La F-1 fustiga a Mosley

El jeque Salman Bin Hamad Al-Jhalifa, príncipe heredero del reino de Bahréin, lanzó la primera piedra declarando a Max Mosley persona no grata y prohibiendo la entrada en el emirato al presidente de la FIA. Buena parte de la F-1 ha continuado la lapidación con tal virulencia que ya se barajan los nombres de Jean Todt y Jackie Stewart como su sustituto. Pero la refriega no ha hecho sino empezar y Mosley contrataca acusando a BMW y Mercedes de colaborar con Adolf Hitler.

ElNews of the Worldpublicó el pasado domingo extractos de un vídeo en el que aparecen imágenes de Mosley mientras participa, según el diario, en una "orgía depravada al estilo nazi con cinco prostitutas en una mazmorra de tortura". En el vídeo, de cinco horas, se ve cómo Mosley, de 67 años, "interpreta el papel de comandante en un campo de concentración" y "da órdenes en alemán a las prostitutas, a las que golpea en el trasero con un látigo".

Fue el propio Mosley quien avivó el fuego tras remitir una carta a la FIA en la que no niega su participación en el encuentro, sino sus referencias con el nazismo. La reacción del dirigente afirmando que no tiene intención de dimitir ha desatado la ola de reacciones y las escuderías que tenían cuentas pendientes con Mosley han sacado el látigo --y no el de látex-- para fustigar al presidente.

LA VENGANZA DE TODOS BMW

y Mercedes-Benz, los dos grandes fabricantes alemanes presentes en la F-1, decidieron lanzar ayer un comunicado conjunto: "Nos distanciamos explícitamente como empresa de ello", afirmaron ambas. Lo ocurrido afecta a Mosley "en lo personal y como presidente", prosiguen, por lo que esperan "una reacción de la FIA" ante lo que consideran una situación "insostenible" para el mundo del motor.

¿Y cuál es la reacción de Mosley? Acusar a los dos fabricantes de colaborar con el régimen de Hitler: "Dada la historia de BMW y Mercedes-Benz, particularmente antes y después de la Segunda Guerra Mundial, comprendo por qué ambas quieren distanciarse de lo que ellos correctamente describen como el repudiable contenido de esas publicaciones".

Las japonesas Honda y Toyota tampoco se han quedado mudas. "Toyota Motorsport desaprueba cualquier tipo de comportamiento que pueda dañar la imagen de la F-1, y en particular cualquiera que pueda ser entendido como racista o antisemita", asegura la firma japonesa, que fue excluida por Mosley del Mundial de Rallys por dos temporadas a mediados de los 90. "Los altos cargos del deporte o los negocios deben basarse en el buen comportamiento. La FIA ha de decidir si el señor Mosley ha cumplido con las obligaciones morales que su puesto de presidente le atribuyen", añade.

Honda --excluida del Mundial, en el 2005 por cuatro carreras-- insiste en que "es necesario que los altos cargos del deporte y los negocios respeten los más altos estándares de conducta para poder cumplir sus obligaciones con integridad y respeto", y acto seguido dirige su dedo acusador sobre el presidente de la FIA. "El equipo Honda Racing F1 está extremadamente decepcionado con los recientes sucesos que han rodeado al señor Mosley y creemos que se ha dañado la reputación de la F-1 y de todos nosotros".