Cine de barricada: 'Nuevo orden' y otras películas para entender las revueltas

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orden pobres / A CONTRACORRIENTE FILMS

Quim Casas

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La revuelta social está presente en el cine desde los tiempos tan lejanos en el que los personajes no hablaban y no existía el sonido: la rebelión de los obreros en una sociedad futura en 'Metrópolis'; la de los soldados descontentos y el pueblo hambriento ante la represión zarista en 'El acorazado Potemkin'; las manifestaciones en plena Gran Depresión castigadas duramente por la policía en una comedia chapliniana como 'Tiempos modernos'. La lucha de clases ha sido un gran tema cinematográfico, y la revuelta desde todas las perspectivas –social, estudiantil, antisistema, antibélica–ha estado siempre presente tanto en el llamado cine político como en la obra de los autores más comprometidos. La actualidad en Hong Kong, Estados Unidos, Birmania, Chile o en la Barcelona tensada por el encarcelamiento de Pablo Hasél nos devuelve a la realidad del cine como testimonio, cuando quiere, de la revuelta permanente.

'NUEVO ORDEN' (2021). Director: Michel Franco

Más que un cineasta izquierdista, que lo es, el mexicano Michel Franco es un provocador nato. En 'Nuevo orden' lo lleva al terreno sociopolítico actual, en el que la mecha de la revuelta está más que prendida. Su película no es un alegato sobre la diferencia de clases ni una reivindicación del viejo ideario marxista, sino un manotazo durísimo encima de la mesa para alertar, a través de la hipérbole y el desafío, de lo que está sucediendo en distintas partes del mundo. La gente está harta y dice basta.

Los personajes de 'Nuevo orden' no queman contenedores ni saquean tiendas. En pleno lamento de los más oprimidos por las calles del D.F., entran en una fiesta burguesa, arremeten contra todo y desestabilizan el país. El 'nuevo orden' represor del título lo imponen los militares y los ricos corruptos. Franco empezó a escribir su película hace siete años, preocupado por la xenofobia y el auge de la extrema derecha. Quizá ha tardado demasiado en realizarla.

‘EL JUICIO A LOS 7 DE CHICAGO’ (2020) Director: Aaron Sorkin

Notorio guionista, representante del ala izquierda liberal estadounidense, Aaron Sorkin ha retratado desde postulados progresistas la política norteamericana –'El ala oeste de Casa Blanca'– y los entresijos de una cadena de televisión con un presentador-estrella de ideas republicanas –'The newsroom'–. En su última película como director se acerca a un caso real y pretérito que nos sirve, hoy, para evaluar y entender mejor las tensiones de finales de los años 60: la guerra de Vietnam, la segregación racial, el movimiento 'hippy', la contracultura, el 'clan Manson' o los Ángeles del Infierno.

Sorkin habla del juicio a los llamados 'siete de Chicago', manifestantes en contra de la guerra de Vietnam que fueron acusados en 1969 de conspiración contra la seguridad nacional, y la repercusión que aquel juicio tuvo en la calle. Pero de hecho está hablando del convulso presente de su país en plena era Trump. Sorkin ni podía imaginar lo que acontecería meses después de estrenar su filme con el asalto al Capitolio.

'DETROIT' (2017). Directora: Kate Bigelow

Tras particulares películas de género (policíacas, vampiros, ciencia ficción), Kate Bigelow ha politizado su cine enfrentándose al tópico de que es una realizadora virilizada porque practica el cine de acción y rueda 'como si fuera un hombre'. En 'Detroit' se la jugó: una directora blanca sin aparente compromiso social explicando lo que ocurrió en esta ciudad estadounidense en el verano de 1967, con una redada policial y unos altercados posteriores que convirtieron Detroit en el centro de las revueltas raciales. Spike Lee, desde la ficción y un posicionamiento más rotundo, pulsó los disturbios de un verano neoyorquino en 'Haz lo que debas'. La crítica más reaccionaria dijo que Lee estaba incitando a la revuelta afroamericana. La crítica más conservadora arremetió contra Bigelow porque contaba algo que no conocía. Precisamente por eso, por situarse en la distancia racial, cultural y de clase, la mirada de la directora podía ser más objetiva. Además, su filme apareció en un momento muy oportuno.

‘V DE VENDETTA’ (2005). Escrita por las herman(a)s Wachowski. Dirección: James McTeigue

Pensada, escrita y producida por las hermanas Lana y Lilly Wachowski y realizada por James McTeigue al dictado de las autoras de 'Matri'x, la película tergiversa algunos aspectos en el ideario político del autor del cómic en el que se basa, el anarquista y ocultista Alan Moore, pero es bastante fiel en la reconstrucción de una sociedad británica distópica y dictatorial a la que se opone un terrorista enmascarado que intenta dinamitar el sistema.

El personaje de V se basa en Guy Fawkes, el hombre que en 1605 intentó asesinar al rey Jacobo I provocando una explosión con dinamita en la mismísima cámara de los lores británica. Tanto el cómic como la película indagan en las contradicciones de esta actuación, a la vez que retrataran el clima de descontento y los aires de una revuelta anti-sistema mucho antes de que tal concepto existiera. La máscara que lleva V está inspirada en el rostro de Fawkes y ha sido utilizada por el grupo de activistas Anonymous en sus actos a favor de la libertad de expresión.

'LOS AMANTES HABITUALES' (2005). Director: Philippe Garrel

Durante las revueltas parisinas del mayo de 1968, Philippe Garrel, más independiente que de izquierdas, y el grupo radical al que pertenecía, llamado Zanzibar, realizó el documental de 10 minutos 'Actua 1'. Centrado en la huelga general de mayo, estaba planteado como un anti-noticiario y fue sufragado en parte por gente como Jean-Luc Godard, que donó 5.000 francos. Jamás se proyectó y hoy se considera perdido.

Cuatro décadas después, Garrel dirigió 'Los amantes habituales', minuciosa reconstrucción emocional de aquellos días y sus consecuencias. Un joven poeta experimenta el desengaño después de la revolución frustrada mientras participa en manifestaciones, escapa de la policía y conversa sobre literatura y política entre vahos de opio y nihilismo. El personaje está interpretado por el hijo del director, Louis Garrel, quien dos años antes había protagonizado 'Soñadores' de Bernardo Bertolucci, otra exploración de aquella revuelta y su carga sociológica, política y sexual.

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