Película
'La Marsellesa de los borrachos' evoca el viaje de Cantacronache por la España de 1961 para recoger canciones antifranquistas
La ópera prima de Pablo Gil Rituerto sigue la ruta de los folcloristas italianos y establece un diálogo entre el cancionero que cosecharon de manera clandestina y el presente

Maria Arnal, en una imagen de 'La Marsellesa de los borrachos' / Archivo


Ramón Vendrell
Ramón VendrellPeriodista
El colectivo folk italiano Cantacronache recorrió en dos coches 6.000 kilómetros por España en 1961 para registrar de manera clandestina canciones antifranquistas. La aventura quedó plasmada en el libro 'Canti della nuova resistenza spagnola 1939-1961' (1962), de cuya edición uruguaya compró Pablo Gil Rituerto un ejemplar en una librería de viejo barcelonesa hace una década. El viaje de los folcloristas y la peripecia judicial del volumen (llegará más adelante) habrían sido material de primera para un documental al uso. Pero Gil Rituerto decidió ir más allá. "Me interesaba dialogar desde el presente con la empresa de Cantacronache -dice-, evocarla más que reconstruirla para buscar rimas en la actualidad del cancionero cosechado". El resultado es 'La Marsellesa de los borrachos', la primera película dirigida por el montador Gil Rituerto, un híbrido de documental musical y ensayo fílmico que llegó a salas el viernes pasado tras pasar por festivales como la Seminci de Valladolid y el In-Edit de Barcelona.
Para empezar, 'La Marsellesa de los borrachos' rescata dos tesoros: los archivos sonoro y fotográfico de la expedición. Llegar hasta ellos ahora fue más difícil que sacarlos de matute de España entonces. También, menos peligroso. Sobre esta base, la película sigue el mismo itinerario que siguió Contacronache: el Pirineo catalán, Barcelona, Guadalajara, Madrid, Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco.
Vigencia siniestra
En esta 'road movie' con un pie en el pasado y otro en el presente, a veces el primero resuena en el segundo con vigencia siniestra. Dos hermanas hablan en un cementerio de Guadalajara del hallazgo en una fosa de los restos de su abuelo fusilado. "Rompen ante la cámara un silencio de hace mucho tiempo", dice el realizador. En el santuario del Cristo de la Agonía, en Limpias (Cantabria), sigue tan pancha una lápida que proclama a José Antonio Primo de Rivera presente. En el puerto del Escudo, entre Burgos y Cantabria, permanece en la roca una cita de un discurso de Mussolini: "Europa será fascista o será 'fascisistada'"; cerca, el mausoleo conocido como la Pirámide de los Italianos fue declarado Bien de Interés Cultural por la Junta de Castilla y León en 2024 con el aplauso de Giorgia Meloni.

Pablo Gil Rituerto / Archivo
Sergio Liberovici y Michele L. Straniero, los firmantes de 'Canti della nuova resistenza spagnola', fueron juzgados y condenados en Italia por la publicación del cancionero. El caballo de batalla legal fue la copla dedicada al Cristo de Limpias, una excepción dentro del libro, que dice así: "Al santo Cristo de Limpias dicen que le crece el pelo, pero lo que le crece es la polla de darle por culo al clero". El Gobierno franquista presionó tanto como pudo en la causa e incluso publicó la recopilación de artículos de prensa nacional e internacional 'La Marsellesa de los borrachos', enfocada a desacreditar el libro como degradación moral que nada tenía que ver con la política. De ese panfleto sale el título de la película.
Folclore con intención política
En su recorrido por los territorios que recorrió Cantacronache, la cinta se va deteniendo en "músicos que trabajan desde el folclore con intención política y en los que sobrevive la memoria popular", señala Gil Rituerto. Maria Arnal y Marcel Bagés, La Ronda de Motilleja, Nacho Vegas y L&R, Labregos do Tempo dos Sputniks, el Coro Minero de Turón y Amorante son algunos de los artistas que interpretan canciones recogidas por los folcloristas italianos bajo estricto anonimato de los aportadores. "Era un riesgo real para ellos", remarca el realizador.
El escritor gallego Celso Emilio Ferreiro fue identificado por las autoridades como participante y por esta y otras disidencias tuvo que tomar el camino del exilio. Su voz suena en 'La Marsellesa de los borrachos' cantando 'Santo Cristo de Fisterra'. También suenan las voces de José Agustín Goytisolo ('Canción de paz'), Gràcia Vilarrodà ('Els contrabandistes'), Jesús López Pacheco ('En España las flores') y Antonio Soriano ('Nubes y esperanza'), así como otras anónimas por completo.
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