Una pensión para Sotil

"Aguarde, que se va a poner". La esposa, Guillermina, ha descolgado el teléfono. Transcurren unos segundos."Al aparato". Suena la voz delCholo, claro castellano, acento peruano. Sí. Es él. El mismo que llamó a su madre hace 34 años desde El Molinón para decirle:"Mamita, campeonamos".Hugo

CholoSotil tiene 59 años. La prensa de Lima ha iniciado una campaña.Salvad a nuestros ídolos. ElCholocojea. Él lo reconoce aunque no sabe muy bien qué tipo de dolencia padece."A los médicos les tengo pánico. Ni me acerco a ellos. Creo que sufro una especie de artrosis. El fruto de pequeños golpes de cuando jugué al fútbol. Cojeo de la pierna izquierda pero voy sin muletas. Cuando me duele mucho... unas pomadas y unas friegas con unas hierbas".

Pedro Uriarte, periodista del diarioOjo, recibió una llamada. Sotil prefiere no tocar el tema. Le contaron que el futbolista,"un mito en Perú", se sacaba un dinero extra efectuando"el play saquede honor"por campos de fútbol del extrarradio de Lima. Por ello cobraba una pequeña prima, y Sotil lo hacía pararecursearse, algo habitual en la mayoría de peruanos, que han creado el término para denominar los trabajos extras en la lucha diaria por la supervivencia en un Perú en crisis.

La supervivencia

Sotil cuenta que, al margen del dolor en la pierna, se encuentra bien, sin demasiadas penurias. El periodista Uriarte lo confirma:"A Sotil le entristece hablar del tema. Vive en un barrio popular, con su esposa y dos de sus hijos. Creo que tiene lo justo, aunque está lejos de la indigencia. Simplemente trata de sobrevivir, se recursea como muchos. Pero hay que intentar que el Gobierno se acuerde de nuestros ídolos".

Porque no solo elCholoestá delicado de salud.Salvad a nuestros ídolosincluye también los nombres de Nicolás Fuentes, con artrosis, y JavierMuertoGonzales, que necesita urgentemente una prótesis de rodilla."Ellos son más viejos y están peor. Pero sería bueno que el Gobierno peruano se acordase de nosotros. Hace un tiempo nos prometieron la Pensión de Gracia. Promesas y nada más". Se trata de una prestación institucional que se concede en Perú por los servicios prestados al país. Y elCholose convirtió en un héroe nacional durante el Mundial de México-70, antes de encandilar al Barça, fichar al mismo tiempo que Johan Cruyff, marcar en el 0-5 del Bernabéu, ganar la Liga 1973-74 y pasar un año de penuria al retrasar las autoridades franquistas su nacionalización --ya se sabe cuál era el equipo del Gobierno--, lo que le sumió en una crisis deportiva . Nunca se recuperó.

Sotil prefiere hablar del Barça."El Madrid se está distanciando, pero nos podremos recuperar. Espero que celebremos un nuevo título". Se expresa como muchos culés; uno de ellos, al que llamaCarlitosy que no es otro que Rexach, es de los pocos que se acuerdan delCholo. Lo llama cada 18 de mayo. Es el día de su cumpleaños."Carlitos siempre se acuerda de mí". Aunque hay otra persona por la que Sotil siempre ha sentido predilección. ¿Saben cómo se llama el cuarto de sus cinco hijos, el único que juega al fútbol?"Le puse por nombre Johan en honor al Flaco". Johan Sotil tiene 24 años y juega de delantero en el José Gálvez de Chimbote, en Primera División. Lleva el 10, el número de su padre.

El centenario

Ríe Sotil."Todavía no nos ha llamado con lo de campeonamos. Y veo difícil que lo haga". El José Gálvez, por ahora, ocupa las últimas plazas en el campeonato peruano.

Sotil visitó Barcelona en 1999, invitado para los actos del centenario. Figura como socio en la agrupación de veteranos, que ahora trata de averiguar cuál es su situación real."Los niños saben quién es Sotil --admite el periodista Uriarte-- y su popularidad sigue siendo enorme. Por eso, con su presencia, las canchas siempre se llenan. Él efectúa el saque y luego se queda en la grada a ver el partido". Sotil elude hablar del tema y niega que reciba gratificación alguna. En cambio Uriarte ha comprobado, y así lo ha escrito, que este delantero que hace 34 años cautivó a la afición azulgrana recauda alrededor de 10 euros por su asistencia. La lucha por la vida.