrados, casi 10 veces más, y convivirán 80 jóvenes repartidos en tres plantas de las seis de las que consta el nuevo edificio. Será habitable a finales de julio, con todo el mobiliario nuevo.«Será un ejemplo mundial por el diseño, el espacio y las posibilidades que ofrece»,anunció el director de La Masia, aunque su mayor preocupación será conseguir«trasladar el ambiente familiar y el calor humano» de la casa clausurada ayer. Un acto al que también acudieron Josep Maria Bartomeu, que se felicitó de los 16 títulos alineados junto a la puerta principal, y Jordi Mestre, directivo del fútbol formativo, que recordó los 19 de los equipos base.

El día que cerraba las puertas la masía de can Planes, desde octubre de 1979 conocida como La Masia, la cerraba también Gael Etock, un joven delantero camerunés juvenil que ha fichado por el Chelsea. También se han fugado tres cadetes de la cantera azulgrana. La Masia nunca tuvo barrotes.