La familia blanquiazul, de luto

El Espanyol pierde al capitán

Dani Jarque, de 26 años, murió mientras dialogaba con su compañera durante la siesta

Dani Jarque, en la concentración del Espanyol en Italia.

Dani Jarque, en la concentración del Espanyol en Italia.

JUAN TERRATS
BARCELONA

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Dani Jarque (Sant Boi, 1983), el capitán del Espanyol, murió ayer en las instalaciones de Coverciano (Italia), el lugar de concentración elegido por el club blanquiazul, el centro donde habitualmente se aloja la selección italiana de fútbol. Jarque falleció como consecuencia de una asistolía. Jarque había sido nombrado, en julio pasado, por Mauricio Pochettino nuevo capitán perico en la estadía de Peralada en sustitución de Raúl Tamudo, máximo goleador de la historia del club. La expedición blanquiazul suspendió anoche la minigira por Italia --hoy debía jugar contra el Bolonia en Rimini- y hoy regresa a Barcelona, aunque la obligada autopsia al cadaver del capitán españolista retrasará su regreso.

Jarque se había entrenado fuerte durante toda la estancia en Italia. Era uno de los fijos para Pochettino, un defensa central técnico, muy técnico, y tranquilo, muy tranquilo. Un gran compañero para todo el grupo, que asesoraba a los más jóvenes y escuchaba siempre a los futbolistas más veteranos. El defensa había completado, sin ningún tipo de problemas, el entrenamiento de ayer en Coverciano. Solo pareció estar un poco griposo. Nada más. Su fallecimiento dejó a la plantilla blanquiazul destrozada y desconcertada.

El jugador, que compartía habitación con Coro, otro de los canteranos, comenzó a encontrarse mal mientras hablaba por teléfono, a la hora de la siesta, con Jessica, su compañera, embarazada de ocho meses. El defensa, en un momento de la conversación, le comentó a su novia que se encontraba mal, hasta el punto que dejó de hablar con ella. Jessica, evidentemente, se asustó y llamó aMágicoDíaz, su gran amigo y representante. FueMágicoquien contactó con la expedición blanquiazul para alertarles de la situación del jugador. Jarque estaba solo porque Coro, su compañero de habitación, se había ido a pasear un rato por la modélica instalación italiana. La alarma provocada porMágicono sirvió de nada, cuando los auxiliares entraron en la habitación no pudieron hacer nada, a pesar de que el doctor Cervera hizo uso del desfribilador.

PERFECTO ESTADO DE SALUD / «Jarque era un profesional, una persona que se cuidaba, unfutbolista 10, que nunca había tenido ningún problema físico. Dani estaba perfecto», señaló anoche desde el Montblanc Javier Pedrero, el expreparador físico del primer equipo y una de las personas culpables de que el jugador llegara y se consolidara en Primera División. «En estos momentos es como si hubiese perdido a un hijo. Jarque era un jugador, pero también mi amigo. Es muy difícil explicar con palabras lo que siento en estos momentos. Tengo un enorme sentimiento de tristeza», manifestó anoche Ramón Moya, actual entrenador del Sabadell y el técnico que le hizo debutar en el Espanyol un lejano ya mes de octubre del 2002 ante el Recre. Jarque sustituyó a Domoraus y jugó sus primeros nueve minutos en Primera.

De aquel día guardaba la camiseta y la agradable sensación de haber cumplido un sueño de niño: jugar en Primera. «Luego te das cuenta que lo importante no es llegar sino mantenerse. Debutar con el primer equipo no significa que vas a vivir del fútbol», recordaba Jarque, que también pasó por momentos de crisis y bajones morales.

Menos mal que se encontró en su camino a Bartolomé Márquez, el técnico que más le marcó, que le cuidó y le aconsejó desde los 13 años. Jarque, un central que siempre admiró a Fernando Hierro, tuvo un pie lejos del Espanyol cuando le iban a dar la baja en su etapa de cadete. Decían que no servía, que carecía de proyección. Márquez, en cambio, apostó por él y se lo quedó. Le recicló de pivote a central y se convirtió en otra de las joyas de la cantera perica. Estaba destinado a ser el mejor central de la Liga. Anoche, Márquez no podía hablar. Estaba hundido en Arenys de Mar, como todos los pericos que habían tenido relación con el central blanquiazul. «Dani era un hijo para mi. No me lo puedo creer. No puede ser que haya muerto. Lo entrené desde que tenía 13 años y jamás había tenido algún problema físico».

EL FÚTBOL, DE LUTO / La sensación de soledad que provocó en el fútbol español el fallecimiento de Jarque fue inmensa. «Estamos todos consternados, todos, y lo único que podemos hacer, nosotros y el fútbol en general, es mostrar nuestra solidaridad con la familia de Jarque y, también, con todos los pericos», declaró Raúl, capitán del Real Madrid, en una conferencia de prensa en Washington. Esa misma solidaridad la mostró Joan Laporta, Pep Guardiola y todo el Barça desde San Francisco. Y el Valencia y el Arsenal (2-0), que guardaron un minuto de silencio en el descanso de su amistoso. El Barça hoy, en EEU, lucirá brazaletes negros.