La lucha contra el covid

Cazadores de coronadatos

Varios usuarios de Twitter se dedican a elaborar, de manera desinteresada, los informes más detallados y completos que hay sobre la evolución de la pandemia

Un seguidor de Alberto García-Salido.

Un seguidor de Alberto García-Salido. / Xavier González

Juan Fernández

Juan Fernández

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Unas cuantas cuentas personales de Twitter se han convertido en un baremo fiable para monitorizar el avance del coronavirus y prever su evolución.

Detrás de las cuentas hay ciudadanos de variado perfil, algunos anónimos, que dedican cada día varias horas a reunir datos de contagios, hospitalizaciones y fallecimientos para elaborar algunos de los hilos y gráficos más completos que circulan sobre el covid.

Ninguno es experto en pandemias ni vive de esto, pero su esfuerzo desinteresado se ha erigido en una de las mejores vacunas contra el virus de la desinformación en tiempos de 'fake news'.

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MIGUEL ÁNGEL REINOSO (@mianrey)

"Mis estadísticas son un granito de arena en la lucha contra el covid"


Vallisoletano, de 27 años, licenciado en Magisterio. Antes de la pandemia era árbitro de fútbol de 3ª. Su tuit más viral: 2 millones de visitas. 200 seguidores el 1 de marzo del 2020. 30.200 seguidores en la actualidad.


A principios de marzo, nada hacía sospechar a Miguel Ángel Reinoso que unos meses más tarde acabaría concediendo entrevistas en los medios en plan 'influencer' de Twitter y que sus mensajes serían retuiteados por figuras con gran resonancia en las redes, como Gabriel Rufián, Rosa Díez o el presidente de El Salvador. Tampoco entraba en los planes de nadie que una pandemia mundial pusiera el planeta patas arriba, pero el coronavirus nos ha cambiado la vida a todos, y a él le ha convertido en un experto en la evolución del covid debido a su afición a las matemáticas y a la ocurrencia que tuvo en pleno confinamiento.

"Durante el confinamiento, los mensajes que más se viralizaban eran los positivos"

"Diseñé una fórmula para poner en relación los datos diarios de contagiados, fallecidos y curados, y descubrí que ese número me permitía adivinar cómo iría la curva con varios días de antelación. Empecé haciendo tablas a mano, que luego fotografiaba y enviaba a un amigo, y un buen día decidí subirlas a mi cuenta de Twitter recuerda.

En ese momento, este licenciado en Magisterio que antes de la pandemia ejercía de árbitro de 3ª División, tenía 200 seguidores en esta red social. "De pronto, aquel primer tuit sobre la pandemia tuvo 400 me gusta y retuits, entre ellos el del alcalde de Valladolid. Al día siguiente repetí la operación y la cuenta creció en 1.000 seguidores nuevos. Al día siguiente, otros 1.000. A finales de marzo, 5.000 usuarios se habían hecho suscriptores de mis informes diarios", relata.

Desde entonces, se ha mantenido fiel a su cita con los datos y sus 'followers'. "Solo descansé unos días en verano, pero me llegaron centenares de mensajes pidiendo que volviera. Hay quien piensa que este trabajo lo hace un robot, pero soy yo el que se tira seis horas al día cruzando las cifras que da Fernando Simón con las que aportan las comunidades autónomas", aclara. 

Cazadores de coronadatos

Sus informes diarios los suele encabezar con un esquema con puntos rojos y verdes para resumir en un vistazo cómo va la pandemia. Aunque se ha convertido en un minero de datos del covid, su tuit de mayor éxito fue el que escribió el 21 de junio para anunciar el fin del estado de alarma: tuvo 25.000 retuits y dos millones de visualizaciones. "En el confinamiento, los mensajes que más se viralizaban eran los positivos. En la segunda ola ocurre al revés. Sea cual sea su impacto, yo seguiré publicando datos. Por las respuestas que recibo, siento que mis estadísticas ayudan a la gente y aportan un granito de arena en la lucha contra el coronavirus", asegura.

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CARLOS CORONA-DADES (@CoronaDades)

"Hay que democratizar la información para que no se oculte la realidad"


Empresario de Terrassa de 47 años. Elabora informes sobre la pandemia en Catalunya segregados por hospitales, comarcas y ciudades. Abrió su cuenta de Twitter el 15 de marzo del 2020. 36.500 seguidores hoy.


