Las 6 conspiranoias que lo petan

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portada del mas periodico del 28 2 2021 / Jorge Martínez

Juan Fernández

Juan Fernández

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Las teorías conspiratorias son tan antiguas como la humanidad. Sin embargo, las redes sociales amplifican un fenómeno que se alimenta de buscar explicaciones sencillas a procesos complejos. Estos son las seis más clamorosas:


1. La pandemia es mentira


La última en subirse al carro negacionista ha sido Victoria Abril, que esta semana ha afirmado que el covid no causó en 2020 “ni el 5% de las muertes del año”, pero antes fueron otros rostros conocidos, como los músicos Miguel Bosé, Enrique Bunbury y Carmen París, los que pusieron en duda que la alarma sanitaria generada alrededor del SARS-Cov-2 esté justificada.

La corriente de opinión que niega la dimensión de la pandemia es plural y transnacional. En países como Alemania o Estados Unidos ha tenido un importante seguimiento, y en España tampoco han faltado las manifestaciones multitudinarias de ciudadanos que rechazan las medidas impuestas para mantener a raya al virus, e incluso su peligrosidad.

La más reciente congregó a 2.000 negacionistas bajo la lluvia en la plaza de Colón de Madrid el pasado mes de enero. No sustentan su tesis en datos oficiales, sino en informes elaborados por expertos en pseudoterapias y medicinas alternativas como las doctoras María Martínez Albarracín y Natalia Prego, que han llegado a crear una asociación llamada Médicos por la Verdad.


2. Las vacunas llevan chips conectados al 5G


El movimiento antivacunas es tan antiguo como las propias vacunas, que empezaron a ser utilizadas a finales del siglo XVIII. A mediados del siglo XIX, en Inglaterra ya existía la 'Liga Anti-vacunación' y en décadas posteriores prosperaron grupos parecidos en Estados Unidos y otros países europeos. La incontestable victoria de esta medicina sobre enfermedades como la viruela o la polio no ha hecho mella en su desconfianza hacia un fármaco que consideran responsable de dolencias como el autismo.

La vacuna del covid-19 estaba llamada a ser víctima también de sus sospechas, aunque en esta ocasión las teorías conspirativas han llegado a asociarla a un supuesto plan oculto tramado por Bill Gates y George Soros para dominar el mundo activando, desde las antenas del 5G, el chip que, según sostienen, viaja dentro de los viales. Sin llegar a esos extremos, los más moderados del club antivacunas reniegan de las fabricadas por Pfizer y Moderna porque creen que las moléculas de ARN-mensajero de las que están hechas pueden acabar provocando mutaciones genéticas en los humanos.


3. 'Chemtrails' (Nos fumigan con las estelas de los aviones)


De entre todas las teorías conspirativas, la de 'chemtrails' -o 'estelas químicas'- es, probablemente, la más exuberante por las dificultades que entraña probarla y sostenerla, a pesar de lo cual cuenta con miles de adeptos en todo el mundo. También es una de las más jóvenes. Nació a finales de los años 90 en foros de internet donde empezaron a circular informes anónimos que denunciaban una supuesta trama oculta para controlar el mundo fumigando a la población con productos químicos que lograrían tenernos poco menos que drogados. La prueba de este envenenamiento masivo serían las estelas que a veces dibujan los aviones en el cielo. 

Según esta tesis, esas marcas blancas no las causa la condensación de los gases calientes que desprenden los motores de las aeronaves, sino los productos químicos que se vierten a la atmósfera. En las webs que suscriben esta idea solo se aportan como pruebas imágenes de estelas y fotos de aviones cargados de bidones, pero jamás una demostración fehaciente del procedimiento. Tampoco de la 'mano negra' que habría detrás moviendo este complejo plan. 


4. QAnon (El Partido Demócrata esconde una red de pederastas)


Ninguna formación conspiranoica puede presumir de los logros alcanzados por los adeptos a QAnon: no solo consiguieron el apoyo del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, que siempre habló bien de ellos; también dieron músculo y discurso al grupo de asaltantes que se coló en el Capitolio el pasado 6 de enero, muchos de los cuales llevaban estampadas en el pecho las cinco letras que identifican al movimiento. 

El nombre es una abreviación de 'Anónimo Q', el 'nickname' tras el que se camuflaba a finales de 2017 un desconocido usuario del foro 4chan para publicar supuestos informes clasificados que probarían que un grupo de destacados políticos del Partido Demócrata como Hillary Clinton y Barack Obama, junto a rostros conocidos como Tom Hanks y Oprah Winfrey, formanban una red secreta de pedófilos que traficaba con menores. Tras la irrupción del coronavirus, los seguidores de QAnon adaptaron sus sospechas a los nuevos tiempos y difundieron la teoría de que la pandemia había sido planeada por una logia secreta.


5. Negacionistas de la nieve (La tormenta 'Filomena' cubrió España de plástico)


El último grito en teorías conspiranoicas lo ha dado la tormenta 'Filomena'. No la borrasca en sí, que a estas horas nadie ha relacionado con ningún contubernio en la sombra, sino la nieve que dejó a su paso. El día que el centro de la Península amaneció cubierto de blanco, empezó a circular por las redes un vídeo en el que se veía a una mujer apelmazando un puñado de nieve recogido de su terraza, a continuación le acercaba un mechero encendido y, viendo que la bola no solo no se derretía, sino que se ponía negra, concluía: "Esta nieve no es de verdad, es puro plástico, esta es la mierda que nos mandan, nos están engañando con todo".

La gran carcajada que el vídeo provocó en las redes no evitó que la negacionista de la nieve tuviera también multitud de émulos que repitieron el experimento con similar resultado. No solo en España. La reciente ola de frío que ha asolado Texas ha dejado tras de sí una variada cosecha de vídeos de 'tiktokers' que insisten en la misma sospecha. Se han alineado bajo una misma etiqueta: #Governmentsnow (la nieve del Gobierno).


6. Terraplanistas (La Tierra es un disco plano, no un planeta esférico)


A pesar de su disparatada enunciación y del atentado que acarrea contra las leyes de la física, la idea de que la Tierra no es esférica, sino plana, constituye una de las teorías conspiranoicas más argumentadas. Cuenta hasta con un club, la Asociación de la Tierra Plana, que desde 1956 trata de rebatir a Eratóstenes, el astrónomo griego que hace 2.300 años llegó a medir el diámetro del planeta. A mediados del siglo XIX, el inventor ingles Samuel Birley Rowbotham formuló las nociones básicas de la Astronomía Zetética, según la cual la Tierra es un disco rodeado de hielo con el polo norte situado en el centro. 

La ocurrencia lleva un siglo y medio dando bandazos por los márgenes de la historia, pero ha ganado adeptos en la última década gracias a las redes sociales. En 2017 llegó a celebrarse en Carolina del Norte una conferencia internacional sobre terraplanismo. En enero de 2020, el terraplanista norteamericano Mike Hugues murió al caer del cohete casero con el que quería demostrar que el horizonte de la Tierra no es curvo sino plano. 

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