Claudia Stilianopoulos: hija de Pitita Ridruejo, novia de Ernesto de Hannover y la mujer más perseguida de Madrid

La artista pasea por la capital su azaroso idilio con el príncipe alemán

Claudia Stilianopoulos

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Hasta hace unas semanas, la hija pequeña de Pitita Ridruejo, Claudia Stilianopoulos, apenas había aportado algunos cameos puntuales a las siempre azarosas tramas del corazón. Pero desde que el pasado verano empezó a salir con el problemático Ernesto de Hannover –y sobre todo desde que este se instaló en Madrid con su patinete eléctrico, sus trifulcas y su programa de rehabilitación–, esta artista de 48 años se ha convertido, seguramente a regañadientes, en una de las protagonistas indiscutibles del otoño invierno capitalino. 

El ojo del halcón de paparazis y profesionales de la cosa la persiguen allá donde va y, cabe decir, que están encontrando turbulencias que contar. Días atrás, por ejemplo, tomaron buena nota de una discusión en una marisquería del barrio de Salamanca en la que, según el parte, el aristócrata, de 67 años a/ empezó a levantar la voz, b/ ella lo reprendió antes de coger el bolso y llamar a un taxi, c/él empujó a una amiga y d/acabó la velada dedicándose abradacabrantes cortes de mangas con el único comensal que resistía en la mesa.

Nueva vista

Tras el episodio, los partes que llegan de la pareja recogen, básicamente, los supuestos ruegos del entorno de la artista para que desista de seguir adelante con el jefe de la Casa Güelfa, quien, recordemos, en verano vio cómo se le suspendía la condena de 10 meses de libertad condicional –en los que debía acudir a psicoterapia y no podía beber alcohol ni pisar su residencia austriaca– dictaminada en marzo. Aun así, el próximo miércoles se celebrará una audiencia de apelación en la que se podrían emitir «nuevas instrucciones» derivadas de los episodios en los que, en estado de ebriedad, insultó, amenazó y atacó a agentes de policía, y rompió una ventana y coaccionó gravemente a sus guardeses.

De momento, parece que Claudia –a la que su entorno llama Clo– persiste en su intención de seguir con el aristócrata, al tiempo que asiste a una excavación constante de su biografía. Aquí van unos modestos apuntes. Exmujer del artista Juan Garaizabal (nieto del fundador de Viajes Marsans) y madre de dos hijas –Casilda y Olivia–, la artista, vende piezas que oscilan entre 300 y 8.000 euros y pasa por ser la bohemia de la familia que formaron la socialité mariana y el diplomático filipino de origen griego José Manuel Mike Stilianopoulus, nombrado embajador en Londres por Ferdinand Marcos.

A los 18 años, Clo dejó la Marbella en la que su madre ejercía de 'mestressa' y, como tantas otras jóvenes palaciegas con inquietudes espirituales, se fue a Calcuta. Luego vivió seis años sin tele y montó una galería de arte en la que los artistas cobran el 100% de sus obras. A diferencia de su madre, soriana de la que heredó su perfil helénico, no ha presenciado apariciones de la Virgen, pero sí ha asistido a un «milagro» más de su rollo new age. Lo explicaba así en 'El Mundo' en 2014: «El cielo estaba encapotado, empezó a diluviar y de pronto se abrieron las nubes, se cerraron los paraguas y comenzó la danza del sol, dos soles, tres soles; oscureció de nuevo y volvió el diluvio». A la vista está que no la amilanan las tormentas. H

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