EL REGRESO DEL MAESTRO FORJADOR DE TALENTOS DE LA PENYA

El más listo de la clase

ROGER PASCUAL
BADALONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ocho meses después de sentarse por última vez en el banquillo del Olímpic, Aíto García Reneses regresó a la que fue su casa las cinco pasadas temporadas. El abigarrado coliseo se puso en pie para aplaudir al técnico del Unicaja. "Me parece extraño jugar aquí como visitante. He hecho un esfuerzo por no emocionarme, pero era inevitable", reconocía el exseleccionador español, al que Ricky Rubio, Sito Alonso y compañía estuvieron a punto de amargar su retorno.

"Me llevo muy buenas sensaciones. El aprecio que tengo recíproco con los jugadores, técnicos, directivos y afición es sensacional y muy emocionante --comentaba el preparador--. Me voy muy contento por el recuerdo imborrable que tenemos tanto yo como el resto del Joventut".

Ricky, una pesadilla

Aíto, tan activo como de costumbre, se desesperó al ver lo que hacía su alumno aventajado, ausente en el duelo de la primera vuelta en el Martín Carpena. El maestro miraba al techo del Olímpic, del que cuelgan la Copa ULEB y la Copa del Rey que conquistó el curso pasado, después de que aquel pillo al que hizo debutar con 14 años les robaba la cartera a Cook y Gomis. Ante la inoperancia de ambos y la lesión de Cabezas, incluso probó al ala-pívot Carlos Jiménez como base para frenar al tornado del Masnou, que sigue con problemas en la muñeca (3 de 10). Pero no había manera. Aíto sufrió por primera vez en sus carnes el daño que hacen las personales que le enseñó a buscar. "Con Ricky es muy fácil entenderse, aunque sea desde la distancia. No ha dado aún su máximo después de la lesión, pero ahora tiene que superar el momento de su éxito anterior", apuntaba el hombre que le dio la oportunidad de convertirse en el medallista más joven del baloncesto olímpico.

La intensidad defensiva que le inculcó a Ricky estuvo a punto de hundir a su nuevo equipo, hasta que los triples le salvaron. "Hemos estado un pelín más acertados que ellos, que hoy no han tenido su día en los lanzamientos", diagnosticaba el exentrenador badalonés que, pese a todo, aplaude el trabajo de un club al que reserva una parcela en su corazón. "Yo fui el primero en augurarle un buen futuro antes del principio de temporada. Pero la lesión de Ricky y jugadores que van y vienen, se lo ha puesto muy difícil. En función de cómo sean capaces de asumir ahora la nueva realidad, su futuro es bueno. Son admirables". El técnico vio cómo Sito Alonso, su compañero en el banquillo badalonés durante tres años, intentaba la revancha del pulso del Martín Carpena. "Algunas jugadas y variantes me han sorprendido, aunque no el estilo, que era un poco el que esperaba, com él el de nosotros", reconoció el más listo de la clase.