Final de la Champions
La reverencia de Alexia Putellas: un golpe de ilusión para volver a disfrutar
La capitana siempre está. Es la mujer de las noches grandes (aunque también lidera en las menos decisivas).
"Intento mostrar mi mejor versión siempre, dependiendo del rol y el momento que toque. En las últimas dos finales sufrí dos lesiones graves. Esta temporada he podido tener continuidad", dijo este viernes.
MULTIMEDIA: La evolución de un Barça que busca su cuarta Champions en siete años

Alexia Putellas durante la final entre el FC Barcelona y Olympique Lyonnais en San Mames, Bilbao / Ricardo Larreina / AFP7 / Europa Press


Laia Bonals
Laia BonalsRedactora de deportes
Laia Bonals es redactora de deporte de El Periódico desde abril de 2023. Antes, formó parte de la sección de deporte del ARA, donde empezó su especialización en deporte femenino la temporada en la que el Barça ganó su primera Champions en Goteborg. Desde entonces, ha sido la especialista en el creciente mundo del deporte femenino, siempre preocupada contar las historias de las atletas que están cambiando el mundo y rompiendo techos de cristal.
Colabora con las emisoras de radio Catalunya Ràdio y RAC1, además de las cadenas televisivas de Gol TV y Teledeporte.
Plantó los dos pies casi sobre la línea de cal que marca el límite del campo hacia la grada. Alexia Putellas, sin camiseta, miraba a sus fieles seguidores con sorpresa. Con orgullo. Levantó la mano derecha al cielo e hizo una reverencia a todos ellos. A cada uno de los culés. A los que creyeron en ella cuando a ella misma le costaba. Las últimas dos temporadas habían sido duras, especialmente la que terminó en un San Mamés que ella hizo enloquecer. La imagen que recorrió el mundo entero significaba mucho más que una celebración. Era un agradecimiento, tanto a los demás como a ella misma. Ahora, un año más tarde en Lisboa, es el Barça el que se postra ante ella y la enaltece como su Reina.
La capitana del Barça, en verdad, nunca se fue. Durante los largos meses en los que estuvo lejos del césped por la rotura del ligamento cruzado, el equipo tuvo que vivir sin ella. Lo hizo sin problemas, pero siempre faltaba algo. Cada partido donde ella no estaba en el campo las miradas se dirigían a la grada. Buscando a la líder de un equipo que llegó a la final de San Mamés en pleno delirio colectivo. No podía terminar mejor la temporada. La Reina saltó al verde en el abismo del partido y firmó el definitivo 0-2 ante el Olympique de Lyon para sellar la tercera Champions azulgrana.

Alexia Putellas durante la celebración de su gol en San Mamés / Alexia Putellas Instagra,
Para la afición fue un regalo. Para Alexia, aire. Un golpe de ilusión que demostraba a todo el mundo y a ella misma que seguía ahí. Que ese aura única no se había marchado con los meses de dificultad. A partir de ese gol, todo fue a mejor. Los astros volvieron a alinearse. ¿Lesión grave? No nos consta.
Presente y futuro
Alexia era de nuevo Alexia. Sin dudas, sin el runrún que la envolvió durante la lesión que se preguntaba cómo iba a volver la capitana. De una lesión grave cuesta salir, pero Alexia ha dejado de tener presente el pasado para enfocarse en el presente y el futuro de este equipo. Ha encontrado la paz, la calma, que le ha permitido volver a disfrutar como siempre de lo que más le gusta.
Y esta temporada ha renacido. Se ha vuelto a sentir importante en un Barça donde, acompañada de Aitana Bonmatí y Patri Guijarro, ha capitaneado desde el centro del campo. Sintiéndose mejor que nunca tanto a nivel físico como a nivel mental. Todos los balones han sido suyos. Ha aportado tanto en defensa como en ataque. Ha sacado su mejor versión volviendo a ser la todocampista que trae de cabeza a cualquier equipo que se le planta delante.

Alexia, en el entrenamiento de este viernes en Lisboa. / Armando Franca / AP
Los números la avalan, pero no solo por los goles (24 esta temporada en todas las competiciones). La capitana azulgrana ha sacado a relucir su faceta de asistente, sumando ya 16 en el total de la temporada. Suma en todas las facetas del juego, además de cargar el equipo a la espalda cuando ha hecho falta. "Si soy titular, depende del entrenador. Yo intento mostrar mi mejor versión siempre, dependiendo del rol y el momento que toque. En las últimas dos finales sufrí dos lesiones graves. Esta temporada he podido tener continuidad", confesó en la rueda de prensa previa a la gran final en el José Alvalade de Lisboa.
Alexia siempre está. Es la mujer de las noches grandes (aunque también lidera en las menos decisivas). La que marca el gol de la victoria o quien lidera cuando se encalla. La que da cobijo a las futbolistas que sienten dudas, las menos utilizadas por el entrenador o las que están pasando un mal momento. Este año se ha visto de manera clara con las más jóvenes. No solo por llevar el brazalete de capitana. Alexia ha asumido un rol de hermana mayor y ha escuchado y aconsejado a aquellas que, por una razón u otra, han pasado por momentos de dificultad. Mejor que nadie, ella entiende lo que es el silencio después del estruendo.
Ese golpe de ilusión que supuso para ella Bilbao es el que siente ahora la afición azulgrana al verla. La Reina de fútbol está mejor que nunca.
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