David Verdaguer: cosas que te pasan a los 30 (si llevas bigote)

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Beatriz Martínez

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David Verdaguer (Girona, 1983) tuvo muy claro desde que era un niño que quería dedicarse a la interpretación. Lo supo cuando a los 7 años fue a ver con su padre 'El enfermo imaginario de Molière'. Con 19 años comenzó a hacer sus primeros papeles en series de TV-3 como 'Plats bruts', 'El cor de la ciutat' o 'Ventdelplà' y en el 2006 se incorporó como reportero al programa de humor 'Alguna pregunta més?'. También participaría en la 'sitcom' musical 'Pop Ràpid', de Marc Creuhet (que más tarde dirigiría 'El rey tuerto') y como imitador de personajes de actualidad política y deportiva en los programas satíricos 'Polònia' y 'Crackòvia'.

Desde el principio, los escenarios teatrales se convirtieron en su hábitat natural. Su actividad sobre las tablas ha sido incesable desde el 2002, como acreditan la treintena de obras en las que ha participado hasta el momento y en las que encontramos desde versiones de Bertolt BretchSamuel BeckettTennesse Williams o William Shakespeare, hasta piezas representativas de la dramaturgia contemporánea catalana, pasando por espectáculos humorísticos.

Tras debutar en el cine con Mar Coll, se ha erigido en uno de los actores fetiche de la nueva generación de directores catalanes

En el cine debutó junto a Mar Coll en su ópera prima 'Tres dies amb la família' (2009) y, a partir de ese momento, se convirtió en uno de los actores fetiche de la nueva generación de directores surgidos en Catalunya en los últimos años, junto a otros compañeros de profesión como Miki EsparbéAlain Hernández o Miquel Fernández.

Premio Gaudí

También probó el formato webserie gracias a Roger Coma en 'Les coses grans' y 'Les molèsties', pero fue gracias a su papel en '10.000 km' (2014), primera colaboración con el director Carles Marqués-Marcet, por el que comenzaría a ser un rostro conocido en la gran pantalla. Este rol, además de proporcionarle un Premio Gaudí a la mejor interpretación masculina, también supuso un antes y un después en su consideración como actor dramático, una faceta que comenzó a practicar en sus siguientes proyectos.

Con Marqués-Marcet, ha escarbado en las relaciones de pareja, las inseguridades, la inmadurez y la precariedad de los treintañeros

Precisamente, junto al director barcelonés ha formado uno de los tándems creativos más interesantes del cine español actual. Juntos han escarbado en las relaciones de pareja, en las inseguridades de los treintañeros que se enfrentan a la precariedad laboral, al estancamiento vital y a la inmadurez emocional.

De la masculinidad a la paternidad

Además, a través de sus personajes, Verdaguer se ha adentrado en los conflictos que genera la nueva masculinidad y la posición del hombre frente al empoderamiento femenino, algo que también ha explorado en la comedia-musical teatral 'Dos machos verdes fritos', ideada junto a Óscar Machancoses, en la que muestran el desamor desde una óptica machista precisamente para poner en evidencia la ridiculez del orgullo viril. No es la primera vez que encarna a un personaje de clara tendencia machista, ya lo hizo en 'La importància de ser Frank', de Oscar Wilde, dirigida por David Selvas, y en la versión musical de Àngel Llàcer de 'Molt soroll per no res'.

En 'Tierra firme' (2017), su segunda colaboración con Marqués-Marcet, el actor interpreta a un joven que es utilizado por su mejor amiga como semilla fecundadora para hablar de los nuevos modelos de familia y en 'Els dies que vindran', que se estrenará el próximo 28 de junio después de triunfar en el pasado Festival de Málaga, se sumerge en un experimento en el que se mezcla su paternidad real, junto a la también actriz María Rodríguez Soto, en una ficción donde se pone de manifiesto el complicado proceso que genera la llegada de un bebé para una pareja que sigue sin tener consolidadas sus posiciones en la vida. 

Cómico y versátil

Gracias a 'Estiu 1993', de Carla Simón, consiguió el Goya al mejor actor de reparto, dedicándoselo a «toda la gente que hace este oficio con sentido común y sentido del humor». Para David Verdaguer, el humor no debería tener límites, porque «el humor nos salva la vida». 

Quizás por eso nunca ha abandonado el género cómico del todo. Pero a su carrera en cine le faltaba un buen taquillazo para que pudiera demostrar su versatilidad. Siempre ha mantenido que no tenía suficientes abdominales para protagonizar un 'blockbuster', pero no los ha necesitado para liderar el reparto de 'Lo dejo cuando quiera', la sorpresa de la temporada (las dos primeras semanas como número uno y con más de 5 millones de euros acumulados) en la que vuelve a desmelenarse demostrando que domina a la perfección el gag tanto físico como verbal y la pose canallita. Del indie al mainstream, a David Verdaguer ya no le queda nada que se le resista.