La fiebre del pádel

Textos: Raúl Paniagua
Imágenes: Jordi Cotrina, Zowy Voeten y Laura Guerrero

Cuatro millones de personas se enganchan al segundo deporte más practicado en España, solo por detrás del fútbol, y el más exitoso entre las mujeres. Ya no es una moda o un capricho elitista: es una realidad social.

Han pasado 25 años, pero la imagen aún se recuerda. Y duele. José María Aznar jugueteaba con su pala en una pista estelar de pádel en La Moncloa. La instalación, valorada en cinco millones de las antiguas pesetas, fue un regalo de Plácido Domingo Jr., hijo del famoso tenor. Es cierto que el expresidente del Gobierno dio visibilidad a un deporte incipiente, pero también le colgó una nefasta etiqueta: el pádel es de pijos. Durante mucho tiempo se habló de esta disciplina con ese toque despectivo.

Hoy día, calificarlo de elitista o de deporte de ricos sería más propio de un ignorante que de una persona cabal. Con cuatro millones de seguidores, es el segundo deporte más practicado en España, solo por detrás del fútbol, y el más popular entre las mujeres. La padelmanía ya no es una moda, es una realidad social.

El exlíder del PP no era ningún patán jugando a pádel. Se le daba (y se le da) bastante bien, pero fue clave para otorgar ese cliché a un deporte en el que ya antes había destacado otro famosete. Bertín Osborne llegó a ser campeón de España en los 80 cuando las palas daban sus primeros pasos por aquí.

El inventor fue el mexicano Enrique Corcuera, un enamorado del frontón

El inventor fue el mexicano Enrique Corcuera, un enamorado del frontón que instaló en su casa una pista rodeada con vallas metálicas, una red en el medio y paredes al fondo, que podían aprovecharse durante los puntos. Un promotor inmobiliario trasladó su idea a Marbella, donde se construyeron las primeras pistas de España en los 70. El millonario argentino Julio Menditegui las importó después a su país, donde pronto empezó a arrasar y a expandirse.

En España el crecimiento ha sido paulatino, especialmente a partir de los años 90, aunque el 'boom' no se ha producido hasta la última década. La pregunta es obligada: ¿por qué se engancha tanta gente al pádel? Los astros de este deporte, entrevistados por EL PERIÓDICO, coinciden en diversos puntos: es fácil de practicar (no requiere una nivel técnico tan notable como el tenis), es muy social (facilita las relaciones entre las personas y se generan nuevas amistades), no tiene límites de edad (juegan desde los niños hasta los jubilados), es muy agradecido (se progresa fácilmente) y liberador (ideal contra el estrés).

Con esas premisas y su brutal impacto entre el público femenino el éxito está asegurado. "El primer día que juegas ya te lo pasas bien y evolucionas rápidamente. Es increíble la cantidad de mujeres que antes no hacían deporte y ahora se lo pasan en grande con el pádel", reflexiona Gemma Triay, la número uno del mundo, el espejo de muchas palistas. En este aspecto, insiste Fernando Belasteguin, que estuvo 16 años en lo más alto del 'ranking'. "Es el deporte ideal para divertirse y olvidarse de los problemas entre colegas. El marido le puede decir a la mujer: ‘Me voy a jugar al pádel a las 11 de la noche’. Y ella lo acepta porque muchas lo practican también. Si le dices que te vas al bar o a jugar al fútbol con los amigos ya tienes un problema", cuenta la leyenda argentina, que sigue dando guerra.

Es el deporte
más familiar y transversal: lo practican desde los niños
hasta los jubilados

Todos coinciden en una realidad evidente: el que lo prueba repite. Nadie como Paquito Navarro, el jugador más carismático de España, para resumir lo que representa el pádel: "Es un virus mortal. En cuanto te pica, ya no te lo sacas de encima, enfermas para siempre. Es el segundo deporte más practicado por hombres y el primero en mujeres. Ojo con eso", proclama el sevillano, que lanzó en este diario un aviso para navegantes, que no siempre se sigue.

"Jueguen con amigos, con compañeros de trabajo o con gente nueva, pero no con la pareja. El pádel rompe matrimonios". Las broncas en la pista están a la orden del día, pero tiene tantos beneficios que los enfados acaban quedándose en anécdota. Casi siempre.

El técnico de pádel Marc Triquell explica en este vídeo cómo aprender en 1 minuto

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"Ponte en posición de espera, mira la bola, te pones de lado, la golpeas y acompañas y vuelves a la posición inicial"

Con estas cifras populares y los triunfos de sus principales jugadores profesionales, España se ha afianzado como la cuna del pádel mundial. El pasado fin de semana, por ejemplo, se proclamó doble campeona del mundo en Qatar en la categoría femenina y masculina, con Paquito y Lebrón conquistando el último punto en un épico enfrentamiento contra Bela y Di Nenno.

