Suráfrica gana a Francia (2-1) pero se queda al borde de la hazaña

R. P.
JOHANNESBURGO

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Apoyada por la incansable afición surafricana y el mortífero ruido de la vuvuzelas, el equipo anfitrión soñó ayer durante muchos minutos con su clasificación para octavos. Al final derrotó a Francia (1-2), pero le faltaron tantos para deshacer a su favor el empate con México, que cayó ante Uruguay pero pasó a la siguiente ronda por mejor diferencia de goles. Los Bafana Bafana se convirtieron en el primer anfitrión que dice adiós al Mundial en la fase inicial.

Poco se le puede reprochar al equipo amarillo, que le puso el máximo empeño posible para protagonizar la gesta. Superó a Francia desde el primer minuto, aunque contó con la ayuda del colegiado. El clásico favor al anfitrión llegó en la última jornada. Khumalo se encargó de adelantar a los amarillos con una posible falta en el salto que acabó rematando con el hombro (m. 20).

EXPULSIÓN DE GOURCUFF / Cinco minutos después llegó otro regalo, con la roja directa a Gourcuff, que no llegó a agredir a Sibaya. Suráfrica ya había sido mejor que su rival en igualdad de condiciones, pero con el marcador a favor y un hombre más se lanzó al ataque en busca de una goleada que posibilitara la clasificación.

Mphela, un delantero incansable que acabará seguramente en algún club europeo, amplió la ventaja (m. 37). Uruguay ganaba a México y el milagro era posible. La selección numero 83 de la FIFA bailaba al subcampeón del mundo, aunque no tenía suficiente con eso. Mphela lo siguió intentando, pero no tuvo fortuna. Lloris (m. 42) evitó el tercero y el larguero repelió otro excelente disparo. Ahí murieron las posibilidades del anfitrión, que empezó a flojear mientras Francia intentaba salvar el honor, algo que no consiguió pese al gol del revulsivo Malouda.