Cristiano se lleva a su chica y su hijo de paseo por Formentera, y la cosa acaba con gesto de cariño incluido.
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Después de ir con toda la familia y todo Baleares a cenar, la parejita solo se ha llevado a los niños.
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Después de vestirse cada uno de un estilo para ir a cenar, por fin quedaron frente al armario y se dijeron: "Cari, hoy los detalles en rojo".
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La expedición parece la alegría de la huerta. Quizá alguno tenía mal de tierra.
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Los gemelos esta vez se quedaron en el barco.
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Si había competición por estar moreno, desde luego CR7 gana de calle.
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A Cristiano le falta llevar la toalla en el hombro para dejar claro que él quiere bañarse. Georgina, en cambio, va de sentarse en una terracita: esas sandalias no están hechas para que te dé el sol.
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Parece que son muchos para un paseito, pero al menos se han dejado a la suegra en el barco.
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Todo un caballero, Cristiano le cede su mano a su chica para que no se caiga por las rocas.
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Georgina no se cayó, pero el niño que perseguía a su ídolo a punto estuvo.
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A Georgina, claramente, no le hace mucha gracia tener que esperar. Pero el niño se fue tan pichi.