Aniversario

50 años de 'Horses', el disco de Patti Smith que descorchó la era punk

La artista hará una gira de celebración del medio siglo de su elepé de debut, extraordinaria simbiosis entre poesía y rock and roll que reformuló el papel de la mujer en la música popular moderna

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Patti Smith, en una actuación en Sant Feliu de Guíxols, en 2010

Patti Smith, en una actuación en Sant Feliu de Guíxols, en 2010 / Ferran Sendra

Ramón Vendrell

Ramón Vendrell

Barcelona
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Patti Smith (Chicago, 1946) publicó 'Horses', su primer elepé, en noviembre de 1975, y en octubre y noviembre de 2025 hará una gira de celebración del 50º aniversario del álbum. La única fecha española del 'tour' es el 8 de octubre en el Teatro Real de Madrid. Las entradas volaron en un periquete. Normal, es un disco sagrado de la historia del rock and roll. El Carnegie Hall de Nueva York acoge este miércoles el concierto benéfico 'People have the power', en el que Chrissie Hynde, Kim Gordon, Susanna Hoffs, Angel Olsen, Michael Stipe, Jim Jarmusch, el Kronos Quartet, Matt Berninger de The National y un largo etcétera de artistas festejarán la trayectoria de Patti Smith.

Las críticas de 'Horses' fueron entusiastas casi en bloque tanto en Estados Unidos como en Inglaterra. Steve Lake, en el semanario británico 'Melody Maker', fue uno de los contados disidentes. "De ninguna manera el amateurismo intencionado y afectado de 'Horses' puede ser buen rock and roll -escribió Lake-. 'Horses' es simplemente malo". Retengan la palabra clave: amateurismo. En un campo semántico cercano, pero con significado positivo, Lester Bangs se rindió en la revista estadounidense 'Creem' a la "urgencia cruda" y el "primitivismo general" de un elepé que había conseguido "el mejor sonido de banda de garaje de los 70", al tiempo que resaltaba la "fuerza emocional" de la música y las palabras de Patti Smith. En la cabecera neoyorquina 'The Village Voice', Robert Christgau subrayó la "furia minimalista" del grupo y la "dimensión revolucionaria" de la manera de cantar de Smith.

Patti Smith, en su última actuación en Barcelona, en 2024

Patti Smith, en su última actuación en Barcelona, en 2024 / Manu Mitru

Resignificación rockera

Todo este vocabulario apunta en una dirección: punk. Si el término no aparece en ninguna crítica de 'Horses' es porque todavía no había completado su proceso de resignificación y mucho menos se había convertido en una etiqueta musical. Un punk era un delincuente de poca monta, un matón, un desecho juvenil, un preso del que era fácil abusar sexualmente en el argot carcelario. 'Creem' había utilizado el vocablo para referirse a las bandas de garaje estadounidenses de los 60. El recopilatorio 'Nuggets' (1972), influyente exhumación de canciones de algunas de esas bandas olvidadas, también lo había usado en las notas de contraportada. No es casualidad que el compilador de 'Nuggets' fuera Lenny Kaye, guitarrista de Smith. La publicación 'Punk', aparecida en Nueva York en diciembre de 1975, culminó la apropiación rockera de una palabra despectiva.

Portada de 'Horses'

Portada de 'Horses' / Archivo

'Punk' fue el altavoz impreso de lo que estaba sucediendo en el club neoyorquino CBGB. Básicamente: desde ahí comenzaron Television, Ramones, Talking Heads, Blondie, etcétera su asalto a la ciudadela dorada del rock de los 70. Smith actuó durante dos meses en el CBGB en 1975, cuatro noches por semana, con Television como formación telonera. Tras verla en el antro del 315 de Bowery, el legendario ejecutivo de la industria discográfica Clive Davis la fichó para Arista, su nuevo sello. Smith fue la primera de la quinta en publicar un elepé. Cinco meses antes que Ramones, cuyo homónimo debut acuñaría el molde prototípico del punk: velocidad, estruendo y negatividad. Todavía no está claro si la formidable fórmula ramoniana venía de las cavernas o de un planeta más avanzado.

