Afectados por el productor

José Luis Moreno: las 'víctimas' del Weinstein de Boadilla del Monte

En paralelo a la imputación por delitos contra la Hacienda Pública, estafa, blanqueo y asociación ilícita, el padre de Monchito centra un MeToo (a la española)

Actores, bailarines y modelos declaran haber sufrido vejaciones, impagos, abuso de poder y acoso sexual

Daniel Muriel cuenta su experiencia trabajando con José Luis Moreno

combo sexual

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Mónica Pérez

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A juzgar por el MeToo que se ha organizado en los platós de Mediaset, José Luis Moreno va en camino de convertirse en una versión cañí de Harvey Weinstein. Mientras el productor neoyorkino –condenado a 23 años de cárcel por delitos sexuales– recibía a sus 'presas' en albornoz, les prometía escalar en Hollywood a cambio de favores y operaba con impunidad respaldado por sus amigos en la industria y la política, el padre de Monchito recibía en batín, utilizaba el cebo laboral para atraer a jovencitos a su mansión de Boadilla del Monte y, en caso de rechazo, amenazaba con cercenar carreras, amparado en su poder en el 'showbiz' y sus conexiones con las altas esferas (Bárcenas asegura que contribuyó a la caja B del PP).

A Moreno le imputan delitos contra la Hacienda Pública, estafa, blanqueo, asociación ilícita, insolvencia punible y falsificación documental, pero también van desfilando las denuncias por vejación, impago y acoso sexual de exaspirantes a estrella y exempleados. La definición de algunos damnificados laborales –desde el cantante invidente Serafín Zubiri, que lo describe como un tipo "frío", "déspota" y "sin escrúpulos", a las periodistas Sandra Barneda o Julia Otero, que han contado cómo encajaron atónitas sus imprecaciones– coincide, según aventuran psicólogos consultados, con "un perfil de Trastorno de la Personalidad Narcisista (TPN)".

A saber, un individuo que se cree superior a los demás, tiene una percepción exagerada de su importancia, es controlador, egoísta y manipulador y no siente ninguna empatía. Esto, sumado a su debilidad por los aspirantes a estrella guapos y mayormente vulnerables –algunos bailarines han explicado que lo primero que les preguntaba era "si estaban solos" o "si tenían familia"–, le dan puntos a miembro del club de los depredadores. Él lo niega todo.

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