Trans y deporte: un reto global sin respuestas claras

El debate sobre el encaje de las personas trans en el deporte crece en todas las latitudes: sin un rumbo común.

A la espera de normas a gran escala, cada país trata de regular una realidad cada vez más presente. 

Lia Thomas.

Lia Thomas. / Brett Davis / REUTERS

Enric Bonet
Begoña Arce
Idoya Noain
Adrián Foncillas
Andreu Jerez
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EEUU: esperando un nuevo «enfoque»

En EEUU, el caso de Lia Thomas ha vuelto a poner el debate en primera plana. Los legisladores republicanos, inmersos en una cruzada ultraconservadora, han pisado el acelerador en las leyes vetando su participación a distintos niveles, desde la educación primaria hasta la universidad. Docenas de propuestas legislativas se han presentado desde 2019 y al menos 11 se han convertido en ley, aunque las demandas han evitado que algunas normas entren en vigor. La NCAA (siglas en inglés de la Asociación Nacional de Deporte Universitario) anunció en enero un «enfoque sobre participación transgénero deporte por deporte». Esa política acaba con un requerimiento previo de un año de supresión de testosterona y deja en manos de los órganos reguladores de cada deporte diseñar las políticas específicas. 

El año pasado, el Tribunal Supremo, conservador, defendió que las leyes contra la discriminación por sexo incluyen la identidad de género y el presidente, Joe Biden, ha firmado dos órdenes ejecutivas para prevenir y combatir la discriminación por esa identidad. Idoya Noain

REINO UNIDO: categorías aparte

Las instituciones deportivas del Reino Unido publicaron en septiembre una guía orientativa en la que se inclinan por la competición de personas trans en categorías aparte. «Para muchos deportes, la inclusión de las personas transgénero, la equidad y la seguridad no pueden coexistir en un único modelo competitivo», señala. 

Las mujeres trans tienen ventajas físicas sobre las mujeres, incluso con la supresión o reducción de los niveles de testosterona. Se recomienda priorizar la inclusión de deportistas trans, pero también proteger la categoría femenina teniendo una sección «abierta» y una sección «solo femenina» y buscar nuevos formatos de manera que pueda participar todo el mundo de manera segura y justa. Queda en manos de los directivos de cada deporte implementar estas recomendaciones, mal recibidas por la comunidad LGBTI. Begoña Arce

FRANCIA: el rugby abre el camino

En Francia solo las federaciones de rugby y de patinaje 'roller derby' han reglamentado la participación de transexuales. Los responsables del segundo deporte más importante en el país aceptan en los torneos oficiales a los atletas que hicieron la transición bajo una serie de condiciones médicas y administrativas

Por ejemplo, a las mujeres trans no operadas se les exige que hayan seguido «un tratamiento hormonal durante un mínimo de 12 meses». En cambio, en el roller derby reconocen la «autodeterminación de género». Es decir, una persona trans es libre de elegir la categoría masculina o femenina. El resto de disciplinas no disponen de una normativa específica sobre la cuestión, lo que favorece que se decida en función de cada caso. Enric Bonet

ALEMANIA: remite a la FIA

Alemania cuenta con una Ley General de Igualdad (2006), cuyo objetivo es «evitar o eliminar la discriminación por raza o procedencia étnica, sexo, religión o ideología, discapacidad, edad o identidad sexual». Desde el año 2018 los alemanes tienen, además de «hombre» y «mujer», la opción de incluir «diverso» en su documento de identidad. Todo ese andamiaje legal persigue acabar con la discriminación y la expulsión del espacio público de las personas que decidieron transicionar o que no encuentran su identidad de género entre la elección clásica binaria. La Federación Olímpica Alemana no ha tomado una decisión ni ha dejado entrever cuál será su posición tras el anuncio del COI de que cada federación nacional deberá establecer sus baremos sobre la cuestión trans. 

En su web, se limita a recordar las reglas de la Federación Internacional de Atletismo: que el o la deportista tenga un reconocimiento legal por parte de un tribunal sobre su identidad sexual, que el nivel de testosterona en sangre esté por debajo de los 5 nanomoles por litro de sangre al menos seis meses antes de la competición, y que esos niveles se mantengan estables posteriormente. Andreu Jerez

CHINA Y JAPÓN: sin rastro; y un caso sonado

En China no hay registrados casos de deportistas trans. Años atrás los miembras del equipo femenino de relevos 4x100 metros encajaron una campaña según la cual, atendiando a su aspecto, se trataba de hombres. Sin embargo, la complejidad de su sociedad, que aúna tradición y modernidad, quedó reflejada en recientes y masivos debates sobre las atletas transgénero, con argumentos similares a los que se observan en Occidente. Sí hay casos en Japón. El esgrimista de élite Fumino Sugiyama se retiró al empezar la transición por miedo a la transfobia y hoy es una de las voces más potentes sobre los derechos de su colectivo. Kumi Yokohama, futbolista, se definió como un hombre trans en una entrevista el pasado año. Adrián Foncillas

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