LA NUEVA VIDA DEL EXPORTERO VALENCIANISTA

Silva, Hildebrand, Mijatovic e Iturralde, víctimas del debut de Cañizares como comentarista

Cañizares.

Cañizares.

ROGER PASCUAL
BARCELONA

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"Silva no entrena y Villa no defiende. Qué fenómeno. En media hora ya ha dicho más que muchos comentaristas en una temporada entera", se maravillaban en la SER con el último fichaje del Carrusel deportivo: Santi Cañizares. El exportero, que se retiró este verano a los 38 años, empezó su nueva vida con el mismo espíritu que vivió la anterior: ser el centro de atención y saldar cuentas pendientes. Silva, Mijatovic, Hildebrand e Iturralde González fueron algunas de sus primeras víctimas durante la narración el domingo del partido de vuelta de la Supercopa de España.

"Uno no tiene que retirarse nunca, hay que seguir aunque tengas que irte a jugar a Timisoara", le aconsejaba Poli Rincón. Pero Cañizares, al que Ronald Koeman apartó del equipo por emponzoñar el ambiente en Mestalla, no piensa replantearse su decisión. Ni las ofertas de la Premier inglesa, de la Major League Soccer norteamericana y del Badajoz de Tercera (le ofrecía un millón de euros anual) le convencieron y decidió reorientar su carrera. El hombre de pelo oxigenado y pies con presunta aversión a la colonia demostró que su lengua es más rápida que sus manos.

Manoplazos verbales

"El árbitro debería de ser la persona más inteligente sobre el campo y él ha sido tonto en esa jugada --sentenció el manchego después de la expulsión de Van der Vaart--. Iturralde ha querido que el Madrid-Valencia sea lo de siempre, un lío. El fútbol era mucho más protagonista que el árbitro".

El colegiado vasco no fue el único que recibió sus manoplazos verbales. Tras insinuar que Silva pasaba demasiado tiempo en la camilla de masajes, arremetió contra Timo Hildebrand, el meta que le arrebató la titularidad en Mestalla. "Blocar no es su mejor condición; un buen portero lo mejor que puede hacer es quedarse el balón y hacer callar al estadio", aseveró tras un despeje de puños del cancerbero alemán, a quien negó el saludo el primer día y no le dirigía la palabra. "El tercer gol es un fallo tremendo de Hildebrand, muy bien De la Red por ver su mala ubicación", se regocijaba posteriormente. Las caricias las reservó para Albelda, otro capo del vestuario ché depurado por Koeman. "Me ha emocionado lo que has dicho de Albelda, que tendría que ser el capitán del equipo", apuntó Cañete que, curiosamente, no invitó a su boda al actual capitán, Rubén Baraja.

Pero los palos no cayeron solo del lado ché. Cañizares, que coincidió dos años con Mijatovic en el vestuario del Madrid, cuestionó la gestión del secretario técnico blanco. "Diarra siempre ha sido así, ya lo sabían cuando lo ficharon. Tendrían que preguntarle al secretario técnico por qué no buscaron un jugador más completo como Marcos Senna", apuntó antes de recordar el gol que le metió el Valencia al arrebatarle a una de las perlas de la cantera blanca. "Mata ni le costó un euro al Valencia, que estuvo más listo".