TERRITORIO 'VINTAGE'

Las melancolías de Charles M. Schulz, el padre de Snoopy

Un nuevo documental de Apple TV+ indaga en la figura del creador de Carlitos y Snoopy 

SCHULTZ

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Juan Manuel Freire

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Aunque el documental se llame '¿Quién es Carlitos?' (Apple TV+, viernes, día 25), de lo que se trata aquí es de averiguar quién fue Charles M. Schulz. Muchos lo conocen como el padre de Carlitos, Snoopy y toda la inolvidable tropa de 'Peanuts'. Menos conocen los reveses de su vida, exorcizados por el historietista en unas viñetas progresivamente más abstractas y adultas, esto último aunque sus personajes no acabaran de crecer nunca.

Si su creación ha calado hondo en las más diversas generaciones, como deja claro el grupo de fans invitado a hablar en el documental (de la actriz y productora Drew Barrymore, de 46 años, al adolescente Noah Schnapp, de 'Stranger things'), no es solo por el encantador diseño de personajes y la limpieza de un trazo que Schulz se empeñó en entintar él mismo hasta el último día. También es por sus temas de ansiedad, soledad y desamor, cuestiones que no entienden de generaciones. 

La biografía 'Schulz, Carlitos y Snoopy', escrita por David Michaelis en 2007, hizo verdadero hincapié en los lados más tristes de la biografía de Schulz, algo que no entusiasmó a sus herederos. La pieza de Apple, dirigida por el veterano Michael Bonfiglio, es algo menos cruda; en parte, suponemos, por el amplio acuerdo de la corporación con la compañía Peanuts Worldwide, que incluye nuevos contenidos de variada condición.

Aislamiento y pérdida

Pero no se evita la tristeza, o de lo contrario no se podría explicar a Schulz ni su obra. Lo saben quienes lo conocen bien, como Karen Johnson, antigua directora del Charles M. Schulz Museum. "Era hijo único", explica en el documental. "Y era el niño pequeño al que nadie hablaba realmente. Era tan tremendamente tímido que cuando salía con su madre por las calles de Saint Paul [Minnesota], caminaba siempre con la cabeza agachada". A pesar de ello, su familia quiso ponerle de mote 'Sparky', o sea, 'Vivaracho'.

Según se explica en el filme, el joven Schulz era tan bueno en clase que pudo saltarse un curso. Pero eso no fue la gran bicoca. Como explica el diseñador gráfico Chip Kidd, "tenía un año menos que el resto de sus compañeros, algo que cuando eres tan pequeño, tiene importancia". La viuda del dibujante, Jean Schulz, va más allá y añade: "Sentía que no importaba un comino al resto de niños del colegio"

Schulz solo era feliz encerrándose en su cuaderno de bocetos. Así superó el colegio y así llevó algo mejor su reclutamiento para la segunda guerra mundial, solo unos días después de la muerte de su madre, con solo 50 años, por un cáncer cervical. Aunque cueste creerlo, el viejo chaval apocado regresó de la guerra convertido en sargento. 

Su carrera iba a ser en las viñetas, sea como sea. Tras un prototipo llamado 'Li'l folks', el 2 de octubre de 1950 se publicó la primera tira de 'Peanuts', aquella en la que un niño y una niña parecían celebrar un encuentro con Charlie Brown antes de rajar de él en cuanto el pobre Carlitos desaparecía de cuadro. Bueno, el niño en concreto era el que rajaba. "Los niños son duros", explica Drew Barrymore. "El modo en que se tratan unos a otros es lo que te lleva a construirte una armadura. Y después pasas el resto de tu vida recordando quitarte esa armadura". 

Rechazo amoroso

El mundo de 'Peanuts' es un mundo, entre otras cosas crudas, de amor no correspondido. Y por supuesto, esto tiene sus raíces también en la vida de Schulz. Estuvo enamorado de una contable, Donna Johnson, que no se casó finalmente con él sino con un bombero. Donna fue la inspiración para la Niña Pelirroja por la que Charlie bebe fatalmente los vientos. 

Sobre todo, Schulz se inspira en sí mismo para sus personajes, como recuerda Bonfligio en este recomendable mediometraje. Hay algo de Sparky en casi todas sus más icónicas creaciones. Linus recibió su parte filosófica, la que no dejaba de hacer preguntas resonantes; Lucy, la parte sarcástica, que la tenía; Snoopy, la parte soñadora, la de alguien que se resiste a ser quien el mundo quiere que sea. Su amor por el deporte y su feminismo encuentran reflejo en Peppermint Patty, inspirada también por la tenista Billie Jean King, entrevistada en la película. Además de esa chica tan independiente, el progresista Schulz, animado por una carta de la profesora Harriet Glickman, incluyó en las tiras a un personaje negro, Franklin Armstrong, destinado a promover la igualdad racial en los días posteriores al asesinato de Martin Luther King Jr. 

Adicto al trabajo y a su propia creatividad, Schulz no dejó de dibujar cuando empezó a sufrir de temblor esencial, trastorno del movimiento que afecta a las manos. Lo hizo al final de 1999, cuando le diagnosticaron un cáncer de colon. Murió el 12 de febrero de 2000, la noche antes de publicarse la tira final de 'Peanuts'. No sabemos si realmente satisfecho de todo lo conseguido: el documental deja entrever que, incluso en su momento de mayor repercusión, el grande, enorme Schulz siguió sintiéndose algo pequeño. 

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