Andra Day: el reto (más que superado) de ser Billie Holiday

La actriz ha ganado el Globo de Oro por bordar a la mítica cantante de jazz, un papel para el que parece haber nacido

Su canción ‘Rise Up' es un fenómeno cultural y la banda sonora de las investiduras demócratas, McDonald's y Black Lives Matter

Andra Day

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Nando Salvà

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La victoria que la cantante Andra Day logró esta semana, y que la convirtió en la tercera mujer negra de la Historia en ganar un Globo de Oro a la Mejor Actriz, cobra especial significado si se tienen en cuenta todos los retos que superó para ello.

Primero, 'Los Estados Unidos contra Billie Holiday' representa su primera experiencia actoral de relieve. Segundo, las otras nominadas, que volvieron a casa de vacío, acreditan un talento apabullante: Viola Davis, Vanessa Kirby, Frances McDormand y Carey Mulligan. Tercero, para llevarse el premio tuvo que persuadir a los votantes para que pasaran por alto que, a excepción de su interpretación, el nuevo 'biopic' sobre la mítica cantante de jazz no es gran cosa.

Impecable trabajo

La crítica, en efecto, coincide en que la película –centrada en el acoso al que el Gobierno norteamericano sometió a Holiday a causa de su canción 'Strange Fruit', considerada un himno antirracista, y de su adicción a las drogas– es convencional, confusa y falta de sutileza, pero también en que ninguno de esos adjetivos es aplicable al trabajo de su protagonista. Y es que, en la piel del personaje, Day llora, se enfurece, se coloca, se entrega, se derrumba y por supuesto canta como Dios; y entretanto lo dota de una mezcla insólita de fiereza y fragilidad y una dignidad asombrosa hasta en sus momentos más terribles, y celebra su humanidad al tiempo que honra su leyenda. Contemplándola en pantalla, se hace difícil creer que estuvo a punto de rechazar el papel, y que de hecho rezó para que no se lo concedieran. No se sentía capaz de hacerle justicia. 

Son miedos comprensibles a pesar de que, en realidad, llevaba años preparándose para encarnar a Lady Day, tanto a través de su estilismo retro, como de su nombre artístico –en realidad se llama Cassandra Monique Batie–, como de esa personalidad pop apoyada en el blues y el góspel y esa voz de versatilidad deslumbrante que la ha llevado a ser comparada también con divas como Etta James y Nina Simone. Considerando esas credenciales, es lógico que fuera descubierta por otro nombre ilustre.

Se hace difícil creer que estuvo a punto de rechazar el papel, y que de hecho rezó para que no se lo concedieran: no se sentía capaz de hacer justicia a la mítica cantante de jazz

Un día de 2010, mientras cantaba en un centro comercial de Malibú, llamó la atención de la esposa de Stevie Wonder, que decidió grabar la actuación en su teléfono. Poco después, Day recibió una llamada del mismísimo autor de 'Superstition' y, llegado el momento, eso la conduciría a firmar un contrato con la discográfica Warner Bros., publicar su aclamado álbum de debut, 'Cheers to the Fall' (2015) y colaborar con artistas como Lenny Kravitz, Alicia Keys y Regina Spektor. Hasta entonces, eso sí, pasó algún tiempo más trabajando como repartidora de periódicos, dependienta en un videoclub o camarera en una taquería para financiar su carrera musical.

De Biden a Black Lives Matter

Al menos hasta el domingo pasado, el gran público conocía a Day sobre todo gracias a una canción, 'Rise Up', que permanece instalada en el panteón de los fenómenos culturales recientes. En primer lugar, porque ha sido utilizada como banda sonora tanto para campañas publicitaria de marcas como McDonald’s, Budweiser y Beats como de los respectivos actos de toma de posesión de dos presidentes de EEUU –el de Barack Obama en 2016, y el de Joe Biden hace unas semanas–; y en segundo lugar, sobre todo, porque se ha convertido en himno oficioso del movimiento Black Lives Matter y en grito de guerra para el activismo en contra de la discriminación racial, recogiendo así el testigo de, sin ir más lejos, canciones como 'Strange Fruit'. ¿Quién si no Andra Day podría haber dado vida a Lady Day?

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