El primer día del estado de alarma, Carlos, empresario que prefiere mantener su identidad en el anonimato, barajó varias opciones para matar las largas horas de asueto que tenía por delante. Descartado el puzle de 10.000 piezas y viendo que la lectura se le iba a quedar corta, decidió dedicarse a saciar la curiosidad que más le apremiaba en ese momento. "En aquellos primeros días del confinamiento, la información que circulaba sobre la pandemia era confusa y contradictoria. Como no tenía nada que hacer, empecé a recopilar datos sobre la situación en Catalunya y abrí una cuenta de Twitter para publicarlos. Pensé: si esto llega a interesar a 200 personas, ya estaré haciendo algo útil", recuerda.

"No quiero imaginar cómo habría sido esta pandemia sin redes sociales"

Ocho meses más tarde, @CoronaDades se ha convertido en una de las principales cuentas de referencia para conocer la evolución de la pandemia en Catalunya. Carlos ya no vive confinado, pero entre sus obligaciones cotidianas como director general de una empresa familiar, cada día consigue sacar un par de horas, normalmente por la noche, para elaborar los listados de contagios, hospitalizaciones, ingresos en ucis y fallecimientos, segregados por localidades, comarcas y hospitales, que luego publica en su perfil de Twitter. 

"Tengo una red de corresponsales sanitarios que me cuentan cómo está la situación en los centros de salud"

Ya no hace sus informes a salto de mata, como al principio, sino que ha sistematizado su modelo de procesamiento de datos. "Normalmente, cruzo las cifras nacionales con las que publica la ‘conselleria’ de Salut y las que aportan los 13 hospitales catalanes más importantes. Aparte, tengo una red de corresponsales sanitarios que me cuentan cómo está la situación en los centros de salud", revela. 

Dice sentirse "sorprendido y abrumado" por el interés que ha despertado su perfil de Twitter, que nació de cero a mediados de marzo y hoy tiene 36.500 seguidores, y cree que parte de su éxito se debe a la utilidad que tienen sus informes para la población y a la pulcritud con que maneja los datos, sean estos positivos o negativos.

Nunca responde a los comentarios de los usuarios y está convencido de que su anonimato le ayuda a mantener ese tono formal. "No tengo nada que ocultar, pero revelar mi identidad tampoco aporta nada útil a mis informes. Lo importante son los datos y, por suerte, hoy pueden difundirse. No quiero imaginar cómo habría sido esta pandemia sin redes sociales. Hay que democratizar la información para que nadie pueda tapar la realidad", afirma.

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FRANCESC PUJOL (NewsReputation)

"Mi misión en esta guerra es explicar la lógica de la pandemia"


Profesor de Economía en la Universidad de Navarra. Cada noche publica un hilo con el análisis detallado de la evolución de la pandemia en España y por comunidades. En marzo tenía 10.000 seguidores. Hoy tiene 34.000.


Francesc Pujol no era ningún desconocido en Twitter antes del coronavirus. Da clase de Economía en la Universidad de Navarra y desde hace tiempo es muy activo en las redes sociales, donde suele hablar de reputación 'online' y sistemas de medición aplicados a entornos digitales. Sin embargo, desde marzo es difícil leerle reflexiones relacionadas con su especialidad. Su cuenta de Twitter se ha convertido en una suerte de cuaderno de bitácora de la pandemia y su timeline es un continuo análisis de datos, tendencias y previsiones sobre la evolución de los contagios. El cambio de registro lo vio claro cuando ponderó la dimensión de lo que nos venía encima. “Entendí que esto iba a ser como vivir en tiempos de guerra, y que en una situación así todos teníamos una misión. Yo no sé coser mascarillas, pero sobre gestión de crisis y manejo de información sí sé algo, así que me centré en esto”, explica.

"Yo no sé coser mascarillas, pero sí sobre gestión de crisis y manejo de información. Y ahí me centré"

Desde entonces, su cuenta de seguidores no ha parado de crecer, pero no es relevancia personal lo que busca, sino “hacer de puente” entre los fríos datos que ofrecen las autoridades sanitarias y la composición de lugar que a partir de ellos se hace la población. “Desde el primer día observé que había un divorcio entre lo que contaban Fernando Simón y los expertos por un lado, y lo que entendían los ciudadanos por otro. La gente oía hablar del aplanamiento de la curva, pero las cifras de muertos seguían subiendo”, recuerda.

