CIENTÍFICAS AFRICANAS EN MOVIMIENTO / 3

Betty Rono: la emisaria del clima

La investigadora ayuda a los pastores kenianos contra el calentamiento global

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Michele Catanzaro y Marco Boscolo

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La sequía se acabará cuando lo pájaros vuelen hacia el Monte Kenia. O cuando se oculte la estrella que bloquea la lluvia. O cuando se toque el suelo y no se sienta humedad. Así predicen el tiempo los viejos de Laikipia, un condado árido habitado por pastores nómadas en el norte de Kenia. También ponderan la densidad de la leche de vaca, la forma de las nubes y los movimientos de los insectos.

Sin embargo, los ancianos andan desorientados. Los pájaros cambian sus rutas, los insectos desaparecen y la lluvia no llega cuando se la espera. "Antes llovía en abril, agosto y diciembre. Hoy las únicas lluvias fiables son las de diciembre", afirma Mpaayo Tema Karmushu, un masai de 26 años de Laikipia. El joven se presenta a los periodistas vestido de urbanita, pero lleva en la mochila su traje tradicional y un 'rungu' (bate de madera) bien a la vista.

"El cambio climático pone en cuestión las predicciones tradicionales", explica Betty Rono, una bióloga de la conservación de 29 años de la Universidad Egerton de Nakuru, la ciudad keniana donde se produce el encuentro.

Para los pastores de Laikipia, el calentamiento global es algo más que una proyección pintada en una gráfica. Cada año, hay muertos en los choques entre tribus por el acceso a los pozos y por el robo de ganado. Los rebaños son cada vez más pequeños. Algunos pastores emigran y otros intentan pasarse a la agricultura. "Estamos perdiendo nuestro estilo de vida", lamenta Tema. Pero Rono está decidida a ayudarles. "Me crié en una familia de pastores en Ndalat [noroeste de Kenya] y tengo una debilidad por las vacas: me conmueve verlas morir", explica.

La Autoridad Nacional de Gestión de las Sequías de Kenya (NDMA) distribuye boletines que anuncian sequías e inundaciones por medio de webs y aplicaciones. Para los pastores, esta información es incomprensible o incluso inaccesible. "A menudo, no tienen cobertura para sus móviles, ni dónde cargarlos, ni son 'smartphones'", explica Rono

Esta investigadora quiere cerrar la brecha entre las previsiones tradicionales y las científicas. Con este objetivo, está tejiendo alianzas con pastores de las comunidades más alejadas, para que "traduzcan" la información meteorológica y climática a los que más la necesitan. Mpaayo Tema Karmushu es uno de estos enlaces. EL PERIÓDICO habló con ambos en el marco de un proyecto periodístico apoyado por los Journalism Grants del European Journalism Center. 

Escalada de conflictos

En el 2017, el este de África fue azotado por una sequía extrema. Las comunidades pastorales de las zonas áridas sufrieron más que otras. "Son grupos que crían vacas y cabras. Los animales comen hierba, que depende de la lluvia", afirma la científica. Estas comunidades nómadas se desplazan a lo largo del año en busca de hierba, llegando hasta el Monte Kenia en agosto. Las tierras no son de propiedad, sino que se gestionan de forma comunitaria.

"Cuando llega la sequía, se secan los estanques y el ganado muere. Es entonces cuando un grupo puede entrar en conflicto con otro para acceder a un estanque o porque ha intentado quedarse con sus vacas", explica Rono. En el 2017, las cosas se pusieron feas. Las incursiones se multiplicaron. Algunos grupos se desplazaron hacia el sur y entraron por la fuerza en ranchos privados. Una famosa ecologista, Kuki Gallmann, fue asesinada en su rancho.

Muchos factores contribuyen a escalar los conflictos. "Los pastores pertenecen a tribus distintas: masai, samburu, kikuyus, turkana… Cuando el gobierno interviene en defensa de unos, los otros se sienten agraviados y algunos políticos lo aprovechan", describe Rono.

