Albert Branchadell: "No hay lengua europea con la vitalidad del catalán"

El decano de la Facultat de Traducció i Interpretació de la UAB valora el papel de la prensa en catalán en la salud de la lengua.

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nnavarro40613698 barcelona 20 de octubre de 2017 albert branchadell fil lo171027135811 / Ricard Fadrique

Núria Navarro

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Albert Branchadell, filólogo y decano de la Facultat de Traducció  i Interpretació de la UAB, es un científico de la lengua catalana. Eso significa que procura mostrarla desnuda, sin las vestiduras ideológicas de los apocalípticos y de los satisfechos. Y resulta que, pese a los atropellos y los abusos del pasado y el presente y la incertidumbre del futuro, sigue palpitando. En parte, admite, por la iniciativa inaugurada por EL PERIÓDICO en 1997 de utilizarla, junto al castellano, como vehículo de comunicación.

¿De qué se quejaría el catalán si pudiera? De que no lo dejan salir del territorio. Cuando va a Madrid, le dicen: "Tú aquí no sirves, vuelve a tu casa". También de que lo maltratan aquí: "Tienes que venir con tu prima castellana y te haremos caso". Y hasta puede que se sienta maltratado por usuarios que no tienen suficiente formación. De lo que no se puede quejar es de mala salud, ni de estar en fase terminal.

Los filólogos August Rafanell y Albert Rossich pronosticaban la muerte del catalán en el libro ‘El futur de la llengua catalana’. 

Venían a decir que la lengua estaba mejor en los peores momentos del franquismo que a finales del siglo XX. Sostenían que, a causa de la inmigración, el catalán había visto reducida su base demográfica y que llegaría un momento en se dejaría de transmitir entre generaciones. 

"El catalán no tiene la solidez demográfica del francés o el italiano, pero, aun admitiendo eso, tiene la vida muy bien asegurada"

No está de acuerdo. No. Pasa lo contrario. Hay familias de origen castellanoparlante que deciden adoptar el catalán como lengua familiar. En el contexto de las lenguas regionales minoritarias, el catalán es una lengua extraordinariamente fuerte. No existe ninguna lengua europea que presente los síntomas de vitalidad que presenta el catalán. Es cierto que no tiene la solidez demográfica del francés o el italiano, pero, aun admitiendo eso, tiene la vida muy bien asegurada.

500.000 artículos de Viquipèdia, la cuenta de Twitter del Barça más consultada es la catalana... ¿Son indicios? Técnicamente, el catalán es una lengua regional minoritaria. Si aceptamos eso, es con mucha diferencia la primera en la clasificación, por número de hablantes, estatus político y difusión en medios. Pero yo considero que es un poco injusto poner el catalán en la misma liga que el vasco, el gallego, el bretón o el corso. Muchos especialistas proponen ubicarlo en el paquete de las lenguas medianas europeas, compitiendo en la liga del esloveno, el finlandés, el sueco o el danés.

¿En esa clasificación cómo queda? En una posición mediana. Y es posible que el catalán esté mejor que el finlandés, porque en Finlandia hay muchos municipios que son bilingües finlandés-sueco. La conclusión es que goza del mejor estado de salud en 20 años, y todo indica que se mantendrá o irá a más.

¿Qué parte de mérito de esa lozanía tiene la prensa en catalán? Lo tiene. Antes de la aparición de EL PERIÓDICO en catalán, solo existían el 'Avui' y algunos diarios locales. Hoy tenemos en el quiosco las ediciones en catalán de EL PERIÓDICO y de los imitadores de 'La Vanguardia', y ha salido el 'Ara'.

No se corte. Haga un juicio sumario a la edición catalana de EL PERIÓDICO. Se puede argumentar que está pensada en castellano y traducida al catalán, pero las tecnologías y el buen hacer de los profesionales logran que el catalán del diario sea muy digno.

"La historia ha dado la razón a quienes apostaban por un catalán más abierto de miras como lengua en los medios"

El equipo de Ricard Fité estará satisfecho. ¿Hay errores comunes en las ediciones en catalán? Los errores que veo como lingüista son perdonables. La historia ha dado la razón a quienes apostaban por un catalán más abierto de miras como lengua en los medios. Y este diario fue el primero en hacerlo.

¿La última barbaridad que le ha removido los higadillos? Tiendo a olvidarlas. Supongo que alguna combinación pronominal. Los pronombres son muy traidores.

