'Roseanne' ha vuelto y es pro-Trump

Tres décadas después de su estreno, 'Roseanne' ha regresado a la tele en clave ultra-politizada y reventando audiencias

zentauroepp42763712 roseanne    twenty years to life     roseanne   the timeless180404200931

zentauroepp42763712 roseanne twenty years to life roseanne the timeless180404200931 / periodico

Juan Manuel Freire

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ya no queda nada sagrado, todo puede continuar. Por eso vimos hace poco el regreso de 'Will & Grace', todavía viviendo juntos, aunque al final de la serie se habían casado con sus respectivos amantes. Y por eso acaba de regresar 'Roseanne' a la tele americana, treinta años después, con la práctica totalidad del reparto original.

Eso incluye a Dan (John Goodman), y no como fantasma. Dan vive y colea porque, de lo contrario, Roseanne (Roseanne Barr) tendría una persona menos a la que lanzar sus brillantes pullas; o una persona importante a la que querer. En eso se basaba la serie en 1988, en la constante alternancia entre el sarcasmo amable y la ternura efectiva. Un retrato familiar más dulce que agrio, pero con un grado de realismo extra respecto a las telecomedias estadounidenses de la época.

En un entorno televisivo poblado de madres comprensivas, el personaje de Roseanne cayó bien entre el público por ser menos aspiracional que cercano: quien mas quien menos ha podido soltar una barrabasada a su descendencia, dicho lo inapropiado en la cola del súper o enviado a su pareja al sofá por una noche. Las madres y padres de EEUU adoraban a Roseanne. Los adolescentes, en cambio, tenían como principal referente a Darlene (Sara Gilbert), casi tan sarcástica como su madre y, en el fondo, el mismo gran trozo de pan.

Un país dividido

Al contrario que otras continuaciones tardías de series, la nueva 'Roseanne', estrenada el 27 de marzo con tremendo éxito de audiencia para ABC (18 millones de espectadores), reconoce el paso y el peso del tiempo. Ni actores ni personajes quieren hacer como si los días no hubieran hecho mella en ellos, lo que otorga al conjunto un aire de curiosa melancolía.  

De la mano de antiguos productores y guionistas de la serie, pero también nuevos fichajes como Whitney Cummings, Wanda Sykes y Darlene Hunt (creadora de 'Con C mayúscula'), Barr ha revisitado su personaje sin que parezca forzado, buscando un equilibrio entre los aromas antiguos y una sensibilidad actual.

¿Y qué hay más actual en EEUU que la división política? Quizá por identificarse del todo con la heroína, Barr ha convertido a Roseanne en votante de Trump, en contraposición con su hermana demócrata Jackie (Laurie Metcalf, reciente nominada al Oscar a la mejor actriz secundaria por 'Lady Bird'), quien no votó a Hillary Clinton sino, como descubrimos, a la ecologista Jill Stein.  

Conservadora, pero menos

Este posicionamiento político del personaje puede ser un golpe para fans de la antigua Roseanne, feminista y provida, además de ferviente defensora de los derechos de gais y lesbianas, al contrario que Mike Pence. Inspirada por un hermano homosexual y una hermana lesbiana, Barr introdujo muchos personajes gays en la antigua serie, y de hecho, en ella tuvo lugar una de las grandes bodas homosexuales: la del jefe de Roseanne, en un episodio de 1995.

En el primer episodio del 'reboot', la imperfecta Mamá Oso parece aceptar de buen grado que su hija Becky (Lecy Goranson) sea madre de alquiler y, además, donando sus propios óvulos. Pero durante el episodio cambia de idea. Por otro lado, no parece tener muchos problemas con que uno de los hijos que Darlene se ha traído a vivir en casa de los abuelos sea de género no conforme. Compleja y contradictoria, la nueva Roseanne parece vivir en permanente (des)equilibrio entre sus impulsos más retrógrados y una humanidad y generosidad que se desbordan por los márgenes de la pantalla.

En cierto sentido, esta 'Roseanne 2.0' parece intentar reconciliar a dos partes de América que parecen irreconciliables. Las sienta en la misma mesa, que ya parece un buen principio. Dice Darlene en la primera media hora de telecomedia: "¡Hola a todo el mundo! Esta es la primera comida en familia que tenemos desde hace mucho tiempo. Tratemos de sobrevivir a ella".