Entrevistamos a Javier Castillo: "Lo único bueno que puedo sacar de esta situación es que la gente al estar en su casa lea más y disfruten de la novela"
Acaba de publicar 'La chica de nieve' y nosotras nos la hemos leído en un plis plas.
ALBA ARMIDA | CUORE.ES -
Teníamos una cita personal con Javier Castillo para hablar de su última novela, 'La chica de nieve'. Pero el estado de alarma truncó nuestros planes. Y los de Javier, que contaba con hacer una promoción de su nueva novela 'al uso'. No ha podido ser, porque esta situación nos obliga a permanecer en nuestras casas. Aún así, con el libro leído en unos pocos días, hemos charlado con Javier por teléfono y nos ha dado algunas claves sobre su última novela 'La chica de nieve', publicada por SUMA y que puedes comprar aquí.
Adelante con la entrevista.
¿Cuál es el primer personaje de La chica de nieve que apareció en tu cabeza?
El primer personaje fue Kiera. Justo en ese momento de la desaparición. Es una imagen inicial muy poderosa, muy intensa, ya que se trata la desaparición de una niña en el centro de Nueva York y como el traspiés del padre hace que todo se le complique y, a partir de ahí, empezó a surgir el resto de la novela. Yo tuve ese momento de flash intenso de creación cuando en un momento me separé de mi hija, que tiene tres años, y vi nuestras manos separándose y pensé: ¿y si pasase algo?, ¿y si fuera la última vez? En la novela he intentado meter el mayor miedo que puede tener un padre, que es que ese instante de separación se convierta en permanente.
Eso te iba a decir, que aunque es ficción empatizas con la situación… ¿Cómo afrontas tú esa escritura?, ¿te provocó cierta angustia?
Durante el proceso de escritura estás un poco como en una montaña rusa porque yo ya sé todo lo que va a pasar y estoy medio tranquilo y medio no, pero cuando estás escribiendo y te metes tanto y empiezas a barajar posibilidades, te vas por el camino de los escenarios horrendos y te afecta. Yo recuerdo que en esta última cabalgata de los reyes magos aquí en Málaga yo tenía a mi hija sobre los hombros y dije: No la bajo al suelo ni nada. Y tuve un momento de agobio emocional…
Creo que lo importante es que la novela se adentre en tus sentimientos más primarios y te haga plantearte ciertas preguntas. ¿Qué haría cada uno en esa situación? Y mentalmente, ¿cómo sería capaz de estar?

¿Qué cosas te sirven de inspiración? Yo he descubierto guiños, referencias claras a situaciones actuales... Desde el feminismo, violencia machista a menciones a protas de tus otras novelas… ¿Alguna referencia que se me haya escapado?
Hay referencias, sí. A mí me gusta mucho cruzar el límite de la ficción/realidad.
He leído algo de tu método para escribir con unos post- it y una regla de las cien palabras… Cuéntanos
Es muy simple. Yo intento planificar todo lo que ocurre en la novela antes de ponerme a escribir. Decido en qué capítulo va cada cosa, cada giro, cada momento, como se va a comportar cada personaje. Y eso lo tengo todo planificado en post- it. Una vez que lo tengo tan claro lo paso a un Excell y a partir de ahí lo empiezo a elaborar todo con colores, con celdas... Más o menos una celda por capítulo y cuando lo tengo todo controlado, sé en que momento va a haber un giro, un cambio de punto de vista, en qué momento necesito desvelar un interrogante o una pista más para resolver una pregunta… Cuando ya lo tengo todo cerrado es cuando empiezo a escribir. Y me pongo una regla que yo sigo cuando leo. Porque yo leo mucho pero también soy muy crítico porque necesito saber lo que se está publicando, lo que se está leyendo, encontrar ideas que me apasionen y en ese caso sigo la regla de que cuando llego a la página 100 me hago la pregunta de si me ha merecido la pena leer hasta ahí. Si la respuesta es sí, sigo leyendo y termino la novela cueste lo que cueste.
Me pareces muy generoso dando cien páginas de tregua…
Depende de lo rápido que leas pero cien páginas son como dos horas. Y aunque no es mucho es suficiente para saber si te puede llegar a gustar o no. Intento con lo que yo escribo no fallar en eso. Quiero que sea enigmático desde el principio, porque a mí me cuesta mucho leer libros que empiezan lentísimo, que no sabes a dónde van, por qué ocurren las cosas. Y el no tener la pregunta principal desde el inicio te hace leer con un poco de desesperanza.
¿Tienes un ritual a la hora de sentarte en el ordenador y ponerte a escribir?
Soy relativamente bastante metódico. Voy todos los días a la misma biblioteca, una pública. A la misma hora, me siento siempre en el mismo sitio si no me lo han quitado. Voy con mi café, me levantó a la misma hora. Soy muy cuadriculado. Y eso me funciona sobre todo teniendo niños, porque yo intento pasar tiempo con ellos y como por la mañana están en el cole y en la guarde pues aprovecho para escribir en esos ratos. Y luego por la tarde suelo revisar y leer.
Me ha llamado la atención que en tu novela está muy presente el abuso a las mujeres. ¿Cómo estás viviendo la situación actual teniendo una parejita de niño y niña?
