Música de cine

'Soul' y otras 12 películas donde el piano jazz es la estrella

El estreno en la plataforma Disney Plus es el último ejemplo de la larga, estrecha y fecunda relación entre este instrumento y la pantalla.

El protagonista de 'Soul' tocando el piano

El protagonista de 'Soul' tocando el piano

Quim Casas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

‘Soul’, la última producción Pixar, directamente en ‘streaming’, tiene como principal protagonista a un joven pianista negro de jazz, neoyorquino hasta la médula, que vive una experiencia mística y cósmica en el más allá.

La relación del piano jazzístico con el cine es larga, estrecha y fecunda, desde pianistas de ficción hasta bandas sonoras, documentales y películas biográficas.

Esta es una selección de 12 títulos, entre cine y televisión, en los que el piano jazz brilla de maneras distintas.

Anatomía de un asesinato (1959)

La música de ‘Anatomía de un asesinato’, drama judicial realizado por Otto Preminger, lleva la firma de dos pianistas, Duke Ellington y Billy Strayhorn. Fue grabada por la orquesta de Ellington, quien aparece además actuando en un bar. Es la primera banda sonora importante de un filme de Hollywood elaborada por músicos negros. Aunque se la considera una de las composiciones de jazz más importantes para el cine, sus autores se apartaron de los motivos tradicionales y recurrentes del género.

Un día volveré (1961)

La película de Martin Ritt, de título original ‘Paris blues’, recoge la gran fascinación de los músicos de jazz estadounidenses por la capital francesa. Paul Newman y Sidney Poitier salen bien parados cuando hacen ver que tocan jazz. La banda sonora la firmó Duke Ellington, dos años después del éxito de ‘Anatomía de un asesinato’, y en escena aparecen Louis Armstrong y Aaron Bridgers: este era un notable pianista y pareja sentimental de Billy Strayhorn, el colaborador estrecho de Ellington.

Blow-up (1966)

El pianista Herbie Hancock formó parte del quinteto de Miles Davis entre 1963 y 1968, y fue el trompetista quien le sugirió que se interesara por el piano eléctrico. En medio de esta vorágine creativa en cuanto a la reinvención del jazz, que daría obras fundamentales como ‘In a silent way’, Hancock compuso la vibrante banda sonora de ‘Blow-up’, filme de Michelangelo Antonioni que adapta un texto de Julio Cortázar, se inspira en el fotógrafo David Bailey y retrata el ‘swinging London’ de la época. 

Alrededor de la medianoche (1986)

Budd Powell, figura clave del ‘bebop’, alternó los escenarios con las instituciones psiquiátricas. Esquizofrénico y alcohólico, tocó el piano como pocos hasta su fallecimiento en 1966, a los 41 años. Bertrand Tavernier se inspiró en él, y en el saxofonista Lester Young, cuando dirigió una de las películas más notables sobre jazz, ‘Alrededor de la medianoche’, en la que otro músico convulso, el saxofonista Dexter Gordon, dio vida al protagonista, un artista veterano que actúa en el Blue Note de París.

Straight no chaser (1988)

'Round midnight’, el tema que da título al filme de Tavernier, es uno de los clásicos de Thelonious Monk, autor de otras piezas emblemáticas como ‘Straight no chaser’. Así se llama el espléndido documental que produjo Clint Eastwood, gran amante del jazz y pianista vocacional además de cineasta. El filme, realizado por Charlotte Zwerin, recoge varias de las poderosas actuaciones de Monk, quien fundamentó su estilo en la improvisación. Compuso la música de ‘Las relaciones peligrosas’, de Roger Vadim.

Los fabulosos Baker Boys (1989)

Cinta un tanto maldita, muy notable pero bastante olvidada, presenta las complicadas relaciones entre dos hermanos pianistas (Jeff y Beau Bridges) y la cantante que actúa con ellos (Michelle Pfeiffer). Se ganan la vida tocando en salas de fiestas, pero el jazz es lo que les da vida y ánimos para seguir en la carretera. Es un retrato clásico de perdedores, muy ácido, realista y conmovedor, con momentos excelentes como la interpretación que realiza el trío del estándar ‘My funny Valentine’.

Piano Blues (2003)

Tantos años asistiendo al festival de jazz de Monterey, escuchando a sus ídolos, introduciendo matices jazzísticos en sus películas y tocando el piano, debían cristalizar en este documental en el que Clint Eastwood conversa con maestros del teclado tanto del blues como del jazz: Doctor John, Ray Charles, Marcia Ball y Dave Brubeck, además de recoger imágenes de archivo de Count Basie, Fats Domino o Nat King Cole. El documental pertenece a la serie ‘The Blues’, producida por Martin Scorsese en 2003. 

Ray (2004)

Además de realizar uno de los filmes sonados de los 80, ‘Oficial y caballero’, Taylor Hackford es un adicto al rock, el blues y el jazz. Dirigió el documental ‘Chuck Berry Hail! Hail! Rock’n’roll’, produjo ‘La bamba’ y firma este ‘biopic’ de Ray Charles, interpretado por Jamie Foxx. No faltan los excesos y las convulsiones matrimoniales, pero el filme explora bien su creatividad como cantante y pianista a partir de su eclosión en Atlantic Records. Charles falleció tres meses antes del estreno del filme.

Chico y Rita (2010)

Conocida es la querencia de Fernando Trueba por el jazz latino, en el que el teclado juega un papel tan esencial como las percusiones. En esta película de animación realizada junto a Javier Mariscal, cuenta la historia de amor entre un joven pianista de jazz y una muchacha que aspira a ser cantante en La Habana de finales de los años 40. Para la banda sonora escogieron a Bebo Valdés, uno de los pianistas y arreglistas más importantes del jazz afrocubano; también pone voz a Chico cuando canta.

La ciudad de las estrellas (La La Land) (2016)

Otra historia de ambiciones y frustraciones en la que el jazz representa una inalcanzable pureza artística. Ryan Gosling es un pianista que malvive tocando en festejos y tugurios de mala muerte mientras aspira a poder componer e interpretar sus temas de jazz ‘desde el corazón’. Emma Stone aspira a triunfar en otro ámbito, el de la interpretación cinematográfica. Están condenados a enamorarse… y a separarse cuando la música y el cine se anteponen a su amor. En la línea musical de Damien Chazelle.

Green Book (2018)


Don Shirley fue un pianista avanzado a su tiempo. En los años 50 y 60 compuso poemas sinfónicos a partir de textos de James Joyce, temas inspirados en el mito de Orfeo y muchas piezas en las que experimentó con el jazz y la música clásica. El oscarizado filme de Peter Farrelly evoca su relación con Tony Lip, el italoamericano que condujo su coche durante una gira por los estados del sur. A pesar de tocar con éxito ante el público blanco, generalmente burgués, fue repudiado por ser negro y homosexual.

The Eddy (2020)

Y otra de Chazelle, esta vez en formato de serie. Buena parte de la acción acontece en un pequeño club de jazz de París, donde los músicos intentan tocar mientras la vida del fundador de la banda se desmorona poco a poco. Las actuaciones están filmadas de forma vibrante, con Joanna Kulig (protagonista de ‘Cold War’) como vocalista. El pianista del grupo es Randy Kerber, quien ha colaborado con Quincy Jones, Frank Sinatra, Donna Summer, Bette Midler, Barbra Streisand, Dionne Warwick y Ray Charles.

Suscríbete para seguir leyendo