UN VIAJE EXTRAORDINARIO

Busquets, de Badia a Durban

El azulgrana admite su impaciencia antes de debutar en el Mundial con España

MARCOS LÓPEZ

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Ha protagonizado un viaje extraordinario. No hace ni siquiera dos años cuando jugaba en Tercera División y ahora agota sus últimas horas antes de debutar con la selección española en un Mundial. Los límites de Sergio Busquets, el centrocampista del Barcelona, siguen sin conocerse. Pilar indiscutible en el Barça de las seis Copas de Pep Guardiola, se ha ganado, con su inteligencia futbolística, su clarividencia y, sobre todo, su carácter, la confianza de Vicente del Bosque.

Marcos Senna fue el guía de la España que conquistó la Eurocopa del 2008 cuando Busquets ni soñaba estar en Suráfrica a punto de disputar un Mundial. Las lesiones han alejado al pivote defensivo del Villarreal de la selección (no está siquiera entre los 23 convocados) y Busquets, con la astucia necesaria, se ha hecho imprescindible en una España que levanta la admiración de todos.

Con 21 años, el hijo de Carles Busquets, el portero azulgrana cuando Cruyff era entrenador, vive un sueño. "Es mi primer Mundial, es normal que las cosquillas te salgan en el estómago, sobre todo en el camino del hotel al campo", ha admitido Busquets, mientras Iker Casillas, el capitán de España, sonreía a su lado. Sonreía complacido porque inicia mañana su tercer Mundial y sabe lo que está viviendo Busquets, el pivote defensivo que ideó Guardiola para el Barça Atlètic cuando estaba en Tercera División y del que ahora se aprovecha Vicente del Bosque. "Una vez en el campo todo vuelve a la normalidad", ha reconocido el jugador barcelonista.