En ese sentido intento educar a los dos por igual, intentando no educar en el miedo pero sí educar a mi hijo en que sea una buena persona sobre todo y a mi hija en que sea una persona fuerte y luchadora. Aunque todavía son pequeños y me pregunto muchas veces si lo estaré haciendo bien… Pero en lo que escribo intento plantear preguntas emocionales. Por ejemplo, en mi novela anterior, a Miranda le sucedía un maltrato psicológico que no lo veía pero era algo que sucedía. Y en esta novela el personaje principal tiene una herida profunda, y ese secreto le condiciona para todo lo demás… El cómo se toma ella su secreto es decisión suya o simplemente es como le sale. Y Miren o plantea muy bien al principio, no quiere hablar de ello, quiere hacer vida normal e intentar seguir adelante y la gente se lo cuestiona. La gente tiene que decidir por ella como tiene que vivir la situación.
Se deja entreabierta una posibilidad de una segunda parte… ¿Cuándo surge la idea o cuándo ves que esto puede tener continuación?, ¿es cuando ya has escrito la novela?
Mientras escribía 'La chica de nieve' tenía la sensación de que el personaje de Miren era poderosísimo porque ya sabía cómo se iba a comportar y qué recorrido iba a tener. Tenía claro que quería hacer un personaje que trascendiera, que diera ejemplo de cómo luchar, de cómo crecer, cómo empoderarse, cómo ser independiente. Quería que tuviera mucho más peso y la única duda era como hacerlo. Simplemente fui levantando enigmas, ideas de nuevas hipótesis y nuevos giros que yo tenía pensado en el planteamiento inicial posponerlos un poco porque le resultado restaba importancia al encontrar a Kiera. Y al posponerlos dio vía a eso, a resolver historias que ya tenía previstas y que pueden ser muy explosivas y muy sorprendentes aplazarlas un poco porque le iban a quitar fuerza a 'La chica de nieve', que es superdramática y emotiva hablando de la desaparición de Kiera.

¿Hay algún tema que te gustaría abordar en una próxima novela que no te atrevas? El punto de partida de esta novela es una de las peores situaciones en las que se puede encontrar un padre… ¿Hay algo que no seas capaz de afrontar?
En esta novela tuve sentimientos de cuestionarme hacia dónde tirar porque hay temas que a cualquier padre le duelen tanto que hablar de ello o solo imaginártelo te duele. Y fíjate que es uno de los caminos en falso que sigue la novela, el de las cintas, las grabaciones…
Ese tema me parece tan doloroso que he sido incapaz de abordarlo más en profundidad porque no me veía capaz de enfocar una trama solo con eso. Para mi es una subtrama que entra dentro de la novela y me parece dolorosísima. Pero que tiene la mejor resolución posible que puede tener este caso, que es una justicia poética perfecta. El giro final hace que Miren esté donde esté y evolucione de la manera en que lo hace. Pero yo sería incapaz de tratar en una novela algo así. Me dolería muchísimo. Quizá cuando mis hijos tengan 40 años y yo sea un anciano… pero ahora no puedo abordarlo de una manera en la que no llores escribiéndolo.
Ahora mismo la situación está siendo muy compleja y complicada… ¿A quién le puede gustar este libro?
Yo creo que esta novela puede gustar a todo el mundo. Estoy seguro de que va a gustar a mujeres a partir de quince, dieciséis años, va a encantar y el límite de edad no te lo sabría decir, pero es verdad que puede leerla cualquier persona. Mi público es 90 % mujeres pero puede gustar a cualquiera porque aquí el amor se toca pero de forma muy diferente a mis anteriores novelas. Como se toca el amor, la maternidad, la paternidad… Al final a amigos míos que la han leído les ha gustado casi más que a mi mujer, que es más o menos público objetivo.
Creo que el tema de la sororidad que está tan vigente hoy en día se refleja muy bien en el libro…
Miren es un espectáculo. Es el estandarte de la independencia, de la lucha, del valor propio e innato de ella. Y como su personalidad define lo que es y no su cuerpo ni su físico ni nada.
Si tuvieras que ponerle un rostro de alguna actriz… ¿te has imaginado cómo sería el rostro de Miren?
No sabría decirte. Ahora hay actrices que son un espectáculo pero soy incapaz porque para mí los personajes están envueltos en una neblina borrosa y nunca les quiero poner cara. En todas mis novelas las descripciones son como muy ambiguas porque lo importante para mí es cómo se comportan, cómo hablan o cómo sienten y nunca intento darle peso a la descripción física.
¿Pero tienes el rostro en la cabeza?
No, no veo una cara, veo lo que es pero no una cara.
Te voy a pedir que me recomiendes un libro, una peli o serie y un cd que tengas rallado de tanto ponerlo en casa.
Vale, música te diré Vetusta Morla, que ahora es lo que estoy escuchando más. Película o serie ahora estamos viendo Big Little Lies, en HBO y es preciosa. Y sigue el ejemplo de mujeres poderosas, independientes y luchadoras y libro… La Red Púrpura, de Carmen Mola, que me gusta mucho.
Fenomenal. Javier, muchas gracias por tu tiempo y vamos a tomar nota de tus recomendaciones.