El regreso del asesino amable

La miniserie 'Des' revive a Dennis Nilsen, autor de 15 brutales crímenes entre 1978 y 1983

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Nando Salvà

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"El amoroso movimiento del delgado y necesario látex; sacado del paquete, escondido en la chaqueta; tan sustancial como una bocanada de vapor rosa". El poema que empieza con esos versos se titula 'Condón' y es muy perturbador, aunque ni por asomo tanto como el hombre que lo escribió semanas antes de morir en la cárcel: Dennis Nilsen, uno de los asesinos en serie más prolíficos de la historia de Gran Bretaña, responsable confeso de 15 muertes terribles entre 1978 y 1983 y protagonista de 'Des', la miniserie que el domingo 29 llega a Starzplay.

Sus tres episodios no solo recuerdan aquellos crímenes a través de la investigación policial y la cobertura mediática que desencadenaron; también examinan la estrecha relación que el asesino mantuvo con Brian Masters, autor del libro biográfico 'Killing For Company'.

"La mayoría de las víctimas del asesino en serie eran indigentes y homosexuales"

La mayoría de las víctimas de Nilsen eran indigentes y homosexuales. Contactaba con ellos en pubs y salones recreativos, los invitaba a su apartamento y allí los estrangulaba o los ahogaba en la bañera. Le gustaba tumbar los cadáveres en su cama para masturbarse junto a ellos y, a veces, también los sentaba en un sillón para tener compañía mientras bebía o veía la tele; con algunos practicaba sexo.

Los almacenaba en casa a veces durante meses, hasta que la falta de espacio, los gusanos y el hedor nauseabundo lo obligaban a deshacerse de los cuerpos. Los descuartizaba con un cuchillo de cocina, hervía sus cabezas y tiraba los órganos internos y la piel al retrete; guardaba torsos y extremidades en maletas o bajo las tablas del parqué hasta que tenía ocasión de quemarlos.

Olor nauseabundo

En febrero de 1983, Nilsen se quejó a su casero acerca de un olor que provenía de los desagües del apartamento. El fontanero descubrió que unos huesos diminutos los obstruían, y llamó a la policía. Al llegar, los agentes vieron unas ratas que comían partes humanas dentro de una tubería. "Al parecer alguien ha echado al váter los restos del Kentucky Fried Chicken", se justificó inicialmente Nilsen.

Cuando decidió confesar lo hizo de forma fría, rutinaria, como si estuviera leyendo la lista de la compra. Estaba convencido de haber tratado a sus víctimas con cariño y delicadeza, y con el tiempo ese detalle le granjeó el más llamativo de sus apodos: 'el asesino amable'.

"Estaba convencido de haber tratado
a sus presas 
con cariño y delicadeza"

Las autoridades intentaron por todos los medios obstaculizar la cobertura informativa del caso, por dos motivos: el primero, temían que se hiciera público que Nilsen había sido policía -según los informes, dejó el cuerpo después de un año, al ser descubierto haciéndose tocamientos en una morgue-; el segundo, al menos siete personas lograron escapar vivas de él, y algunas de ellas denunciaron los hechos, pero nadie investigó sus casos.

Nilsen fue hallado culpable de seis cargos de asesinato y otros dos de intento de asesinato, y desde entonces nunca salió de la cárcel. En sus cartas, demostraba verse a sí mismo como un pensador profundo enfrentado al sistema, y como la víctima de una conspiración; se consideraba "más famoso que David Beckham", y a menudo pedía a sus carceleros los recortes de las noticias que se publicaban sobre él.

Murió en mayo del 2018 a los 72 años, víctima de un aneurisma aórtico abdominal. Se determinó que había agonizado durante dos horas y media, víctima de un dolor insoportable.

Trauma familiar

¿Por qué mataba Dennis Nilsen? Por sus confesiones a Masters se sabe que de niño había estado muy unido a su abuelo materno, y que tras su muerte, se volvió retraído y resentido con sus hermanos, que a su juicio recibían más atenciones de la madre, la abuela y el padrastro. Rompió con ellos en 1972, tras una discusión en la que su homosexualidad fue desvelada delante de toda la familia. Por entonces aún estaba en el Ejército.

"Supongo que soy un monstruo", 
escribió desde
su celda 

Se había alistado a los 16 años para desempeñar labores de cocinero, y allí había adquirido habilidades como carnicero. También en ese tiempo había desarrollado fantasías sexuales necrófilas. A menudo bebía con sus compañeros soldados y fingía estar inconsciente con la esperanza de que tuvieran sexo con él.

Desde su celda, Nilsen mandó una serie de cartas a los detectives que habían llevado su caso, y les confesó que no estaba seguro de sus motivos. "Sería mejor si mi razón para matar estuviera claramente definida, si lo hiciera para robar o por celos, odio, venganza, sexo, sed de sangre o sadismo", escribió. "Pero no es nada de eso. Supongo que soy un monstruo, un psicópata. Para mi propio asombro, no lloro por esas víctimas. No tengo lágrimas ni para mí ni para los afligidos por mis acciones".

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