Ese divorcio tiene mucho que ver con la “lógica perversa de la pandemia”, que en su opinión está detrás de los graves daños que está causando. “La ola que hay que explicar no es la que se ve, sino otra que va por delante y que no se ve. Esa es mi misión, explicar esa lógica”, dice acerca de una labor que le ha obligado a ejercer de aguafiestas en más de una ocasión. “Cuando viene un tsunami, no es fácil decirles a los que están en la playa que tienen que salir corriendo, porque no ven la ola. Eso deben hacerlo las autoridades. Yo me limito a avisar de lo que va a llegar, que es lo que revelan los datos”, aclara. Elaborar los informes que luego sube a Twitter le roba cada noche un mínimo de dos horas. Algunos días, reconoce, se siente agotado, pero promete seguir con esta tarea. “Al menos, dentro de 40 años podré decir: en aquella pandemia hice lo que debía”, se sincera.

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NACHO GARCÍA (@ngbpadel2)

"Empecé a hacer tablas de incidencia del covid por curiosidad"


Madrid, 35 años. Es analista de datos para un banco. En Twitter solía hablar de padel. En abril empezó a mostrar gráficos sobre la pandemia su lista de seguidores se disparó. En marzo tenía 50 'followers'. Hoy tiene 24.400.


Si por algo llaman la atención las tablas de datos sobre la pandemia que Nacho García publica en su cuenta de Twitter, es por su colorido. Un simple vistazo es suficiente para saber si estamos en un momento tranquilo o preocupante de la evolución del covid. Esa paleta de colores, que en verano estaba llena de tonalidades suaves, empezó a ponerse roja y morada con la llegada del otoño debido a la segunda ola, aunque en los últimos días ha vuelto a aclararse. “El uso de mapas de calor es uno de los detalles que más aceptación ha tenido en mis tuits. Para mí no es nuevo, ya usaba colores para analizar otros datos que manejaba a nivel personal”, explica este experto en big data de 35 años que trabaja para una entidad financiera en Madrid.

Esos otros datos a los que alude están relacionados con el pádel, su deporte favorito, que está en el origen de su relación con Twitter. Se abrió la cuenta en el 2014 y hasta la pasada primavera solo la usaba para publicar referencias sobre el circuito profesional de la raqueta. Pero llegó el coronavirus y lo cambió todo. “Un día se me ocurrió subir un mapa de calor de la incidencia acumulada de contagios y vi que la respuesta era muy buena. Al día siguiente hice lo mismo y, poco a poco, se convirtió en una rutina. Pero no fue premeditado, todo empezó por mi propia curiosidad y mi necesidad informativa”, revela.

A partir de las cifras que ofrecen el Gobierno y las comunidades autonómicas, García publica cada día una “foto” de la pandemia en tiempo real, una aportación que le ha convertido, a su pesar, en un influencer de la pandemia. Otras cuentas suelen dedicarse a debatir sobre las medidas que se aplican para combatir el coronavirus, pero ése no es su estilo. “A veces, las estrategias se politizan, y si dices algo sobre ellas parece que defiendes a tal o cual partido. Cuando eso ocurre, intento ser neutro y remitirme a los datos”, aclara. Su única queja hacia las autoridades tiene que ver con la gestión de la información “La forma como publican los datos tiene mucho que mejorar. Me sigue sorprendiendo que las cifras que dan las distintas fuentes no concuerde o que algunas se publiquen con varios días de desfase”, se lamenta. 

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ANA TUDELA & ANTONIO DELGADO (@datadista)

"Nuestros datos de la pandemia sirven para la ciencia"


Sus bases de datos sobre la incidencia del covid son utilizadas en ‘papers’ científicos que analizan la evolución de la pandemia. En marzo tenían 15.000 seguidores. Ahora tienen 23.100.


Cada tarde, cuando el Ministerio de Sanidad publica los datos de incidencia del covid en todo el país, Ana Tudela y Antonio Delgado ponen en marcha una engrasada maquinaria cibernética para combinar esas cifras con las que han ido publicando las comunidades autonómas a lo largo del día, corregir las disonancias que puedan producirse y convertir esa constelación de números en una base de datos, ordenada e inteligible, que a continuación comparten con la comunidad científica en una plataforma de código abierto y, posteriormente, suben a sus cuentas de Twitter e Instagram.

