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¿Por qué ya casi nadie hace nudismo?

Los grandes chiringuitos, el desembarco de los partidarios del bañador y las ordenanzas revocan el carácter naturista de las playas

¿Por qué las jóvenes ya no hacen toplés?

Nudistas en la playa de sant sebastià

Nudistas en la playa de sant sebastià / Jonathan Grevsen

María G. San Narciso

María G. San Narciso

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Corría el año 1976, solo ocho meses después de la muerte de Franco, cuando un grupo de unas 10 personas comenzó a hacer nudismo en l’Illa Roja, en Begur (Girona). Había en el disfrute de la práctica un regusto de libertad, de despojarse de ataduras. Porque sí: un bañador o un sujetador también pueden oprimir. Ahora, 45 años después, aquellos pioneros consideran que el albedrío se ha perdido; que están "en el peor momento de la historia" para exponer sus cuerpos al sol. Asociaciones y usuarios lo achacan a la falta de apoyo por parte de ayuntamientos, la atracción por estas playas más apartadas –y a las que el postureo de Instagram no ayudó– o el miedo a las cámaras. 

Los chiringuitos también han protagonizado algunas de las últimas polémicas, entre ellas en l’Illa Roja. Aunque la playa no esté reconocida como naturista, su tradición es conocida en Catalunya. La usuaria Eva Verdaguer se llevó una multa de 1.500 euros por repintar un cartel que avisaba de esto.

"El chiringuito de Illa Roja, Begur, tradicionalmente nudista, ha llegado a los límites grotescos de no servirnos", explica una usuaria

"Hubo chiringuitos adaptados pero ahora, 15 años después, hay uno enorme que no respeta al naturismo y que ha llegado a los límites grotescos de no servirnos", asegura Joan Carles Doval, otro usuario. David Maronda, propietario del negocio, defendía en una entrevista en Catalunya Radio su libertad para exigir que vayan vestidos en el local. Exponía que puede haber gente que "se sienta incómoda" o que los niños estén "violentos".

Reclamaciones sin éxito

En la Costa del Sol, Almudena Medrano denuncia que no se respeta la playa de Costa Natura, la primera reconocida como naturista en 1979. Un chiringuito, dicen, les ha robado el espacio. "La playa se nos queda muy pequeña. Hay mucha zona ocupada por hamacas que no nos dejan usar –asegura–. Con marea alta, no tenemos sitio para sentarnos. No se respeta la distancia de seis metros que debe haber hasta la orilla". A raíz de su recogida de firmas en Change.org han logrado que quiten "solo" siete hamacas. En la playa conviven familias mixtas, lo que no les preocupa tanto como que se "eche" a quienes no usan bañador. "Lo que pedimos es que no se nos moleste y que se ponga una señal recomendando el uso nudista", manifiesta.

La búsqueda de playas más recoletas por los 'textiles' (nombre que utilizan para designar a las personas que sí usan bañador) hace que los usuarios sientan que no se respete la tradición nudista de más de 400 playas en España. "No es que haya un problema de convivencia, pero sí puede hacer sentir incomodidad", aclara Segimon Rovira, presidente del Club Català de Naturisme, que explica que al principio buscaban calas apartadas para evitar a la Guardia Civil. "Muchas de ellas son vírgenes o no están tan masificadas", explica. Y eso atrae.

También a mirones. M. Mentxaka suele practicar el nudismo en las playas de Getxo, Sopela, Berango o Barrika (Euskadi). A veces con su cuadrilla (mixta), a veces con amigas o sola. Únicamente han tenido problemas ellas. "Suelen ser hombres de más de 45 años los que nos miran o nos graban. Ahora llego a la arena y me fijo en quién está para observar. Y me da una rabia tremenda. Es una impotencia de la leche tener ese malestar en el cuerpo", denuncia. 

Uso en páginas porno

Relata una ocasión en que, tomando el sol con una amiga, se dio cuenta de que un hombre las estaba grabando. Otro usuario reconoció que la persona tenía una "actitud algo rara", pero no dijo nada. "Falta implicación colectiva", asegura. El hombre salió corriendo. "Ha habido denuncias en la zona porque nuestros cuerpos salen en páginas porno sin consentimiento y no han conseguido llegar a los responsables".

No usar bañador supone "romper con imposiciones que criminalizan, sexualizan o comercializan el cuerpo", según el presidente de la Federación Española de Naturismo

Para Ismael Rodrigo, presidente de la Federación Española de Naturismo (FEN), muchos problemas vienen por "un recorte de libertades". Recalca el "uso excesivo" por parte de algunos ayuntamientos del artículo 139 y 140 de la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local. Sirvieron, por ejemplo, para que en San Pedro de Pinatar (Murcia) se prohibiera la desnudez integral. El defensor del pueblo alegó que una ordenanza no podía regular la vestimenta de los individuos, pero sirvió de poco.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos sí considera la desnudez pública como derecho a la libertad de expresión, cuya regulación está reservada a la ley, aunque en 2016 el Tribunal Supremo avaló una ordenanza que prohibía el nudismo en las playas urbanas de Cádiz. Más allá de las ordenanzas, Rodrigo defiende la práctica. Para él, no usar bañador supone "romper con una serie de imposiciones que criminalizan, sexualizan o comercializan el cuerpo".

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