Historia sentimental de la centenaria ‘Pulgarcito’

Aunque quizá a los más jóvenes solo les suenen las trastadas de Mortadelo y Filemón y de Zipi y Zape, un buen puñado de generaciones de españoles crecieron leyendo aquellas historietas de quiosco con personajes que hoy aún generan nostalgia: Carpanta, Anacleto, Doña Urraca, las Hermanas Gilda, Gordito Relleno, Petra criada para todo, El Inspector Dan… Nacieron en las páginas de la revista ‘Pulgarcito’, un hito del cómic que alcanzó su cénit de popularidad a partir de 1946, con tiradas de 200.000 ejemplares semanales y la llamada Escuela Bruguera.

Número 1 de 'Pulgarcito'

Número 1 de 'Pulgarcito'

En 2021 se celebraba un siglo del primer número, y de radiografiar su historia, series y dibujantes se ha ocupado en ‘100 años de Pulgarcito’ (Bruguera) el experto y divulgador de tebeos Antoni Guiral, para quien la publicación "forma parte de nuestra memoria sentimental, de los mayores de 50, y de nuestro patrimonio cultural".

Hasta la Guerra Civil
(1921 a 1939)

Publicada por la editorial El Gato Negro, de Joan Bruguera, ‘Pulgarcito’ vivió una primera etapa hasta 1939 en la estela de la no menos popular ‘TBO’. Costaba entre 5 y 10 céntimos. Con la Guerra Civil e intervenida por un comité de la CNT salieron muy pocos números y de forma muy irregular aunque manteniendo contenidos infantiles y con sesgos moralistas.

Tras algún intento de recuperación en 1945, ‘Pulgarcito’ renacía en 1946 con la editorial Bruguera, sucesora de El Gato Negro, dejando atrás el humor blanco del ‘TBO’ para desplegar chistes más incisivos, críticos y gamberros, conectando así con el lenguaje de la calle.

EL REPÓRTER TRIBULETE

En el primer número, de diciembre de 1946, nacía El repórter Tribulete, creado por Guillem Cifré. Era un "audaz, pícaro, metomentodo y escurridizo" periodista que buscaba sensacionalistas noticias para la portada de su periódico, aunque si no las encontraba no dudaba en inventarse alguna.

Cifré, su creador, también fue el padre de Cucufato Pi, Golondrino Pérez y de series como Las tremebundas fazañas de don Furcio Buscabollos. Junto a Peñarroya, fue el puntal de los tebeos de humor de Bruguera.

CINCO DIBUJANTES ESTRELLA

Cifré y Peñarroya, con Conti, Escobar y Eugenio Giner, los cinco dibujantes estrella de la época, protagonizaron una sonada marcha de la editorial, ‘independizándose’ con el objetivo de mejorar sus condiciones de trabajo y controlar los derechos de sus personajes fundando, en 1957, ‘Tío Vivo’. Pero no acabó de funcionar y al año regresaron a Bruguera.

CARPANTA

Desde 1946 fueron llegando otros grandes mitos del tebeo surgidos de los lápices de Escobar: Carpanta, que vive bajo un puente y es capaz de sobrevivir con una aceituna y una avellana, es “el heredero directo de la novela picaresca” y el “reflejo de la etapa más dura de la posguerra”, la del estraperlo, la miseria y las cartillas de racionamiento, señala Guiral.

Escobar.

Escobar.

Hasta 1955, Escobar fue esquivando la censura, pero desde aquel año el régimen empezó a intervenir con contundencia en las revistas infantiles y le obligó a suavizar los gags de Carpanta, “de oficio, hambriento”, ya que, según una amonestación recibida de la Dirección General de Prensa del régimen, “en la España de Franco nadie pasaba hambre”.

ZIPI Y ZAPE

También le traerían ‘reprimendas’ a Escobar el rubio Zipi y el moreno Zape, pícaros y desvergonzados gemelos, cuyo exceso de celo en ayudar al prójimo les causaba más de un problema. La censura prohibía ridiculizar la autoridad familiar y la serie era precisamente “corrosiva con la autoridad paterna”, encarnada por don Pantuflo Zapatilla, que educaba con severidad a sus hijos y contaba con la sumisión de su esposa, doña Jaimita.