"Con la sequía, los estanques se vacían, las vacas mueren y hay reyertas entre ganaderos", describe la bióloga

Tampoco la culpa es solo del cambio climático. "La falta de agua se debe también a una mala gestión: hay muchos pozos que no tienen manutención. Pero seguramente el cambio climático agrava estos problemas", afirma Emiliano Cesaretti, quien representa en Isiolo las actividades de la oenegé LVIA, no implicada en el proyecto de Rono

"El norte de Kenya ha sido turbulento desde los años 60. Actualmente, además, hay un incremento de población, debido al proyecto LAPSSET, un corredor que pretende llevar petróleo de Sudán del Sur a la costa de Kenia", afirma Michele Nori, agrónomo del European University Institute y del proyecto 'Pastres' sobre comunidades pastorales. "Los ancianos reconocen que los conflictos no son una novedad. Sin embargo, están aumentando, porque los recursos se están reduciendo más rápidamente", afirma Rono.

Cultura en peligro

Los pastores están pagando un coste muy alto. "Algunos migran a otros sitios para hacerse agricultores. Otros se establecen en el Monte Kenia", relata Tema. Las comunidades se están sedentarizando. "Todo el mundo se comprará su tierra y la vallará. La tierra libre se va a acabar".

"Los masai son un símbolo de Kenia y están perdiendo su identidad", reflexiona Rono. No obstante, la científica se declara favorable a la sedentarización, si no hay más remedio. "El nomadismo es parte de su cultura, pero si no hay ningún sitio adonde ir… al menos recibirán vacunas, ayuda y educación", afirma. 

Sin embargo, cree que aún se puede hacer mucho por los pastores. "Cuando me licencié, pensaba dedicarme a la conservación de los animales salvajes en las zonas áridas. Pero durante el trabajo de la tesis vi lo deplorables que eran las condiciones de las personas en estos sitios, y me interesé por ello", cuenta. 

Este interés la llevó en el 2017 a Alemania, donde trabajó durante un año en el Centro Helmholtz de Investigaciones Ambientales, gracias a un programa de la Fundación Humboldt para jóvenes investigadores de países en desarrollo, especializados en cambio climático.

"En Alemania, analicé datos meteorológicos y satelitales y los cotejé con lo que las comunidades decían en encuestas. Vimos que los sistemas de alerta temprana de las sequías no están siendo efectivos", explica. 

Desde el principio, su plan era volver a Kenia. "Hubiera sido mediocre publicar un artículo y quedarme allí. Tenía que llevar lo que había hecho a las comunidades locales", explica. No obstante, la vuelta no fue fácil. "El problema principal son los recursos. El gobierno no te pone grandes facilidades para que vuelvas a casa", explica. 

La estancia en Alemania le abrió puertas. "Hice contactos con Naciones Unidas y además el Gobierno de Kenya empezó a tomarme en serio", explica. "También Alemania se ha beneficiado de tener un enlace con África: mi supervisora estaba impresionada de cómo podía penetrar en las comunidades", relata Rono.

'Scouts'

Efectivamente, Rono ha conseguido conectar con grupos cerrados y patriarcales. "Ahora puedo hablar cara a cara con un anciano, pero nunca lo podría hacer en una reunión de grupo. En ellas, una mujer necesita permiso para hablar", explica. Fue con el objetivo de superar este obstáculo que Rono empezó a fichar a sus enlaces, en las comunidades, a los que llama 'scouts', y que hablan en su nombre en las reuniones.

"He logrado hablar con un anciano cara a cara, pero no en grupo, donde la mujer necesita permiso", explica Rono

Su grupo de 'scouts', actualmente cuatro personas, es la pieza clave del proyecto que está desarrollando desde su vuelta a Kenia. "Queremos un sistema de alerta temprana de las sequías que sea amigable para las comunidades", explica Rono.

Un boletín de alerta temprana puede ser en la actualidad un documento de una docena de páginas escritas en léxico técnico. "Es aún demasiado complejo. La mejor solución es que alguien se siente y reduzca los grandes datos a información básica". 

La científica cree que los 'scouts', formados para entender tanto la ciencia como el saber tradicional, pueden vehicular la información de forma aceptable para las comunidades. Rono quiere tener el sistema en marcha en el 2022. Los canales de comunicación con los 'scouts' y los ancianos de las comunidades serían SMS y comunicaciones cuatrimestrales en papel.

"Si le hablo de las previsiones tradicionales a un profesor universitario, no entiende nada. Si le hablo de las previsiones científicas a un pastor, tampoco entiende nada. Se trata de cerrar esta brecha", concluye.