"Es fácil de aprender, disfrutas al aire libre y no requiere grandes condiciones físicas. Si lo pruebas, no paras"

Noelia Montón, administrativa

"Jugaba al tenis, pero con la edad se volvió muy exigente. Busqué un sustituto y lo encontré en el pádel"

José Carmona, jubilado

"El pádel ha cambiado mi vida. Me permite conocer gente increíble para compartir experiencias dentro y fuera de la pista"

Núria Caballero, profesora

"Es la mezcla perfecta entre diversión y competitividad, ingredientes indispensables para un buen deporte"

Enrique González, funcionario

El World Padel Tour también atrae a multitud de espectadores, que disfrutan de sus ídolos y apuestan por las nuevas tecnologías para seguir los encuentros en directo por 'streaming'. Es también una forma de aprender. El Palau Sant Jordi, sin ir más lejos, ostenta el récord histórico de asistencia a un partido, con 9.600 personas el 21 de diciembre de 2019 en una jornada histórica en Barcelona.

El Palau Sant Jordi ostenta el récord histórico de asistencia a un partido, con 9.600 personas en 2019

En el ámbito tecnológico, destacan también las aplicaciones especializadas, que suponen un fácil recurso para encontrar compañeros y rivales de diversos niveles. En un momento se puede montar una partida, no siempre con finalidades deportivas. "Yo utilizo Playtomic, que es fenomenal. Es muy rápida y eficaz. Preferentemente busco partidos mixtos. La considero una especie de Tinder del pádel", confiesa Francesc Pozo, un 'minero' de la materia

Gemma Tray, número uno del mundo
Gemma Triay (Mahón, 29 años) es la jugadora más idolatrada del circuito femenino. Número uno del mundo junto a Alejandra Salazar, vivió ocho años en Barcelona, pero ahora reside en Madrid. El tenis no le convencía, pidió una pala por Wallapop estando de Erasmus en Francia con 20 años y comenzó su camino. "El primer día que juegas a pádel ya te lo pasas bien y evolucionas rápidamente. Es increíble la cantidad de mujeres que no hacían deporte y ahora se lo pasan en grande", asegura la estrella.

"No me gusta el gimnasio, no soy fan de las máquinas. Me lo paso mejor con las palas y me ayuda a desestresarme"

Tania Martos, administrativa

"Lo probé con amigos y me vicié. Me gusta jugar en varios sitios. Uso YouTube y las redes para ver partidos y mejorar"

Ramiro García, electricista

"El pádel es dinámico y muy completo. Te involucras con los 5 sentidos. Te libera del estrés, de la ansiedad, de todo"

Reyes Reina, informática

"No es caro y es para todas las edades. Es una válvula de escape para hacer amigos y echar luego unas cervezas"

Manuel Burriel, jubilado

Los grupos de WhatsApp, administrados muchas veces por técnicos o especialistas, son la herramienta más seria para diseñar los partidos. El tirón también lo ha aprovechado Ibai Llanos. El 'influencer', siempre al quite, organiza 'El Padel de las Estrellas', un torneo que cumple su segunda edición y se puede seguir por Twitch, fórmula ideal para enganchar a los más jóvenes.

Catalunya es la referencia absoluta en España, con cerca de 300 clubs afiliados a la federación catalana (FCP) y unas 1.700 pistas. Entre ellos, por ejemplo, destacan el BPI (Barberà Padel Indoor), con 23 canchas, seguido del Real Club Polo de Barcelona (20) y el Club Padel Ripollet (16). La FCP se constituyó en 2004 con 2.200 licencias, alcanzó las 5.700 en 2010 y ahora supera las 20.000. Madrid, Andalucía y Valencia se sitúan por detrás.

Cada vez son más frecuentes los clubs de tenis de toda la vida que apuestan por el pádel

"Es el deporte más familiar que conozco. Ves a padres, hijos, matrimonios... Todos juegan y todos se divierten", explica Toni López, organizador de eventos. El coste de una instalación ronda los 20.000 euros y su mantenimiento es asequible. En mil metros cuadrados pueden ubicarse cuatro pistas. Los clubs de tenis de toda la vida han apostado por el pádel y cada vez son más frecuentes los complejos específicos de este deporte, que también triunfa en su versión 'indoor'.

La aceptación es tan amplia que incluso se ha llegado a temer por una saturación, un factor más para tumbar definitivamente ese estigma de deporte para ricos. "Si el 10% de los españoles practican pádel, tan elitista no será. Los datos están ahí para reprobar esa teoría", aseguró Ramón Morcillo, presidente de la federación española, en Palco23. El dirigente, en cambio, reconoce que faltan equipamientos públicos para potenciar el pádel aún más.

