Un peculiar retrato del entrenador

Así era el Guardiola de Tercera

SERGI LÓPEZ-EGEA
BARCELONA

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Cinco técnicos del fútbol catalán que fueron rivales de Pep Guardiola la temporada pasada en Tercera División reviven anécdotas con el entrenador azulgrana y coinciden al asegurar que con el Barça B ya practicó los sistemas que hoy emplea en el primer equipo. Todos se ponen de acuerdo al afirmar que tomaba decisiones rápidas en función del contrincante. En Tercera nunca perdió las formas y se adaptó al difícil escenario de unos campos modestos alejados del glamur del Camp Nou.

Era fácil que existiera la duda. A veces, la persona que logra triunfar levanta celos. ¿Querrán hablar sus excompañeros en los banquillos de Tercera del flamante entrenador del Barça? ¿Y qué dirán? ¿Alguna rencilla? ¿Una deuda pendiente? Pep Guardiola estuvo una temporada en Tercera División. Su equipo, el Barça B, se proclamó campeón y ascendió. Su presencia en la categoría era y es aún tema de conversación. Pero lo cierto es que elvuelodel técnico azulgrana sobre el fútbol modesto dejó huella... y ni una mala palabra en boca de quienes fueron sus contrincantes.

"Yo le ganaba en experiencia en los banquillos y en edad. Y supo contrarrestarme en los dos partidos. Cada vez que trataba de hacer una cosa nueva, él se fijaba y variaba la táctica de inmediato". Ramon Maria Calderé, entrenador del Reus, también fue azulgrana e internacional como Guardiola."Tiene una gran cultura futbolística. En Tercera daba la impresión de que movía a los jugadores como piezas de ajedrez. Le quise jugar en rombo y lo vio . Tintín Márquez me dijo que le hizo igual en el derbi de Montjuïc. Se percató y en dos minutos cambió el sistema. ¡Contra el Reus hizo igual!"

Accesible al rival

Natxo González logró la temporada pasada la misma proeza que Guardiola. Ascendió al Sant Andreu a Segunda B y sigue en el banquillo. Como anécdota, no pudo enfrentarse a Guardiola puesto que el entonces técnico del B fue expulsado, en la ida y la vuelta, antes del duelo contra los cuatribarrados."Estaba yo sentado en el autobús del equipo. El partido ya se había acabado. Tenía la idea de que Guardiola era inaccesible. En eso, entró el delegado azulgrana y me dijo que Pep quería conocerme y saludarme. Regresé a los vestuarios y hablamos durante cinco minutos. Fue un detalle que le agradezco como persona".

A José Ángel Valero, entrenador del Europa, enseguida le llamó la atención la intensidad con la que Guardiola vivía los partidos."Los cambios de alineación que hace ahora con el primer equipo del Barça los vemos como algo normal quienes nos enfrentamos a él la temporada pasada, ya que nos hizo igual. Se forma un perfil de jugador para un partido y lo usa".

Valero tiene bien presente en su memoria la escena. El Barça B se había proclamado campeón y fue hacia el vestuario visitante a felicitar al técnico rival."No quise decir nada porque allí me encontré, en la intimidad, a Guardiola abrazado con Tito Vilanova. Yo, como entrenador, me di cuenta de la importancia de esa escena; era un abrazo efusivo, el reflejo por la tensión y el esfuerzo acumulado durante toda la temporada".

A Santi Palanca, que fue jugador del Espanyol y el Nàstic, no se le olvida tampoco la conversación que mantuvieron Pep y él en Vilanova."Me dijo: 'Santi, tú y yo somos los únicos que tenemos narices --bueno, dijo collons-- de jugar el 3-4-3 en la categoría'. A él le chocaba. Pero le gustaba este sistema. Luego hablamos de los carrileros, de centrales que deben sufrir y reunir condiciones para llegar. Nos hubiéramos pasado horas hablando de fútbol".

Martí Alavedra entrenó la temporada pasada al Igualada."El Barça B --cuenta-- era un buen equipo, pero no un conjunto grande de la categoría como para ascender a Segunda B. Pero fue progresando de la mano de Guardiola. Por ejemplo, alguna cosa debió ver en Sergio Busquets, puesto que cuando nos enfrentamos en la primera vuelta, ni siquiera era titular".

El estruendo de Igualada

En el campo del Igualada, al final del partido, hubo un poco de estruendo en la grada. Guardiola buscó rápidamente la ruta hacia el túnel del vestuario y ni se fijó en que Alavedra le tendía la mano."Fue personalmente a buscarme y a saludarme. Recuerdo que me dijo: 'Ni te vi, perdona, no era por tí, era por la gente que chillaba'. Yo puedo decir una cosa, por la experiencia que tengo en estas categorías: entrenar en Tercera es muy difícil. Guardiola se la jugó. De haberle ido mal, tenía mucho que perder".