La FIA estima "inadmisible" la demanda que pretendía dar el título de Raikkonen a Hamilton

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / BARCELONA

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Última derrota para McLaren y Mercedes. La escudería angloalemana que aún dirige el altivo Ron Dennis vivió ayer un nuevo ridículo al comprobar el desprecio con el que la Corte de Apelación de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), a la que había acudido acusando a Williams y BMW de tramposos con el objetivo de lograr en los despachos lo que no ganó en la pista, el título para Hamilton, liquidó su demanda. "Inadmisible". Y punto. Claro que para alcanzar una decisión así, las mentes de la FIA se han pasado dos días encerradas en la plaza de la Concordia de París, haciendo creer a medio mundo que podía protagonizar su penúltima alcaldada en el annus horribilis de la F-1.

La decisión de la FIA mantiene, pues, como nuevo campeón del mundo al finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari) y desestima la posibilidad de descalificar a los tres pilotos que precedieron en la clasificación del Gran Premio de Brasil a Hamilton, Nico Rosberg (4°, Williams), Robert Kubica (5° BMW Sauber) y Nick Heidfeld (6° BMW Sauber). De haber sido considerados culpables de equipar sus monoplazas con carburante cinco grados más frío de lo reglamentado, habrían desaparecido de la clasificación, convirtiendo al joven inglés en campeón. Hamilton habría sumado los cinco puntos que se otorgan al cuarto y, por tanto, alcanzaría la cifra de 112, dos más que Iceman.

FERRARI LES TILDA DE HIPÓCRITAS

McLaren y Mercedes, que incomprensiblemente continúa teniendo fe en Ron Dennis --el dirigente que fue incapaz de retener el título mundial de constructores y que desmontó las posibilidades de su protegido Lewis Hamilton y de Fernando Alonso para conquistar el cetro de pilotos--, ocultaron hasta el pasado jueves sus auténticas intenciones.

De ahí que, al conocer su auténticos deseos --arrebatarle el título a Raikkonen y conseguirlo para Hamilton en los despachos--, el representante de la escuadra de Maranello, el letrado Nigel Tozzi, los llamase "hipócritas" y "falsos" a la salida de la reunión de París. "A mí se me caería la cara de vergüenza de ganar un título en los despachos", comentó Alonso nada más conocer que su equipo había recurrido la clasificación de Brasil.

El papel de McLaren este año dejará, sin duda, al equipo británico muy tocado. Todo empezó al fichar al bicampeón del mundo y darle trato de júnior, provocando su enfado y, al final, teniendo que concederle la carta de libertad. Entre la llegada del asturiano y su salida por la puerta de atrás de Woking, el equipo de Dennis perdió el título de constructores y fue multado con 72 millones de euros por espiar y utilizar el material que un exempleado de Ferrari, Nigel Stepney, le entregó a su ingeniero jefe de diseño.

No solo eso. En el GP de Hungría, Hamilton se querelló con su compañero Alonso, al que acusó de entorpecer su maniobra de repostaje y cambio de ruedas, lo que hizo que el asturiano fuese relegado al 10° puesto de la parrilla, sanción que acabaría costándole el Mundial. Aun así, el protegido de Dennis --y con él todo su equipo-- perdió ridículamente sus dos pelotas de partido en China y Brasil: en el primer GP se salió de la pista y, en el último erró con el cambio y acabó séptimo.

PATÉTICO FINAL

Pero aún habría más. Antes de perder la apelación de ayer, Dennis, haciéndose el niño enojado, decidió denunciar al equipo Renault por haber adquirido ilegalmente documentación de McLaren. El caso se ha de juzgar el próximo 5 de diciembre. Como puede comprobarse, en todos y cada uno de los numerosos conflictos del Mundial-2007 de F-1 ha estado involucrado el equipo angloalemán que, encima, lo ha perdido absolutamente todo: a su bicampeón del mundo, el título de constructores, el título de pilotos y, probablemente, más de 50 millones de euros, al margen de su credibilidad.