¿Cinco años de 'procés' han afectado a la lengua? Lo bueno del 'procés' es que la lengua ha quedado en un segundo plano. No se ha politizado. El propio Oriol Junqueras publicó en este diario un artículo en el que venía a decir: "Tranquilos, si somos independientes el castellano no perderá su estatus".

Aparte de eso, ¿el 'homo fabra' ve prometedor el momento político? Estamos ante un desafío que no se había producido nunca, lo que no sé valorar son las implicaciones que puede tener para la lengua.

Aventure una hipótesis. Un cambio de régimen político podría resultar beneficioso. Y no me refiero necesariamente a la independencia, puedo referirme a un Estado federal al estilo belga o canadiense. Pero, como soy escéptico por naturaleza, no tengo grandes esperanzas en el futuro inmediato. Partimos de una realidad compleja que no cambiaremos ni siquiera si con la independiente.

¿Dónde reside la complejidad? En la estructura social. La lengua mayoritaria de Catalunya es el castellano.

Que tome nota el ministro Méndez de Vigo. El catalán predomina en el ámbito de la Administración autonómica y local, y en medios de comunicación autonómicos. Pero no ocurre lo mismo en los del consumo, la justicia y la policía (excepto Mossos y policía local).

"Ucrania se independizó en 1991 el ucraniano no ha superado la situación de la época soviética"

La Carta Europea de las Lenguas Regionales dice que el hablante de una lengua minoritaria puede determinar la lengua de un proceso judicial. Y es una carta suscrita por el Estado español. Pero los jueces y magistrados no tienen ninguna obligación de conocer las lenguas oficiales de las comunidades en las que trabajan y los ciudadanos suelen desistir.

¿Entonces? A eso me refiero cuando hablo de complejidad. Es algo que no se cambia de una legislatura a otra. Es cuestión de generaciones. En consecuencia, no es realista creer que un cambio repentino de régimen político alteraría el statu quo lingüístico.

"La independencia no da fortaleza a una lengua", dice usted. Lo que digo es que no es consecuencia necesaria que la lengua salga fortalecida con la independencia. Un ejemplo es el de Ucrania. Se independizó en 1991 y el ucraniano no ha superado la situación que tenía en la época soviética. En el país existe hoy una gran controversia porque el Parlamento acaba de aprobar una ley que pretende convertir el ucraniano en lengua vehicular en las escuelas que, hasta el momento, enseñaban en ruso, húngaro o rumano. Competir por la hegemonía demuestra su debilidad.

Ampliemos el paisaje. Coja el lápiz rojo y corrija lo que estime oportuno. A mí me gustaría que se abordaran los ámbitos donde al catalán le cuesta implantarse. Uno de ellos, muy importante, porque toca la vida de las personas, es el del consumo, el ocio, el mercado. Yo no soy partidario de las cuotas y las multas, que desde la segunda Llei de Normalització no han tenido éxito, pero tiene que haber un mecanismo que permita poder leer los prospectos de los medicamentos en catalán, por ejemplo. El catalán también está infrarrepresentado en el cine y los videojuegos.

Dé una pista para enmendarlo. Cuestión de tiempo, perseverancia y convicción de los usuarios. EL PERIÓDICO concluyó que se hiciera una versión en catalán porque se detectó un interés del público en consumir prensa en catalán. Pero no hemos avanzado mucho porque no hay una demanda social identificada.

No hay clamor por ver ‘Blade Runner 2049’ en catalán, vaya. Hay un sector mayoritario que no siente la necesidad. En cambio, la tecnología facilita elecciones lingüísticas que antes eran muy complicadas. Telefonía móvil, ordenadores y cajeros ya vienen con el catalán incorporado.

Luego está la educación. ¿Qué dice a quienes aseguran que la escuela catalana adoctrina? Intentar rebatir esa cuestión es dar crédito a la afirmación. Me acojo al derecho a no contestar.

"En Catalunya hemos acogido con más entusiasmo el inglés como lengua vehicular que
el castellano"

Desahóguese, profesor. Quizá sí hemos insistido demasiado en la técnica de la inmersión y menos en la enseñanza plurilingüe. Catalunya apostó por un modelo lingüístico escolar en el que catalán es la lengua predominante, cosa que recibió el aval del Tribunal Constitucional en una sentencia de 1994. Esa sentencia marcaba un límite: la no exclusión del castellano como lengua docente. Y no me refiero a la asignatura de castellano, que sí se imparte (el ministro de Exteriores tendría, no sé si dimitir, pero sí retractarse de su gravísimo error).