De este servicio, que ellos ofrecen de forma altruista, no solo se benefician sus seguidores en las redes sociales. También lo aprovechan los centenares de investigadores que a diario monitorizan la evolución del coronavirus desde todos los rincones del planeta, y a quienes valen de poco los informes brutos que emiten las autoridades sanitarias.

"El Gobierno publica sus datos en un 'pdf', pero esa información no sirve de nada si previamente no se extraen las cifras, se limpian y se transforman en una hoja de cálculo que permitan ser analizadas. Solo así pueden ser comparadas con las de días previos para observar tendencias y prever nuevas olas", explica Delgado.

Los informes que estos dos periodistas de datos elaboran y publican, ya han sido utilizados en media docena de ‘papers’ científicos internacionales relacionados con la pandemia, un dato que para ellos tiene una lectura agridulce: “Nos satisface saber que nuestro trabajo está sirviendo a la ciencia, pero no podemos olvidar que, en realidad, hacemos una labor que corresponde a la Administración”, advierten.

La falta de transparencia ha sido una de las quejas que ha perseguido a la gestión que el Gobierno ha hecho de los datos del covid desde que se decretó el estado de alarma. Delgado y Tudela conocen bien ese lamento porque participan de él casi a diario. “Las órdenes de confinar ciudades o cerrar sectores económicos enteros se están tomando en función de los datos, pero esos datos no se están explicando a la población. Si los contaran con transparencia, todo el mundo entendería mejor esas decisiones y habría menos resquemores”, reconocen.

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ALBERTO GARCÍA-SALIDO (@Nopanaden)

"Hablo del coronavirus porque lo he visto en mi UCI"


Médico intensivista en el Hospital Infantil Niño Jesús de Madrid. A través de su cuenta de Twitter ha ido contando su experiencia clínica con el covid, junto a muchos consejos útiles. En marzo tenía 42.000 seguidores. Hoy tiene 84.700.


En términos de reputación, al pediatra Alberto García-Salido le ha ido bien en la pandemia: en algo más de medio año ha duplicado su cuenta de seguidores en Twitter, que ya era abultada en la otra vida debido a su intensa actividad mediática y digital: colabora en el programa 'Más de uno’ de Onda Cero, ha publicado varias novelas –la última acaba de llegar a las librerías- y el año pasado ganó el principal concurso de hilos literarios que se celebra en España.

Pero desde que el coronavirus irrumpió en su 'timeline', no han parado de ofrecerle entrevistas, conferencias y webinares para que hable sobre el covid. Su respuesta ha sido siempre la misma: "No, porque no soy un experto en pandemias. Solo hablo de lo que sé, que es de niños e inmunidad. Y si en mis tuits he tratado el coronavirus, es porque lo he visto de cerca en la uci donde trabajo y porque he investigado en la materia", aclara.

"Hago los tuits poco a poco, en varios días, y siempre fuera del horario del trabajo"

García-Salido es médico intensivista en el Hospital Niño Jesús de Madrid y a mediados de marzo vivió con angustia el dilema de encontrarse cada día con varios menores afectados de covid mientras se afirmaba que la infancia era inmune a esta enfermedad. "Fueron días difíciles, porque había poca información y mucha preocupación", recuerda. Se dedicó a contar sus dudas y hallazgos en su cuenta de Twitter, donde siempre procuraba aportar consejos prácticos y utilizaba un tono empático y en ocasiones humorístico, y una tropa de usuarios de la red comenzó a seguirle como quien sigue una luz en la oscuridad.

Hoy se siente "responsable” de la comunidad que ha creado a su alrededor –"no es lo mismo tuitear para 100 personas que cuando te siguen 80.000", advierte-, pero tanto interés no le intimida.

Su medicina contra el bloqueo mental es el rigor con que escribe sus hilos: “Los hago poco a poco, en varios días, y siempre fuera del horario del trabajo. Me gusta estructurarlos bien y aportar datos que sean de utilidad para la gente. Mi afición a la literatura me ayuda”, explica. Las respuestas que recibe de sus seguidores le confirman que logra su objetivo. “Hay quien desconfía de Twitter, pero yo lo veo muy útil para transmitir información. Si mis tuits han ayudado a alguien en medio de tanta incertidumbre, me doy por contento", confiesa. 

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