Paulina Rubio vuelve a la carga

La mexicana hace coincidir su nuevo disco, 'Deseo', con su entrada como 'coach' en 'La Voz'

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Jordi Bianciotto

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En el deporte, tan propio de las redes sociales, de expresar amor y odio, alternativamente o todo a la vez, hacia las figuras públicas, Paulina Rubio acumula rodaje. Desde que saltó a la arena de música comercial ha despertado tanta adoración como ojeriza, vendiendo millones de discos mientras se recordaba su discreción vocal y su incapacidad para componer. Aunque, ¿no está lleno el pop de estrellas que, si las miras de cerca, arrojan un balance semejante de prestaciones?

A Paulina Rubio la acompaña un ‘glamour’ de alta cuna desde su mismo nacimiento: hija de Susana Dosamantes, actriz popular en México por sus roles tanto en la gran pantalla como en las telenovelas, fue famosa, como a ella le encanta decir, desde el día en que vino al mundo. Habituada a que cámaras y focos sigan sus gráciles movimientos, con diez años dio el salto a los escenarios como integrante del grupo infantil Timbiriche. Duradero artefacto (casi una década) de gran impacto popular, en el que Paulina compartió filas con otras dos figuras a las que se intuían maneras, Sasha Sökol y Thalía.

Thalía, enemiga íntima

Con Thalía ha mantenido siempre deliciosas tiranteces, con dardos recíprocos en la prensa para disfrute de la afición. El mal rollo viene de lejos: en una ocasión, cuando ambas tenían 17 años, en plena actuación de Timbiriche, Pau le desenchufó el micro a Thalía, que cuando se dio cuenta fue hacia ella y ambas se enzarzaron en una bronca pública (con la audiencia dividida y jaleando a una y a otra) que siguió en los camerinos entre improperios y arañazos. Las buenas vibraciones seguirían con los años. “Tengo muchas cosas importantes que hacer para perder el tiempo respondiendo a las tonterías que dice Paulina”, ventiló Thalía tiempo atrás  cuando su rival la acusó de poco gusto en el vestir.

Aunque Thalía se le adelantó lanzando su primer disco en solitario a los 19 años, en 1990, Paulina recuperó terreno con su debut, ‘La chica dorada’ (1992), que le dio hasta cuatro éxitos en las listas latinas estadounidenses. Un disco de pop liviano y bailable, que incluía una desconcertante versión de ‘La escoba’, de Los Sírex.

Estupendamente frívola

Desde entonces, aunque nunca ha podido (o querido) desprenderse de su aura de niña bien, estupendamente frívola y preocupada sobre todo por mantener el rizo perfecto de su rubia cabellera, su obra discográfica ha ido con el viento a favor. Sobre todo, a raíz de su ‘superventas’ ‘Paulina’ (2000), que le dio un par de bombazos: ‘Lo haré por ti’ y la muy resultona ‘Lo haré por ti’‘Y yo sigo aquí’composición de Fabio Alfonso Salgado, ‘Estéfano’ (del dominador dúo latino Donato & Estéfano) que mezclaba un incisivo ritmo house con guiños al folklore mexicano y en que Paulina cantaba con la voz distorsionada con ‘autotune’ a lo Cher.

Ya cuenta con 11 discos de material original, en los que ha surfeado sobre las olas del momento, del ‘dance’-pop modernete a los giros latinos, valiéndose de compositores como Xabi San Martín, de La Oreja de Van Gogh. Suya es otra pieza de éxito, ‘Ni una sola palabra’ del disco ‘Ananda’ (2006), que en Catalunya tuvo una asombrosa segunda vida en la voz del cantautor Roger Mas, quien discretamente la coló en sus conciertos en versión catalana (y llegó a incluirla en un disco, ‘Cançons estranyes’), en una demostración de cómo los arreglos, la interpretación y los prejuicios pueden ser determinantes para el disfrute de una canción.

Del pop al reguetón

Tras pasar una temporada más atenta a su proceso de divorcio (del español Nicolás Vallejo-Nájera; antes compartió años locos con Ricardo Bofill Jr.) que a su carrera discográfica, Pau está de vuelta con ‘Deseo’ con nueva ración de videoclips descocados a lo Kylie Minogue. Aquí combina el pop con incursiones en el reguetón y trama complicidades con el badalonés Juan Magán, el joven grupo colombiano Morat y los productores de ‘Despacito’, Mauricio Rengifo y Andrés Torres.

Siempre buscando la conexión con el momento, y valiéndose ahora de la herramienta promocional más poderosa: un ‘talent show’ como es ‘La voz’ (Antena 3)donde se estrenó esta semana como ‘coach’ desatando la inquina de los odiadores de las redes, que hicieron notar su poco tirón en comparación con el de sus colegas Pablo López, Luis Fonsi y Antonio Orozco. Quizá no era para tanto (después del primer programa, dos concursantes han elegido a la mexicana), pero, como decíamos, en el gran juego del desguace público de celebridades, Paulina tiene algo especial que suele hacer de ella una apuesta ganadora.