Una casamentera llamada Anya Taylor-Joy

La actriz protagoniza 'Emma', la última versión cinematográfica del clásico de Jane Austen

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Abel Cobos

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«Yo nunca interpretaré a la novia», aseguró Anya Taylor-Joy (Miami, 1996) al diario 'The Guardian' en el 2018. Lo ha repetido en muchas entrevistas, como en la que publicó el semanario 'New Musical Express': «Si el personaje es unidimensional, lo devuelvo». Suele usar la manida frase «estamos en el 2020» para justificarse: «Las mujeres somos personas, no complemento de una figura masculina», añade. 

Es por este miedo y esta búsqueda de «mujeres fuertes» que la gran mayoría de sus proyectos hasta ahora han sido películas claramente oscuras y de terror. 'The Witch', su primer filme, 'Split' y 'Glass', el final de la trilogía de M. Night Shyamalan o el 'thriller' comedia 'Thoroughbreds', por ejemplo. Incluso su aparición en 'The New Mutants', la última entrega de los X-Men, siguió este patrón, convirtiéndose en un híbrido entre terror y cine de superhéroes después de ser reeditada varias veces en posproducción.

Volantazo

Pero como hizo en su día Jamie Lee Curtis para no quedarse estancada en este género, dio un volantazo a su carrera aceptando otros proyectos con un registro totalmente diferente, como su papel en la aclamada serie 'Peaky Blinders', en el 'biopic' de Marie Curie, 'Radioactive', en el drama de Netflix 'Gambito de dama' o su próximo estreno 'Emma', la semana que viene. Precisamente, este último proyecto es perfecto para una actriz que reniega de «ser la novia»: una adaptación de Jane Austen, autora cuyo mensaje, atemporal, es un trampolín para los rostros feministas más jóvenes del cine, como demostraron las 'Mujercitas' de Greta Gerwig, interpretadas por Saoirse Ronan, Emma Watson, Florence Pugh y Eliza Scanlen.

 

Taylor-Joy –tiene orígenes argentinos y españoles y habla perfectamente el castellano– ya ha logrado despegarse la etiqueta de chica de terror, y no solo lo demuestran sus trabajos más recientes, también los proyectos en activo. Actualmente está trabajando en el 'spin-off' de 'Mad Max', donde interpretará a una joven Furiosa, el personaje de Charlize Theron, y en 'The Northman', de Robert Eggers. Y, aun así, no le parece suficiente distancia con el terror y quiere probar nuevos formatos más ligeros, «ojalá pudiera hacer un musical», confesó.  

 

Cerca de una crisis

Está en boca de todos, pero eso también pasa factura. «A principios del año pasado estuve cerca de una crisis nerviosa porque no sabía cómo iba a cumplir con todos mis compromisos. Rodé 'Emma' durante un par de meses, me tomé un día libre, me fui a filmar 'Last Night in Soho' con Edgar Wright, me tomé otro día libre y luego me fui a Berlín a grabar una serie para Netflix que terminé el 23 de diciembre. Así se fue mi año», recordó en una reciente entrevista. En sus redes sociales llegó a dar las gracias al covid, en broma, porque le permitió descansar por primera vez en cinco años, desde que empezase en el 2015 su carrera de actriz.  

Pero los nervios no solo le vienen por la imposible carga de trabajo, también porque refleja algo que le pesa muchísimo a la propia actriz: Taylor-Joy es el rostro de moda en Hollywood. Recuerden: «No quiero ser famosa», aseguró a 'The Guardian'.  

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