TERRITORIO VINTAGE

Sexo, intrigas y patrones: el agitado origen de 'Burda', la revista que fundó una ama de casa tras una infidelidad

Antena 3 estrena una miniserie sobre la implacable fundadora de la revista que revolucionó la moda en los años 50 al combinar imágenes de modelos con patrones

Aenne Burda

Aenne Burda / El Periódico

Natalia Araguás

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A Anna Burda, su marido, el editor Franz Burda, la adornó con unos cuernos de lo más clásico al liarse con su secretaria. No solo eso: al descubrir la relación, de la que había nacido una hija, también supo que la amante estaba al frente de una editorial financiada por Burda que publicaba una revista de moda. "Tú eres mi mujer, te quedas en casa como debe ser. Además, no tienes ni idea de hacer revistas", le había espetado el marido ante sus reiterados ruegos de dirigir una revista de moda dentro de la empresa familiar. Así que Anna Burda, enfurecida, acabó por plantear a Franz un ultimátum: el divorcio o echar a su amante de la editorial y que la revista pasara a sus manos.

Su esposo eligió lo segundo, no sin antes informarla de que arrastraba una deuda de 200.000 marcos que ella debería asumir por contrato, antes incluso de que la revista vendiera un solo número. Lejos de amilanarse, Anna Burda firmó y pasó a llamarse Aenne, en honor a su canción favorita, 'Ännchen von Tharau'. De una infidelidad nació un imperio editorial: la revista Burda hizo fortuna entre las mujeres que, tras la Segunda Guerra Mundial, querían ir a la moda pero tenían poco dinero para permitírselo, al combinar imágenes con patrones para que ellas mismas se confeccionasen las prendas que lucían las modelos.  

Despecho y emprendeduría

La hazaña empresarial de Aenne Burda en los años 50, impulsada por el despecho, centra la miniserie de dos capítulos 'Aenne Burda: una vida entre costuras'. Pronto la estrenará Antena 3, según ha anunciado; antes la emitió la cadena alemana ARD. La actriz Katharina Wackernagel –vivaces ojos oscuros, mandíbula prominente y generosas caderas – da vida a la editora, con la que guarda un gran parecido físico. Según explicó la actriz a la revista 'Gala', tuvo que tomar clases de conducción para poder pisar el acelerador a fondo de un Beetle sin estrellarlo, como solía hacer Aenne Burda. Comparte con el personaje histórico el gusto por hablar alto y claro, y estallar en carcajadas cuando algo le hace gracia, lejos del recato femenino que se estilaba en la época.

"Mi intención era ofrecer una moda práctica y al alcance de amplios círculos de la población", declaró Aenne Burda 

Aenne Burda nació en 1909 en Offenburg (Alemania), hija de un maquinista ferroviario y un ama de casa. Tras finalizar sus estudios básicos, trabajó como aprendiz comercial en una planta eléctrica local. En 1930 conoció a Franz Burda y se consagró a lo que se esperaba de ella: la crianza de sus tres hijos en una acomodada familia de clase media: Franz, Frieder y Hubert, quien acabó por heredar el emporio editorial.

Los patrones, clave del éxito

Luego vinieron el hartazgo frente a los devaneos de su marido y el golpe de Aenne sobre la mesa. Cumplidos los 40 se puso al frente de la endeudada editorial de su marido, y en 1950 apareció el primer número de 'Burda Moden', con una circulación de 100.000 ejemplares. Dos años después la revista despegó en ventas al incluir patrones para hacer ropa.

Llegó a venderse en 125 países en los años 70 y en 1987 se convirtió en la primera revista occidental que llegaba a la URSS

"Mi intención era ofrecer una moda práctica y al alcance de amplios círculos de la población", declaró en vida Aenne Burda. En efecto, fue la clave de su éxito, en unos tiempos desprovistos de Zara y de firmas de bajo coste. El concepto no solo triunfó entre las alemanas de la posguerra, ansiosas de elegancia pero con escaso efectivo. La revista 'Burda' llegó ser vendida en 125 países a mediados de los años 70 a través de versiones traducidas y ediciones especiales. Su crecimiento fue particularmente rápido en Europa del Este y, en 1987, alcanzó el hito histórico de ser la primera revista occidental en comercializarse en la Unión Soviética, cuando Mijaíl Gorbachov autorizó que se publicase una edición rusa de 'Burda' dentro de su política de glásnost o apertura de la URSS.  

Momentos oscuros

'Aenne Burda: una vida entre costuras' pone el énfasis en la emancipación de la editora como mujer y empresaria, sin pasar por alto sus momentos más oscuros. Explica, por ejemplo, cómo cumplir con su sueño de poseer una revista de moda pasó por humillar a otra mujer, la amante de Franz Burda, a la que se ve recogiendo su abrigo para irse de la editorial después de que Aenne se la quite del medio. O cómo, para ejercer su autoridad, no le bastó con el estilo paternalista que se gastaba Franz como patrón, quien solía cantar por ejemplo canciones populares con sus empleados. Ella, para ser respetada, tuvo que enseñar los dientes. 

La serie no pasa por alto las miserias de la editora: al fin y al cabo, humilló a otra mujer para cumplir con su sueño de poseer una revista de moda

Aenne Burda murió en 2005, a los 96 años, tras 45 años al frente de su empresa. La revista 'Burda' llegó a alcanzar en 1989 más de cuatro millones de copias vendidas en todo el mundo. Desde 1987, su hijo Hurbert se hizo cargo de la compañía. Al parecer le ha gustado la serie, que no elude las broncas conyugales ni los amantes que la editora tuvo una vez destapadas las infidelidades de su esposo. En casa había muchas peleas, ha confesado Hubert a la actriz protagonista, lo que no quita que sus padres se mantuvieran unidos después de todo.

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