ANIVERSARIO DE UN ICONO CULTURAL

Así nació 'Friends' hace 25 años

La serie celebra un cuarto de siglo divirtiendo a nuevas generaciones de fans gracias a su emisión por 'streaming'

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Juan Manuel Freire

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Si algo tienen de malo los aniversarios, es que pueden servir como recordatorio de lo mayores que nos estamos haciendo, nosotros y ellos, los actores protagonistas. Si algo tienen de bueno, es que sirven para quitar polvo a algún clásico, recordar sus valores semiolvidados y afianzarlo de nuevo en el canon. En el caso de 'Friends', todo eso es casi innecesario; gracias a su incorporación al catálogo de Netflix hace cinco años, la serie ha visto fortalecerse su club de fans, en el que ya no hay solo viejos miembros de la generación X sino también millennials y zetas.

El periodista Joshua Rivera lo resumía muy bien en Twitter: "Parece que haya sido el 25º aniversario de 'Friends' desde al menos hace cinco años". Pero no: ese aniversario es el día 22 de septiembre del 2019. Tal día como ese, hace un cuarto de siglo, en 1994, la cadena estadounidense NBC traía a las casas a seis amigos que rápidamente se granjearon el favor de la audiencia.

No tanto de una crítica algo dividida. 'The New York Times' habló de reparto "atractivo" y diálogos "perfectamente 1994", pero otros la dejaron en nuevo vano intento de 'Seinfeld', justamente la serie con la que Netflix planea cubrir el hueco que dejará 'Friends' en su catálogo cuando, el año próximo, la serie pase a ser exclusiva de HBO.

Amigos guapos que se lían entre ellos

Enfrentar a 'Seinfeld' y 'Friends' es un deporte popular, pero ¿hace falta quedarse con una? ¿Por qué no disfrutar con ambas, muy parecidas en la superficie (ambas tratan sobre grupos de amigos) pero tan distintas en ritmos y sensibilidad? 'Seinfeld' es una casi arrastrada comedia del vacío cotidiano, a menudo al borde de la más descarnada misantropía. Sus héroes no son del todo buena gente y, de hecho, a veces ni siquiera buenos amigos. 'Friends' es una imparable máquina de bromas, una eficaz comedia romántica y de enredo sobre amigos guapos que se llevan tan bien que se acaban liando entre ellos.

El piloto estrenado el 22 de septiembre de 1994 establecía a los personajes y sus relaciones de forma convincente, aunque muchos aún nos preguntamos cómo puede la novia a la fuga Rachel (Jennifer Aniston) quedarse a vivir tan fácilmente en casa de una amiga del instituto, la perfeccionista chef Monica (Courteney Cox), a la que ni siquiera invitó a su boda.

Así es Rachel, se puede objetar: impulsiva, animada y, por qué no decirlo, algo atolondrada. Es decir, pareja en apariencia ideal para el inteligente pero siempre medio perdido Ross (David Schwimmer), quien ya había empezado a sentir cosas por Rachel en el instituto. El aspirante a actor Joey (Matt LeBlanc), un poco lento pero adorable, siente cosas por casi cada mujer que se cruza en su camino. Vive con el sarcástico Chandler (Matthew Perry), 'friend' favorito de quien esto firma, en el piso de enfrente del de Monica y Rachel. Completa la banda Phoebe (Lisa Kudrow), amiga del amor, la amistad y la aromaterapia.

Jornadas de trabajo de un día

En su recomendable libro 'I'll be there for you', la periodista Kelsey Miller define acertadamente 'Friends' como una serie sobre "la primera madurez, cuando tus coetáneos y tú carecéis de ataduras familiares y de pareja, y os sentís al mismo tiempo ilusionados con el futuro y desorientados". No todo el mundo ha tenido un estrecho grupo de amigos en los veintitantos, pero sí que fue así para los guionistas David Crane y Marta Kauffman, quienes se inspiraron en sus propias experiencias neoyorquinas para crear la serie. 

No fue su primer gran éxito: antes, habían creado por encargo 'Sigue soñando', la serie de culto de HBO sobre un editor literario que creció consumiendo televisión y cuyos pensamientos se presentan en pantalla en forma de fragmentos de sus emisiones favoritas. Por sugerencia del productor John Landis, también director de varios episodios, la serie abundaba en sexo y palabrotas, al contrario que la limpia y romántica 'Friends'.

En su libro 'Generation Friends', el experto en telecomedia Saul Austerlitz explica cómo Kauffman y Crane se encargaban, sobre todo, de la parte más emocional de la serie. En sus guionistas recaía el trabajo de dar con buenos chistes, o mejor, los mejores. La sala de guionistas era, describe Austerlitz, como "una sala de fiestas y una celda; una salvaje celebración diaria cuyos participantes, como los invitados a la cena de 'El ángel exterminador', no podían irse nunca". Hablamos de jornadas regulares de entre 14 y 16 horas que, en algún caso, podían llegar al día completo.

Sin 'revival' en el horizonte

Todo aquel esfuerzo dio lugar a algunas de las mejores medias horas de la historia de la tele. Episodios míticos como el del vídeo de baile de graduación con un Ross clavado a John Oates; el del concurso doméstico en el que chicos y chicas se jugaban los respectivos pisos, o el de cuando Chandler trata de pedir matrimonio a Monica (y Joey compra un barco sin querer). Estos son algunos de los clásicos canónicos, pero entre los 236 episodios de la serie hay mucha perla a reivindicar.

Regodéense en ese catálogo, porque, si nos atenemos a las palabras de Kauffman en el reciente Tribeca TV Festival, nunca habrá continuación. "La razón –dijo– es que esta es una serie sobre ese momento de tu vida en el que tus amigos son tu familia. Si empiezas a tener una familia, eso cambia. De modo que se perdería la esencia de la serie. La otra razón: nunca podría superar a lo ya hecho". 

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