Las repercusiones de la derrota

Alves dice que habrá reacción en la Champions

"Aquí no se trata de marcar un gol y sumar 3 puntos, sino de ganar y disfrutar", proclama

JOAN DOMÈNECH / Barcelona

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En los días en los que toca digerir una derrota no hay mejor portavoz del vestuario que un espíritu optimista y combativo. Nadie mejor que un tipo tan intenso en el campo como jovial fuera de él para darle la justa dimensión a un resultado. «Tropezamos en un mal día de todos y no hay que darle más vueltas», dijo Dani Alves, que desde ayer ya anda esperando el momento de salir al campo para enfrentarse al Panathinaikos. «El fútbol siempre te da la oportunidad de levantarte», añadió, adelantando la inminante reacción del Barça. Solo serán tres días de purgatorio.

«Un mal día de todos» era la explicación genérica que se le ocurrió a Alves, aunque el 0-2 no fue producto del azar. «Siempre hay un porqué», admitió el defensa. Tras escuchar el análisis de Guardiola, los jugadores conocieron ese porqué.

FALTA DE FLUIDEZ / A la falta de fondo físico y de ritmo de media plantilla por la alocada pretemporada, se añadió el punto de ansiedad que sufrió el equipo al ver las dificultades que le oponía el Hércules. Las posesiones de balón, muy lentas al principio -«normalmente jugamos con más velocidad, nos faltó fluidez», admitió Eric Abidal-, fueron acortándose con el paso de los minutos. Y, sin balón, o compartiéndolo demasiado con el Hércules, el Barça empezó a sufrir. Pero ni Guardiola ni la plantilla se plantean, ni por casualidad, revisar los planteamientos tácticos o filosóficos que ha adoptado el Bar-

ça con este entrenador.

«Nunca», clamó Alves. «Tenemos una manera de hacer las cosas y cambiar sería un error», subrayó el defensa, que en la derrota quiso contraponer el modelo azulgrana al del Madrid. «Aqui no se trata de marcar un gol y sumar tres puntos, sino de jugar para ganar y disfrutar».

DESCANSO SIN CANSANCIO / Ni se ganó ni se disfrutó. Alves, además, ni jugó hasta la segunda mitad. Su amigo Adriano ocupó su puesto. Tal vez las prisas por debutar en la Champions tienen mucho que ver con su suplencia del sábado. Guardiola dio descanso a un Alves que el año pasado solo descansó por imperativo técnico en dos partidos. El primero, curiosamente, en la segunda jornada, como ante el Hércules. El segundo, en la décima. Solo las lesiones (dos) y las sanciones (dos) le retiraron del campo a la fuerza.

«El futbolista debe ser egoísta y yo, desgraciadamente o no, lo soy, pero siempre respetaré las decisiones del entrenador», confesó Alves. Ni le inquieta ir al banquillo con más frecuencia ni le preocupa que las derrotas sean más frecuentes esta temporada.

NO ES CÓMO EMPIEZA / «El año de más éxito del club empezó con muchas críticas», recordó el brasileño, aludiendo al 1-0 ante el Numancia y el 1-1 frente al Racing con que el Barça estrenó la temporada 2008-09. La del triplete. «Esto no es cómo empieza, sino cómo acaba», apuntó a modo de recordatorio. Y apuntó también que la ambición y la calidad de la plantilla no han menguado a pesar de los títulos acumulados.

Perder con el Hércules fue un paso atrás para que el equipo cogiera impulso, fue la reflexión del defensa, que se rebela ante la idea de convivir con la derrota. Tocaba digerir el disgusto ante el Hércules y Alves quiso pintar el futuro de colores.