¿A qué se refiere? Un gestor lingüísticamente más flexible habría dicho: "El catalán será el centro de gravedad, y daremos un cierto juego al castellano". Se había previsto que, al menos, una materia fuera impartida en castellano y no siempre es así. Hay un contraste entre el gran entusiasmo con que hemos acogido el inglés como lengua vehicular y las reticencias en la introducción del castellano. En un mundo interconectado, donde el castellano es una lengua planetaria, lo razonable habría sido la enseñanza trilingüe. 

Es fácil intuir que no todos los lingüistas estarán de acuerdo. Ha habido incluso interpelaciones parlamentarias que han pedido que el catalán fuera declarado única lengua vehicular del sistema educativo. Un sistema educativo así, aquí y en la China popular, no tiene sentido.

El grupo Koiné propuso eliminar la 'lengua invasora' de la nueva república catalana. Y la comunidad científica reaccionó.  El gran problema educativo de Catalunya no es el catalán ni el castellano, es el inglés y las segundas lenguas extranjeras. Renunciar a algo que Europa reclama no es culpa de Madrid, es mala organización. Reconocer que eres una comunidad pequeña en un mundo global y que hay lenguas que son necesarias o interesantes es un factor de civilización.

Otro factor podría ser interesarse por las lenguas que se hablan en Catalunya. El urdú, el amazigh, el chino, el ruso... Sí. Así como propongo a los colegios españoles ofrecer un crédito variable sobre la diversidad lingüística del Estado, las escuelas catalanas podrían tener algo similar sobre las lenguas de uso en el territorio. Hay una relación directa entre el reconocimiento de la diversidad lingüística y la calidad democrática. Dos lenguas mejor que una. Tres, mejor aún.

"Sugiero a la escuela española que ofrezca un crédito variable sobre la diversidad lingüística del Estado"

¿Cuántas habla usted? Hablo alemán, inglés y ruso, aparte del francés, que empecé a estudiar en la escuela. En italiano y portugués me puedo entender. Pero no soy un ejemplo de poliglota.

No está mal. Yo soy un pluralista convencido y en el caso de las lenguas, soy partidario del plurilingüismo. Europa lo es. No hay ninguna región del mundo tan pequeña como Europa que concentre tanta diversidad lingüística. Nuestra misión no es construir otra comunidad política monolingüe, sino mostrarnos al mundo como un ejemplo de convivencia entre lenguas y de reconocimiento de la diversidad.

¿La lengua configura el talante de sus hablantes? Sí.

¿Cómo son los catalanes? La cultura catalana siempre ha dado un gran valor a la palabra. Tiene que ver con nuestro pasado romano, parlamentario y con las cortes del siglo XIII al XVIII, en las que todo se debía pactar entre los estamentos y el rey. Eso dio como resultado el pactismo. Y no se puede pactar si no somos capaces de comunicarnos y llegar a acuerdos. Una singularidad catalana es la disposición a hablar.  'Parlem-ne' es un 'pese a no estar de acuerdo vale la pena darle una oportunidad a la palabra'.

Se ha visto que no funciona como llave maestra. Posiblemente tenemos un interlocutor que tiene una tradición histórica menos basada en el pacto y más en la autoridad.

¿Lo cree así? La tradición política hispánica es menos proclive a la transacción que la catalana. Lo más interesante de la guerra de Sucesión es el choque entre dos culturas políticas, no entre realismo y federalismo, cosa discutible, sino entre el autoritarismo y una forma de hacer basada en el consenso. Los ciudadanos que resistían, hasta el último momento se reunían y hablaban y votaban.

En resumen, ¿qué escenario es el óptimo para la lengua? Cualquiera en el que se dieran dos condiciones. Una, que Catalunya tuviera plena soberanía para diseñar su política lingüística. Y dos, que el marco estatal fuera sensible a la diversidad lingüística en un grado más elevado que el actual. Eso es compatible con un escenario de independencia como con un estado federal plurilingüe. En Suiza, el francés es una lengua minoritaria, pero no corre ningún peligro. La causa soberanista puede tener su justificación, pero no hay que utilizar el argumento de que es la única vía de salvación del catalán.