El avispado Malcolm McLaren

Malcolm McLaren pasó la mitad de 1975 en Nueva York. No solo clavó el último clavo en el ataúd de los New York Dolls al hacerlos actuar vestidos de látex rojo y con una bandera comunista detrás. También se quedó con la copla. Y de vuelta en Londres la aplicó a los Sex Pistols a su escandalosa manera. Los Sex Pistols ofrecieron su primer concierto el 6 de noviembre de 1975 en el St. Martins Art College. Fue lo bastante llamativo como para hacer que el cantante del grupo principal de la velada, Bazooka Joe, dejara ipso facto la banda y se transformara en Adam Ant. También Joe Strummer sintió tras ver a los Pistols en otra actuación que el pub rock que hacía con los 101ers había caducado y puso rumbo a The Clash. En cada bolo originaban los Pistols un grupo, por así decirlo. Había nacido el punk británico, que alcanzaría su cénit en 1977.

Ante todo, poeta

El productor de 'Horses' fue John Cale, exmiembro de The Velvet Underground y productor del entonces inédito 'The Modern Lovers' de Jonathan Richman y compañía, piedra de Rosetta de toda esta historia. Credenciales inmejorables. No obstante, Smith y Cale se las tuvieron en el estudio. Cale quería un sonido más sofisticado; Smith se mantuvo firme en la exigencia de un sonido básico y ganó. Smith era ante todo una poeta, con obra publicada y experiencia en recitales, y quería que la música estuviera al servicio de su torrencial poesía. Logró una simbiosis extraordinaria.

El primer verso del disco es "Jesus died for somebody's sins, but not mine" (Jesús murió por los pecados de alguien, pero no los míos), de 'Gloria'. A esta inmortal declaración de libertad individual siguen canciones sobre el deseo sexual (la propia 'Gloria'); el suicidio de una mujer y la desolación que deja viva ('Redondo Beach'); el amor cósmico, cercano a la maternidad, de Smith por su hermana pequeña cuando era un bebé ('Kimberly'); o una violación homosexual seguida de un asesinato ('Land'), con la arrolladora imagen de los caballos que acuden en tropel a la mente del chico violado.

Ídolos

Las citas de 'Gloria' a 'Gloria' (Van Morrison), de la que al fin y al cabo es una versión, por decir algo, y de 'Land' a 'Land of a thousand dances' (Chris Kenner), exaltación 'nonsense' del baile que encaja de maravilla en el número de Smith a modo de huida del drama, indican que se siente parte de la tradición de la música popular moderna. 'Elegy' incluye un verso de Jimi Hendrix. En tanto que recuperación de la energía y el desafío perdidos del rock and roll, el punk fue revivalista. Aunque para expresar ruptura necesitara versos como "No Elvis, Beatles or The Rolling Stones / In 1977" (ni Elvis, Beatles o los Rolling Stones / en 1977; '1977', The Clash). Smith, por el contrario, idolatraba a los Stones, a Bob Dylan, a Jim Morrison y a Lou Reed, como idolatraba en el ámbito literario a Arthur Rimbaud y a la generación beat.

Factor 'queer'

Volvamos a 'Gloria' y 'Redondo Beach'. Que estén cantadas por una mujer invita a interpretarlas en clave lésbica. El factor 'queer' del elepé, también presente en 'Land', tiene su reflejo en la portada, un retrato de Smith obra de su amigo el fotógrafo Robert Mapplethorpe. Lo mismo podría ser una bibliotecaria bohemia que una pandillera altiva, ambas andróginas. La imagen fue concebida como un homenaje a Rimbaud. Es una fotografía que dinamitó la representación habitual de la mujer en el rock and roll. Poco después de la publicación de 'Horses', con el estallido punk, las mujeres irrumpieron en todas las parcelas de la música como nunca antes.

Siouxsie Sioux, The Slits, PJ Harvey o Courtney Love son algunas de las artistas que han expresado la influencia capital que 'Horses' ejerció en ellas, igual que en Michael Stipe o Morrissey.

Acompañarán a Smith en la gira del medio siglo de su álbum de debut Lenny Kaye (guitarra) y Jay Dee Daugherty (batería), miembros de la banda con que lo grabó, así como Tony Shanahan (bajo y teclados) y Jackson Smith (guitarra), hijo de la cantante.

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