TERRITORIO VINTAGE

Una vez más: 'No a la guerra'

David Karvala, autor de este artículo, dibujó la ‘bomba tachada’ que se convirtió en símbolo de las movilizaciones contra la guerra de Irak de 2003

El activista volverá a salir a las calles el 19 de marzo contra la invasión de Ucrania

Aturem la guerra 2003

Aturem la guerra 2003 / Joan Cortadellas

David Karvala

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Esta semana he vuelto a gritar 'No a la guerra' entre miles de personas. E inevitablemente me vienen a la memoria las grandes movilizaciones contra la invasión de Irak en 2003. Incluso ha reaparecido el símbolo de la bomba tachada que dibujé –partiendo del logo del movimiento antiguerra británico– para la Plataforma Aturem la Guerra (PAG) y puse en el cartel de la manifestación histórica del 15 de febrero de 2003.

Esa protesta internacional, con más de un millón de personas en Barcelona y decenas de millones por todo el mundo, se ha convertido en algo mítico, casi sobrenatural. Pero fue el producto de debates políticos y trabajo muy real.

Por motivos familiares, el 11-S de 2001 me encontraba en Gran Bretaña. Tres días después, asistí a una gran asamblea urgente del británico Partido Socialista de los Trabajadores, la mayor organización de la izquierda radical en ese país. Allí se habló claramente de la guerra que venía. No bastaba con declaraciones: se tenía que construir un movimiento antiguerra fuerte y amplio.

Y así se hizo, sumando fuerzas muy diversas, desde sindicatos y la izquierda laborista hasta organizaciones musulmanas. Nada de esto fue automático. En Francia, por ejemplo, no ocurrió nada parecido.

En Catalunya construimos la PAG, donde confluimos el movimiento anticapitalista, el pacifismo de siempre; partidos y sindicatos… (Que yo sepa, no se planteó implicar a organizaciones musulmanas.)

La misma llamada para el 15-F fue producto de debates. Salió del Foro Social Europeo, en Florencia, en noviembre de 2002. Pero aquí había sectores opuestos a convocar bajo el lema de 'No a la guerra'; querían diluir el mensaje antibelicista entre otros temas.

Incluso dentro de la PAG hubo reticencias (por suerte, superadas) cuando un puñado de personas recién llegadas de Florencia propusimos una marcha en paseo de Gràcia.

Debates pertinentes

Es cierto que, con esas magníficas protestas, no paramos la guerra. Pero millones de personas cambiamos gracias a aquellas experiencias. E hicieron que el trágico 11-M en Madrid no provocase agresiones islamófobas, sino la caída de Aznar.

Ahora, volvemos a gritar No a la guerra, y con razón. Pero, aún más que en 2003, hay importantes debates. ¿No ha habido otras guerras? Por supuesto que sí.

En Siria, Bashar Al Assad, apoyado por Putin, ha matado a medio millón de personas. Arabia Saudí, aliado de Occidente, sigue bombardeando Yemen. El pueblo palestino continúa sufriendo bajo el apartheid israelí. Y hay muchos más ejemplos.

"Las protestas no pararon la guerra, pero sirvieron de cortafuegos de agresiones islamófobas tras el 11-M"

Cada día, personas refugiadas de estos conflictos mueren en las fronteras de Europa. Huyen de la guerra equivocada; tienen la religión y el color de piel equivocados. Y ninguno de estos conflictos levanta una oposición como la de hoy.

Así que me solidarizo con las personas que sufren bajo las bombas en Ucrania. Pero los estados (desde EEUU hasta Israel) que se presentan como indignados defensores de la paz y de los derechos humanos adolecen de hipocresía.

Se ha declarado la regularización de toda persona ucraniana en el Estado español. Bien, pero hay otras 600.000 personas viviendo aquí sin derechos. (Ahora mismo la campaña 'Regularización Ya' trabaja para recoger el medio millón de firmas necesarias para una ILP.)

En 2003 dijimos no a una guerra impulsada por nuestro gobierno y quedaba claro que la única respuesta posible era nuestra movilización. Pero esta vez, para algunas personas, el grito de 'No a la guerra' es solo un entrante para el plato principal: la escalada del conflicto.

Se aplican represalias inéditas. A EEUU nunca se le aplicaron sanciones por su invasión de Afganistán. Se ha anunciado el envío de armas a Ucrania. ¿Pero qué estado europeo se ha planteado armar al pueblo palestino para defenderse ante el Ejército israelí?

La movilización como arma

Hay quienes proponen una incursión directa de la OTAN en Ucrania, lo que conlleva el peligro de una guerra nuclear. Incluso dentro del movimiento por la paz hay quienes se plantean tales opciones. Debemos volver a una lección clave de 2003: que la única arma que es nuestra, no de ellos, es la movilización.

Logramos la gran protesta de 2003 gracias a debates y trabajo. Hoy, ante una situación muy diferente y difícil en Ucrania, hará falta más de ambos.

Para mí, la claridad y simplicidad del no a la guerra de 2003 se encuentran hoy en Unitat Contra el Feixisme i el Racisme (UCFR), un movimiento que nació desde y con el espíritu de la PAG. En UCFR, activistas de base, de muchas procedencias y sensibilidades, colaboramos en la defensa de la convivencia frente a los promotores del odio.

La UCFR convoca para el 19 de marzo, a mediodía, una manifestación dentro del marco de una protesta internacional de World Against Racism and Fascism: saldrá del mismo sitio de paseo de Gràcia que la gran manifestación del 15-F.

Debemos conseguir que la enorme solidaridad demostrada en 2003 con el pueblo iraquí, y hoy con el pueblo de Ucrania, se exprese también frente al racismo y el fascismo.

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