Canastas en ayuno

Fhadi El Khatib es una estrella en el Líbano. Casi un héroe nacional. Y su popularidad se extiende más allá incluso que la de Rony Seikaly, un jugador nacido en Beirut, que hizo fortuna en la NBA, donde jugó 11 temporadas (su época más sobresaliente fue en los Miami Heat) y que después tuvo un paso fugaz por el Barcelona.

Frente a a Canadá, El Khalib anotó 31 puntos. Y ayer frente a Francia acabó con 12. Son marcas notables para este jugador de 30 años, pero nada especiales si no se fuera por la particularidad de que El Khatib es uno de los cinco musulmanes del equipo libanés que en este torneo está cumpliendo con el precepto musulmán del ayuno durante el mes del Ramadán, que coincide con este Mundial. De hecho, lo hará en 12 de los 14 días, con la única excepción de la fase final (dos cuartos de final, la semifinal y la final). Y los practicantes tienen la obligación de no ingerir alimentos ni bebidas ni practicar el sexto desde la salida hasta la puesta del sol.

Los otros cuatro jugadores de confesión musulmana del Líbano (Ali Mahmoud, Ali Kannan, Ghaleb Reda, y Ali Fakrdedine), un país donde la población cristiana ronda el 40%, cumplirán con la norma tras el Mundial. No así, El Khatib, a pesar de los consejos médicos.«Lo sigue por voluntad propia, ya está muy acostumbrado. Él dice que está bien y que no lo acusa, aunque lo lógico es que baje el rendimiento de los jugadores», explica el médico del equipo libanés Khalil Nassar.

Frescura física

En el partido frente a Canadá, por ejemplo, El Khatib no bebió agua hasta el tercer cuarto y solo al final del encuentro, con la puesta del sol, se repuso con fruta y se tomó un batido multivitamínico. Hassar le ha diseñado una dieta especial rica en carbohidratos, y en la que se incluyen también sopas y ensaladas.

En este Mundial, que se organiza por primera vez en un país de mayoría musulmana, hay otras cuatro selecciones al margen del Líbano de esta confesión: la propia Turquía, Irán, Túnez y Jordania. Pero los jugadores de Turquía han sido eximidos de cumplir con el precepto, igual que los de Irán y los de Túnez, que llevan dos meses largos concentrados para preparar el torneo y llegaron al acuerdo con el cuadro técnico de no cumplir el Ramadán para mantener la frescura física.