Angela Davis: diseñadora (accidental) de moda urbana

La activista y académica afroamericana colabora en una línea de camisetas y sudaderas que urgen a desmantelar el sistema policial y penitenciario en EEUU

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En este 2020 en el que lo más improbable va y sucede, no deja de tener su qué sorprendente que la activista y académica afroamericana Angela Davis haya lanzado su propia línea de 'streetwear' y, como viene celebrando el gremio de la moda, haya añadido una nueva casilla –la de diseñadora– a la ya de por sí abultada hoja de servicios que implica ser un mito en activo.

Vaya por delante que la incursión de la icónica activista en el negociado de la ropa poco tiene que ver con la política cuqui a la que a menudo se agarran las firmas del lujo para cabalgar las crisis y los tiempos (información de servicio: hace dos años, Prada lanzó camisetas de 500 euros y abrigos de 1.700 con el rostro de Davis ilustrado por Trina Robbins, la primera mujer que dibujó cómics de Wonder Woman: imaginarán la hoguera que se creó en Twitter a cuenta del supuesto tributo del símbolo de la burguesía milanesa a la jefa del socialismo negro).

Davis, miembro del Partido Comunista, durante una entrevista que concedió en diciembre de 1971 desde prisión, cuando fue acusada de haber participado en el asesinato de un juez y otras tres personas. En el juicio, finalmente, fue declarada no culpable por un jurado formado exclusivamente por personas blancas.

Davis, miembro del Partido Comunista, durante una entrevista que concedió en diciembre de 1971 desde prisión, cuando fue acusada de haber participado en el asesinato de un juez y otras tres personas. / Sal Veder

En esta ocasión, sin embargo, se trata de prendas de entre 35 y 75 dólares que homenajean a líderes de la negritud como el cofundador de los Panteras Negras Huey P. Newton a través de camisetas y sudaderas con capucha, una pieza, por cierto, de clara taquigrafía racial: tras el asesinato en 2012 del adolescente desarmado Trayvon Martin, se erigió en símbolo de protestas y disturbios cuando trascendió que el vigilante blanco que lo había abatido y que finalmente fue exculpado había llamado al 911 diciendo que acababa de disparar a un chico que llevaba "una sudadera con capucha oscura".

"Parece que las marcas ya no son tan Black Lives Matter como en verano", afirma el diseñador

Las prendas también recogen eslóganes-picahielos del movimiento como "ya no pedimos más" o la palabra "desmantelar", que alude a uno de los puntales del activismo negro contemporáneo: el que urge a desarmar y reconstruir el sistema policial y "el complejo industrial carcelario", dos instituciones, en palabras de Davis, de matriz clasista y racista con las que el estado responde a problemas de emergencia habitacional, empleo y salud mental que "nada tienen que ver con la seguridad", dijo en octubre por videoconferencia en un acto en el CCCB.

Toda esta digresión viene a cuento porque –además de avalar y avenirse a instagramear con los modelos de la marca de streetwear Renowned LA– la intervención de Davis ha consistido en decidir el destino de las ganancias: dos organizaciones, Underground Grit y Dream Defenders, que trabajan por la abolición y la reforma penitenciaria.

Hace dos años, Prada lanzó camisetas de 500 dólares con el rostro de la pensadora y activista

Cuenta John Dean, diseñador tras la marca, que la iniciativa nació de su inquietud al constatar que la causa racial y abolicionista –que en verano entró como un huracán en la conversación general tras los asesinatos de George Floyd y Breonna Taylor– ya no causa "el mismo fervor" ni en los medios ni entre sus colegas del ramo. "Hace seis meses, el tema racial provocaba clics y solidaridad, pero ahora parece que las marcas son menos Black Lives Matter, cuando ser negro no es ninguna tendencia: yo lo seré toda la vida".     

Precisamente, este nervio suyo por sostener las luchas se hizo enseguida con las simpatías de Davis, a la que le bastó un encuentro por Zoom para prestarse a colaborar. "La gente a menudo asume que los momentos más importantes son cuando todo el mundo está en la calle –afirma esta activista de largo recorrido e intersección entre la filosofía marxista y el feminismo antirracista–, pero eso solo es importante en la medida en que te dice que todas esas personas seguirán trabajando luego: necesitamos empezar hacer los cambios ahora mismo".

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