David Chase, 'auteur' de televisión

El creador de 'Los Soprano' se convirtió en una de las grandes mentes del medio casi a su pesar: él solo quería ser cineasta

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Juan Manuel Freire

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David Chase odiaba la televisión. La odiaba y, de hecho, quizá todavía la odia. Desde luego la odiaba cuando, a mediados de los 90, el productor Brad Grey ('El show de Larry Sanders') le dijo: "¿Sabes? Creemos que tienes una gran serie dentro de ti". Grey no andaba desencaminado, pero el joven Chase no pensó en la tele como un destino, sino como un mal necesario en su trayecto hacia la silla de cineasta.

Sus padres no vieron con buenos ojos sus aspiraciones. Desde pequeño, este hijo único sufrió el carácter agrio de su padre Henry y el irremediablemente dramático de su madre Maria, famosa inspiración para el personaje de Livia Soprano, madre de Tony. Cuando les comentó que quería dejar la universidad para ir a la escuela de cine, no cayeron vítores.

Chase acabó enrolándose en el programa de cine de Stanford, donde se graduó en 1971. Llegar a escribir películas no sería fácil. Lo hacía, pero no vendía los guiones. Mientras tanto, escribía para series como 'Los atrevidos', 'El mago' y 'Kolchak', aprendiendo por el camino el difícil arte de la trama.

Hasta cuatro años estuvo en 'Los casos de Rockford', la famosa serie con James Garner como irónico detective privado. En el primer capítulo que escribió, segundo de la tercera temporada, es fácil detectar su marca. Está en esos detalles marginales apreciados por Brett Martin en su libro 'Hombres fuera de serie': "las referencias al rock and roll, los errores léxicos, la afortunada coincidencia de Rockford haciendo aparición arrastrando los pies, como Tony, y dirigiéndose a la playa vestido con un albornoz".

Antes de llegar 'Los Soprano', Chase ya había ganado un Emmy, por el guion del telefilme 'Off the Minnesota Strip', sobre una adolescente que huye de su casa en Minnesota y se hace prostituta en Manhattan. También antes de su serie mítica, produjo durante dos años 'Doctor en Alaska'. Muchos ya se habrían retirado tranquilamente a esas alturas; más todavía después de algo como 'Los Soprano'. Pero él seguía intranquilo. ¿Dónde estaba su película?

Fue en el 2012 cuando, por fin, estrenó su ópera prima: 'Not fade away', para la que, como en 'Los Soprano', tomó no pocas notas de su propia vida. Chase observaba los intentos de un adolescente italoamericano (John Magaro) por labrarse un camino en el rock y, algo después, el cine, empujado por los vientos de la contracultura. Aunque no mucha gente lo sabe, con 13 o 14 años Chase había sido batería y vocalista principal de un grupo que no llegó a tocar fuera del garaje.