EL BARRIO DE BURGOS RIMA

Gamonal, escuela de rap

El barrio burgalés se consolida como un vivero de hip-hop con conciencia de clase obrera. Decenas de jóvenes relatan el día a día en letras que contextualizan luchas sociales como las que derivaron en los disturbios de 2014.

Jones Moke, en el videoclip de la canción 'El barrio'.

Jones Moke, en el videoclip de la canción 'El barrio'.

NANDO CRUZ

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«'Nos sentimos mal, mal y abandonados / Y os juzgamos a vosotros, los jefes del Estado / Un estado maleducado y no compasivo / Que ha olvidado tratarnos con amor; así lo vivo'». Son palabras de ZR Preso, rapero burgalés del colectivo La Otra Escuela de Gamonal. La canción, titulada 'Otra oportunidad', se grabó meses antes de que estallase el conflicto de enero de 2014 a raíz del proyecto de construcción de un bulevar en la principal arteria viaria del barrio. Era una clara advertencia del clima de insatisfacción que se respiraba en Gamonal.

La Otra Escuela no es un grupo de hip-hop, sino un proyecto educativo impulsado por la fundación Saltando Charcos. Su director, Óscar Caballero, vio en el rap una herramienta ideal. «Había chavales que fracasaban en lenguaje, pero venían luego a nuestros talleres y rimaban con expresiones muy difíciles. Utilizaban palabras que no correspondían a un chaval que suspendía en el colegio», explica. El rap también tenía una segunda función. «Nos daba una información que no conseguíamos los educadores en las sesiones de terapia. Una canción de rap te dice más sobre un chaval que una sesión de 'coaching'».

A partir de aquí, la estrategia de Caballero sería contactar con raperos del barrio para usarlos como educadores. «Elegimos a gente consciente de que queremos usar el rap como herramienta educativa», aclara. En parques como el del Silo o el de Buenavista los jóvenes coincidían y conocían a los mayores. Igual que ZR Preso, Jones Moke era un pionero del rap burgalés que pasaría a ser educador. En 1998 se integró en la primera 'crew' de Gamonal. Se llamaban T5 Posse porque se reunían bajo el tendido 5 de la plaza de toros de El Plantío. No tardaría en ejercer de referente social para los críos de Saltando Charcos.

EN EL ADN DEL BARRIO

Caballero fundó Saltando Charcos en 2001 y asegura que en el barrio existe ya la conciencia de un rap crítico y social. «El rap está en el ADN de Gamonal. Se transmite de generación en generación. Los maestros son chavales que han estado toda la vida en los parques. Los pequeños los han visto y ahora son ellos los que rapean. Está pegado al tejido social», explica. Por ello intentan que haya rap en todas las fiestas de Gamonal. Por ello también, los bares del barrio invitan a actuar a los chicos de La Otra Escuela aunque no tengan ni escenario.

Barrio Drama, Bone, Kopoet, La Kinta Esencia, Lout, Jones Moke, Zide, Fra Infinito, Ungido, ZR Preso, Narko, Moykhan, Uri Tata, North Killers, Kalas, Kires, Flow Caló, Bambax, KRS & Kenkepam… La lista de colectivos, raperos, productores y 'discjockeys' gamonaleros es infinita. Sobre todo, porque La Otra Escuela ha publicado cuatro volúmenes y cada canción se compone entre un rapero joven, uno mediano y uno mayor. Así se retroalimentan unos a otros. Si no ha salido aún ninguna estrella de Gamonal es porque «a los chavales no les interesa tanto la fama como ganarse el respeto en la calle», argumenta Óscar. «Nunca nos hemos molestado en llamar a puertas. Yo mismo no he llegado a ningún sitio, pero no estoy desilusionado», afirma Jones Moke a sus 37 años.

SALIR ADELANTE

El rapero Rapsusklei, nacido en el barrio zaragozano de La Magdalena, conoció Gamonal a finales de los 90. «Era parecido a mi barrio: gente obrera y trabajadora y payos y gitanos en las calles», explica. Pronto quiso colaborar con La Otra Escuela e incluso fue a Zamora con los chavales a dar una charla. «Allí se juntó la juventud mas desfavorecida o en riesgo de exclusión social de la zona de Castilla y el día acabó en un parque compartiendo, rapeando y unificando ese mismo sentimiento de querer salir adelante», recuerda.

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Un año antes de que estallasen las protestas del bulevar, Jones Moke grababa la canción 'El barrio'. «'¿El tráfico? Un caos / Hay coches en doble fila por to' los laos / ¿Zona azul? Mejor que se lo tomen de tranquis / Si no, mira la que se montó cuando lo del parking'», advertía la letra. Estaba echando la vista atrás hasta 2005, cuando el ayuntamiento proyectó un 'parking' privado en la avenida Eladio Perlado y el barrio se opuso. «La batalla con las fuerzas de seguridad fue más intensa que en el bulevar, pero sin eco mediático», recuerda Óscar. Se lió tan gorda que alguien rebautizó aquella avenida como Eladio Pearl Harbour.

Los chavales han hablado en sus canciones «de la crisis, del conflicto con el ayuntamiento, de lo de Eladio Perlado, de lo del bulevar… La banda sonora de la calle la ponían los raperos», afirma Caballero. «Cuando pasa algo así en tu barrio, ves la tensión en la gente, ves las injusticias y ves a la policía propasándose con gente mayor, no puedes escribir una canción de fiesta», explica Jones. Aun así, rehusa hablar del rap como herramienta de conciencia social. «Aquí no tienes que concienciar a nadie de nada. Ni siquiera haces de agitador, porque el tema ya está agitado. Solo haces de cronista», zanja.

VECINOS EXPRIMIDOS

En cuanto el alcalde se vio forzado a parar la obra del bulevar, Kopoet, Laut, Narko y Dingoe Starr grabaron 'Gamonal resiste'. «'Exprimen al pueblo y después le exigen contenerse / La alternativa a vivir de pie: someterse / Verse sin un duro incluso al principio del mes / Los banqueros y políticos no saben lo que es / En la cresta del Everest descansa su fortuna / Roban dinero legalmente sin censura alguna / Ya es suficiente cruz para la juventud / Que la llama de un contenedor sea nuestra luz / Por más que os empeñéis aquí no hay grupos radicales / La revolución nace entre mayores y chavales'».

Los vecinos se sintieron exprimidos en 2014 porque, como explica el libro 'Gamonal, la historia desde abajo', de Marcos Erra y José Medina, veían como un insulto que el ayuntamiento gastase 13 millones en un bulevar y a la vez se negase a invertir 13.000 euros para no cerrar una guardería. En 10 días se anuló la obra, pero esta semana ha quedado visto para sentencia el juicio a los 12 encausados por aquellos disturbios. Y mientras, el ayuntamiento concedía a la misma constructora que iba a llevar a cabo la obra del bulevar otro costoso proyecto: cubrir la plaza de toros bajo la que aprendieron a rapear T5 Posse.

El rap gamonalero deberá seguir alerta. Y el relevo está garantizado. «He visto renacuajos yendo con sus padres a los conciertos que organizaba Óscar en la fiesta del barrio de las Candelas y ahora les veo cantar de mayores», dice Jones. En Saltando Charcos ya están formando a la cuarta generación. «Todos hablan de lo que viven a diario y de lo que ven injusto», celebra Caballero.