El entrenador explica por qué es bueno el pádel para los niños

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De los cuatro millones de practicantes en España solo 75.000 tienen licencia federativa. Más allá de la competición, el éxito radica en lo más básico: la diversión. "Yo jugaba al tenis pero era ya demasiado exigente para mí. Busqué un sustituto y lo encontré en el pádel. Me lo paso en grande y me ilusiona ver que voy mejorando", cuenta José Carmona. El pádel le da más alegrías que su Barça. Justo al lado, juegan cuatro mujeres. "No me sabía ni las normas cuando empecé. Ahora no me pierdo ni un partido por la tele. Es un reto aprender y va muy bien para soltar lo malo y liberar tensiones", reflexiona Maribel Díaz.

En las pistas anexas se mezclan todo tipo de públicos. Hay jóvenes voluntariosos, jubilados con la picardía de la experiencia, un matrimonio tirándose los trastos a la cabeza después de un mate al cristal y competidores que celebran cada punto como si les fuera la vida. "Yo fui a jugar por primera vez con mi hijo a Sant Andrià y me enganché. Antes me ganaba, ahora le gano yo", proclama Juan Caro, un bético entrañable que luce un físico envidiable a sus 70 años. "Lleva desde las 7 de la mañana haciendo pesas. Es nuestro Rambo", aclara un compañero. Y todos se parten de risa. Es también la magia del pádel.

"Con el pádel creas una minisociedad. Juegas con más gente, te obligas, te comprometes y sueltas la rabia"

Núria Celades, gestora

"Para mí es una manera brutal de divertirme, soltar adrenalina y pasar un buen rato. ¡Vamos, que no me lo quitéis!"

Fran Sánchez, operario de planta química

"Empecé hace siete años sin haberme interesado nunca por el deporte. Me encanta, ojalá pueda jugar muchos años más"

Mari Ángeles, dependienta

"Fui a jugar por primera vez con mi hijo y me enganché. Al principio me ganaba. Ahora le gano yo. Es una maravilla"

Juan Caro, jubilado

Un ‘boom’ que se extiende por los cinco continentes

Aunque España y Argentina son las potencias indiscutibles del pádel, en los últimos años se está produciendo una expansión hacia otros mercados que invita a ser optimistas. La ampliación de las fronteras ha sido siempre un desafío para los amantes de una disciplina que desea ser olímpica en el futuro.

Ari Sánchez y Paula Josemaría, campeonas del mundo de 2021 con España.

Ari Sánchez y Paula Josemaría, campeonas del mundo de 2021 con España.

En este sentido, una de las críticas recurrentes ha sido siempre la de encasillar el pádel en escasos territorios, pero la fiebre se expande poco a poco por todo el mundo. El crecimiento es lento, pero continuo, con España como referencia.

La federación internacional cuenta actualmente con 44 países afiliados de cinco continentes. Europa, con 25 representantes, figura a la cabeza. Desde Armenia a Suiza, pasando por Alemania, Bélgica, Dinamarca, Italia, Rusia, Francia o Polonia. América cuenta con nueve países, cinco en la federación del sur (Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay), mientras Canadá, EEUU, México y Guatemala ocupan la zona del norte y Centroamérica.

Los territorios de Asia-Pacífico y África completan el mapa internacional del pádel, con presencia en países como Egipto, Irán, Senegal, Australia, China y Japón. La celebración del Mundial de selecciones en Qatar, el pasado fin de semana, fue todo un éxito en una expansión que encuentra su principal obstáculo en la climatología. Hay países, especialmente en la zona septentrional, que deben basar su avance en las instalaciones bajo techo, ya que las lluvias son muy habituales.

La federación internacional tiene 44 países afiliados; Europa, con 25 representantes, figura a la cabeza

Aun así, la progresión es bestial en algunas zonas, como los países escandinavos, con Suecia al frente. En Portugal, Francia o Italia también se está apostando fuerte, mientras Gran Bretaña ha creado un plan estratégico siguiendo el modelo de España. Su objetivo es pasar de las 90 pistas en 2020 a cerca de 500 en 2023. En EEUU, el epicentro está en Miami, sede de la primera prueba del World Padel Tour de 2022. El circuito de este año llega a su recta final con citas en seis países. Ahora se encuentra en Buenos Aires antes de viajar a México.

Este reportaje se ha publicado en EL PERIÓDICO en noviembre de 2021

Textos: Raúl Paniagua
Imágenes: Jordi Cotrina, Laura Guerrero y Zowy Voeten
Coordinación: Rafa Julve