PETRA, CRIADA PARA TODO

La otra gran creación de Escobar fue Petra, siempre con cofia y delantal, analfabeta, algo “pueblerina” y de buen corazón. En contraste con su empleadora, doña Patro, el dibujante retrató “con crueldad” las diferencias sociales entre ambas.

Era la edad de oro de la Escuela Bruguera, con una plantilla de dibujantes que, como Escobar, Conti o Peñarroya, habían sido represaliados por el franquismo.

GORDITO RELLENO

De Peñarroya era Gordito Relleno: Calvo y orondo, optimista y bondadoso, era vendedor de corbatas, recadero, revisor de tren, oficinista… lo que hiciera falta.

En la etapa Bruguera ‘Pulgarcito’ cambió y modernizó el concepto del cómic y de la revista de historietas, atrayendo también al público adulto. “Fidelizó al lector con secciones y series con personajes fijos, con series de humor y aventura, con un modelo ideado por el director de la editorial, Rafael González, con historietas a página limpia (antes era común varias en la misma página), con personajes que se interrelacionaban entre ellos saltando a series de otros autores”, escribe Guiral.

LA LEYENDA DE VÁZQUEZ

Las solteronas hermanas Gilda, Anacleto, agente secreto, La familia Cebolleta, Angelito, La abuelita Paz… Estas fueron memorables creaciones de Vázquez, él mismo todo un personaje cuya leyenda de moroso e indisciplinado, o de las relaciones con sus esposas e hijos, no le impidió ser “uno de los mejores historietistas de humor españoles de todos los tiempos”, sentencia Guiral.

Manolo Vázquez.

Manolo Vázquez.

Lo fue “por su facilidad para un dibujo expresivo de trazo firme, por su capacidad para crear personajes de excepción y por su facilidad para narrar en viñetas”.

Anacleto, agente secreto

Anacleto, agente secreto

La familia Cebolleta

La familia Cebolleta

DOÑA URRACA

También un grande de ‘Pulgarcito’ fue Miguel Bernet ‘Jorge’, quien volcó un humor tan negro en Doña Urraca como el larga indumentaria con que vistió a esta mujer de moño y nariz ganchuda, insolidaria y pérfida. Fue el personaje más terrible de la primera Escuela Bruguera: trabajó en una funeraria o como cobradora de morosos y su razón de ser es hacer el mal.

Miguel Bernet, 'Jorge'

Miguel Bernet, 'Jorge'

MORTADELO Y FILEMÓN

Poca presentación necesitan Mortadelo y Filemón, que siguen viviendo disparatadas aventuras como agentes de la T.I.A. tras más de 200 álbumes y 64 años en activo de la mano de su no menos incombustible padre, Francisco Ibáñez.

Francisco Ibáñez

Francisco Ibáñez

SIR TIM O'THEO

No puede terminar un repaso a ‘Pulgarcito’ sin Sir Tim O’Theo. Este talludito aristócrata y aspirante a detective típicamente inglés, nació en 1971 de la mano de Joan Rafart ‘Raf’, quien parodió los tópicos del folclore ‘british’. Fue una de las mejores series de la última etapa Bruguera.

Joan Rafart, 'Raf'

Joan Rafart, 'Raf'

Una década después, en 1981, la revista cerró por la caída de ventas. Los lectores se habían distanciado de los tebeos abrazando la televisión y los incipientes videojuegos o pasándose al cómic adulto, que vivió entonces un ‘boom’.

EL PULGARCITO DE JAN

Hasta 1987 hubo varios intentos de relanzamiento, como una revista protagonizada por el personaje de Pulgarcito, un niño vivaracho, inteligente y valiente creado por Jan, el padre de Superlópez, que sí tuvo éxito.

Jan

Jan

También se lanzaron cabeceras con su nombre como ‘Súper Pulgarcito’ o ‘Gran Pulgarcito’. Pero aunque su tiempo en los quioscos había pasado formaba parte ya de la historia del cómic en mayúsculas.


Este reportaje se ha publicado en EL PERIÓDICO en enero de 2022