PERFIL

Thomasin McKenzie: la estrella hipnótica condenada a ser actriz

La joven neozelandesa, de 21 años y protagonista de 'Última noche en el Soho', ha subido escalones en la industria sin necesidad de sobreactuar

Thomasin McKenzie /Cuaderno

Thomasin McKenzie /Cuaderno

Juan Manuel Freire

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Thomasin McKenzie no tenía que ser actriz. Es más que eso: estaba condenada a ello. Su madre y su abuela, Miranda Harcourt y Dame Kate Harcourt, también lo son. Su padre escribe guiones y dirige. En 2017, Thomasin formó parte de una película codirigida por sus padres, 'The changeover', con su buen puñado de buenas críticas. Todo quedaba en casa. Y además podía quedar bien.

Pero fue un año después cuando realmente McKenzie llamó la atención del mundo. Fue gracias a 'No dejes rastro', de Debra Granik, la misma directora que ocho años atrás había revelado a Jennifer Lawrence con 'Winter's bone'. Thomasin estaba deslumbrante como Tom, la joven arrastrada a vivir en los bosques, sin electricidad ni nexos sociales, por un padre veterano de Irak (Ben Foster) con trastorno de estrés postraumático. 

Trabajo sutil

A juego con la propia película, McKenzie se marcaba un trabajo sutilmente doloroso. Es la forma de actuar con la que ha ganado fama: antes la introversión que la explosión. "Me lleva mucho esfuerzo hacer cosas 'grandes'", contaba a principios de octubre en entrevista con la edición británica de 'Esquire'. "Incluso cuando creo que estoy haciendo una interpretación gigantesca, veo la película y es mucho más pequeña de como yo la veía en mi cabeza".

Siguieron papeles más o menos secundarios en 'The King', como Philippa de Inglaterra; 'Jojo Rabbit', como la joven judía escondida en el altillo de casa del personaje titular, o 'La verdadera historia de la banda de Kelly', como la prostituta que ayuda al bandolero Ned Kelly en su despertar sexual. Se suponía que debía aparecer en 'Top Gun: Maverick', pero al final se dejó caer por proyectos algo más pequeños, como el reivindicable drama true-crime 'Chicas perdidas', de Liz Garbus, en el que hacía de hermana pequeña de la 'escort' desaparecida en Oak Beach. 

Con Shyamalan, Wright y Campion

Pero su momento es claramente ahora. 2021 ha sido y será su año. Hace unos meses la vimos dejar constancia de su capacidad para hacer creíble lo increíble en 'Tiempo', el thriller filosófico de Shyamalan. Y en breve (el 19 de noviembre, para ser precisos) la veremos como la estudiante de diseño de moda transportada mágicamente al Swinging London de los 60 en la sugestiva 'Última noche en el Soho' de Edgar Wright. Pero no solo eso: el 1 de diciembre llegará a Netflix con 'El poder del perro', de su compatriota neozelandesa Jane Campion, como sirvienta del rancho donde viven los hermanos rivales protagonistas (Benedict Cumberbatch y Jesse Plemons).

Más adelante la veremos protagonizar la miniserie basada en 'Una y otra vez', la novela de Kate Atkinson con una heroína que nace y renace varias veces durante seis décadas, o 'Perfect', de Olivia Wilde, en la que será la inspiradora gimnasta estadounidense Kerri Strug, aquella que en Atlanta 1996 se sobrepuso a una dolorosa lesión para ayudar a su equipo a lograr el oro. En conjunto, no es mal currículo, no, para una actriz tan joven. ¿Qué habíamos logrado nosotros a los 21 años? 

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