Balón de Oro
¿Cómo se blindó Aitana tras su primer Balón de Oro?: "Pudo disfrutar más de los momentos"
Su entorno ha sido clave para la mejor futbolista del mundo. Sus amigos, los planes del día a día y el lugar seguro y de calma que es Sant Pere de Ribes para ella han hecho que este año frenético fuera más fácil de gestionar

Acto de homenaje de Aitana Bonmatí. El acto ha sido en el balcón del ayuntamiento de Sant Pere de Ribes, para después dirigirse al campo de fútbol de futbol que ya lleva su nombre. / JORDI OTIX. EPC


Laia Bonals
Laia BonalsRedactora de deportes
Laia Bonals es redactora de deporte de El Periódico desde abril de 2023. Antes, formó parte de la sección de deporte del ARA, donde empezó su especialización en deporte femenino la temporada en la que el Barça ganó su primera Champions en Goteborg. Desde entonces, ha sido la especialista en el creciente mundo del deporte femenino, siempre preocupada contar las historias de las atletas que están cambiando el mundo y rompiendo techos de cristal.
Colabora con las emisoras de radio Catalunya Ràdio y RAC1, además de las cadenas televisivas de Gol TV y Teledeporte.
Muchas veces lo olvidamos, pero detrás de cada futbolista hay una persona. Más allá de sus goles, sus récords o sus logros, hay una mujer que tiene una vida más allá de los terrenos de juego y todo lo que eso conlleva. Esa referente que ocupa lonas en el centro de las ciudades de la mano de grandes marcas internacionales es una persona como nosotros. Con sus preocupaciones, sus manías y su forma de hacer las cosas. Aitana Bonmatí ha tenido que incorporar a su vida muchas cosas este año. Desde que ganó su primer Balón de Oro el trabajo fuera del césped se ha multiplicado y, pese a la inmensidad, ella ha luchado junto con su entorno para mantener su esencia y la tranquilidad.
"Este año ha sido un año frenético", cuenta María, su mejor amiga y quien la acompañará a la gala de este lunes en París. "Ha estado lleno de momentos increíbles que se llevan para siempre. También mucho trabajo, dedicación y momentos más difíciles que forman parte del camino. Para mí, lo más importante es que, sencillamente, es una buena persona, que te hace sentir bien cuando estás con ella, transparente y llena de valores que hacen que sienta orgullo cuando pienso que es una referente para muchas personas", añade su amiga orgullosa.
Sus amigos y su familia han sido muy importantes para ella siempre, pero este año la han acompañado en un cambio vital importante. "Hay momentos donde te sobrepasa el volumen de peticiones, de compromisos y de situaciones que están también fuera del fútbol, pero creemos que las ha gestionado muy bien", reconoce Cristian Martín, representante de la futbolista. "Ha estado muy serena y ha madurado mucho en los últimos años, sobre todo en la vertiente más psicológica y de la gestión del estrés o la presión. La gestión emocional de todos los cambios lo ha hecho con normalidad y naturalidad", añade.

Barcelona 12/09/2023 Deportes Acto de homenaje de Aitana Bonmatí. EL acto ha sido en el balcón del ayuntamiento de Sant Pere de Ribes, para después dirigirse al campo de fútbol de futbol que ya lleva su nombre. AUTOR: JORDI OTIX / JORDI OTIX. EPC
Por ejemplo, a muchos rodajes o galas va con familiares, amigos o personas próximas. A la futbolista le gusta estar rodeada de personas de confianza y a quien aprecia en los momentos de trabajo, así como compartir con ellos todo lo que está viviendo. "La gestión de estos cambios es una cosa que ha venido haciendo independientemente de que no hubiera recibido el premio antes. El paso de los años y tantas experiencias que ha vivido en el fútbol profesional y fuera de él ha ayudado a que este momento, cuando ha llegado, no ha significado un cambio en la gestión de los procesos que ella tiene", enfatiza Martín.
Su gente, su refugio
Para Aitana si hay algo innegociable es su gente. Su entorno es fundamental para ella. Verse en la plaza del pueblo, pedirse un té macha o pasear. Esos momentos cuando vuelve a Sant Pere de Ribes tras cada entrenamiento son aire. Le permiten vivir como la persona normal a la que nunca ha querido renunciar, pese a ser la mejor futbolista del mundo. "La relación con su entorno continúa siendo la misma. Diría incluso que se ha fortalecido, siempre volviendo a casa para compartir los grandes momentos y encontrar cobijo y apoyo cuando lo ha necesitado", cuenta Maria.

Aitana Bonmatí junto a Pol, uno de sus mejores amigos, en el acto de reconocimiento de Sant Pere de Ribes, su pueblo, tras ganar el Balón de Oro / JORDI OTIX. EPC
"¿Qué sería de nosotros sin nuestra gente? Es importante encontrar personas que te generen calma, escucha y un espacio seguro. Pienso que cuanto más alto ha sido el ritmo de vida de Aitana, más ha necesitado volver a este refugio, y qué suerte poder formar parte", confiesa su mejor amiga, a quien le pasan incontables momentos junto a Aitana. Ya sea encontrando ese espacio de calma en el ajetreado día a día o cuando se marchan todos juntos de vacaciones. "El bajar a la plaza del pueblo, con un buen té para acompañar la conversación; es nuestro espacio para encontrarnos durante la semana, donde nos ponemos al día. Nos escuchamos y nos cuidamos. Y cuando se da la oportunidad de marcharnos a desconectar, buscamos un pueblecito con la pandilla para disfrutar de la naturaleza, ya sea la montaña o la playa. Y un buen concierto de música catalana también es un plan que disfrutamos, donde Aitana suele acabar sin voz". Eso es innegociable.
"Ha podido disfrutar de los momentos"
Tras ganar su primer Balón de Oro se inició una vorágine de entrevistas y actos. Casi no le quedó tiempo para pausar la realidad y asumir lo que estaba sucediendo. "Esto es muy grande y costará valorarlo, apreciarlo y saber lo que he conseguido", confesó Aitana a EL PERIÓDICO en una entrevista el día después de ser nombrada la mejor jugadora del mundo. Ha pasado un año de ese momento y uno de los grandes logros que ha conseguido la futbolista ha sido disfrutarlo. "Ha sido el primer año donde hemos visto una Aitana que ha podido disfrutar más de los momentos. Ha crecido de una manera emocional que le permite ahora ser feliz y afrontar cualquier situación, sea buena o mala", cuenta Cristian Martín, quien la ha acompañado en este proceso. "Ha aprendido que las situaciones buenas se tienen que saber disfrutar porque nunca sabes cuándo se pueden repetir y también a disfrutar de momentos que antes seguramente le habrían generado más presión que gozo".
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