LA SINIESTRA FAMILIA HA INSPIRADO LIBROS, PELÍCULAS Y SERIES

Historias de Manson y sus 'chicas'

Analizamos un puñado de representaciones de Charles Manson y sus alegres muchachas homicidas en celuloide, rayo catódico y novela, de 'Manson's lost girls' a 'Las chicas'. Con una conclusión asaz desesperanzadora. Todo apunta a que la gran película o serie sobre La Familia está aún por llegar.

1 'Helter Skelter' , miniserie de 1976, inspirada en el libro de Curt Gentry y Vincent Bugliosi.2 'Manson',  documental de 1973, cuando el juicio a los principales acusados acababa de terminar.3'House of Manson', pe

1 'Helter Skelter' , miniserie de 1976, inspirada en el libro de Curt Gentry y Vincent Bugliosi.2 'Manson', documental de 1973, cuando el juicio a los principales acusados acababa de terminar.3'House of Manson', pe

KIKO AMAT

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Hace muchos años, la actriz Winona Ryder declaró que si alguien intentaba realizar una versión fílmica de 'El guardian en el centeno' ella bombardearía personalmente el estudio cinematográfico. Uno no puede más que compartir su (histérica) reacción al pensar en fenómenos que tanto Hollywood como la televisión han demostrado no comprender en absoluto. Es extraño. ¿Por qué (es lícito preguntarse) la guerra de Vietnam o la mafia han sido fuente de inspiración para algunos de los mejores artefactos de ficción del siglo XX, mientras que los crímenes de la familia Manson solo han originado excremento humeante?

Es fácil y a la vez difícil de comprender. En principio, los asesinatos de 1969 de Charlie & The Mansonettes parecen pensados para máxima explotación fílmica. Lo tienen todo: la era (de Acuario); la filosofía demente que los generó, mezcla de timo carcelario y cháchara hippy y distopía apocalíptico-racial; una figura mesiánica, villano chalupa de libro de estilo, dirigiendo el cotarro y las mentes de sus acólitos, a la vez que balbuceando asombrosa bazofia pseudoprofunda (¡incluso grabando discos!); una secta ferviente y fanática compuesta casi enteramente por adolescentes de clase media-alta californiana con el cerebro lavado y las domingas al aire; sexo guarro a espuertas, orgías a go-gó; una increíble conexión pop, con cameos o implicación directa de un sinfín de personalidades del rock and roll o el cine (en el papel de víctima, la estatuesca Sharon Tate; el viudo destrozado, Roman Polanski; pasando por allí, Dennis Wilson de los Beach Boys y el productor Terry Melcher, hijo de Doris Day; sonando de fondo y aportando subtexto (fuera de contexto): el 'White album' de los Beatles; etc.); drogas como para aburrir a un Freak Brother; un juicio de película inglesa, repleto de jerigonza legal y tretas judiciales y un superfiscal desentrañando el embrollo (Vincent Bugliosi); melenas y campanas; un parque móvil de 'buggies' tuneados; una repercusión contracultural y un credo subyacente («mata a tus padres») que subscribía hasta el más abúlico 'jipiota' de Haight/Ashbury; una investigación policial plagada de pifias, febriles persecuciones motorizadas, asesinatos paralelos, conexiones chocantes; y los crímenes en sí, una cosa como de peli de terror ochentera, nauseabundos y gore como pocas veces se ha visto en el mundo real (no en John Carpenter). Tras leer esto, solo hace falta pensar el 'merchandising', dirán ustedes. La película ya está hecha.

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Pero no. Quizás sea lo improbable del caso, ese halo novelesco y delirante que rodeaba a Manson, La Familia y los crímenes de Cielo Drive y la residencia LaBianca, lo que ha provocado que la televisión y el cine (y la novela) hayan sido incapaces de realizar una aproximación digna al fenómeno. Tal vez la realidad era más rara que la ficción, como dice el cliché. Y la ficción salió rana.

'MANSON'S LOST GIRLS'

Lifetime se lleva el Zurullo de Plata de mi artículo por esta espectacularmente cegata revisión de La Familia, centrada en la figura de Linda Kasabian, una de las pocas Mansonettes reticentes y arrepentidas. Su Charlie Manson (Jeff Ward en marmóreo mohín) parece Jess Franco saliendo del gimnasio en un fotograma descartado de 'Los vigilantes de la playa'. Eh, panda de Lifetime: el verdadero Charlie medía 1,57, tenía los dientes frontales separados y musgosos y jamás se echó agua en las ingles. Debía emanar un sempiterno olor a arenque, y almacenaba nidos de pájaro en las guedejas. Desde luego no arrastraba esos andares de Liam Gallagher. Y las (cansinas) escenas de orgía están más expurgadas que el 'Pocahontas' de Disney. Como sabemos todos los colgados que hemos leído el 'Helter Skelter' de Vincent Bugliosi repetidas veces, en las orgías del Spahn Ranch lo primero que hacía Manson era obligar a que te dieran por salva sea la parte. Para eliminar tu cuelgue homosexual o edípico (agradecidos, Charlie).

'HOUSE OF MANSON'

Zurullo de Oro con manillas. La premisa original, que Manson era una especie de hippy maligno, ya confunde culo con témporas. Cualquier mansonólogo aficionado sabe que Charlie era un 'con-man', un timador marrullero, dañado, psicopático y sobre todo camaleónico, que se aprovechó de la candidez patológica de unas cuantas pijas de hogares desestructurados, con traumas edípicos no resueltos, vendiéndoles la proverbial moto hippy. Además, Ryan Kiser (Manson) parece un C3P0 a quien hubiesen atizado con una viga de acero en mitad de la cara (y no te puedes quitar esa imagen de la cabeza, imposibilitándote creer en su interpretación). Y las escenas de «orgía psicodélica» parecen el video de 'Sowing the seeds of love' de Tears For Fears.

'LAS CHICAS' (EMMA CLINE)

No voy a adentrarme en una lectura crítica de la escritura de esta novela presuntamente inspirada en las chicas Manson. Si ustedes son de los que gustan de leer frases como «sus palabras me cortaron con un deseo científico» no es asunto mío, desde luego. Yo solo me permito apuntar que ojalá la Cline hubiese decidido ambientar su libro de inseguridades y banalidades púber en la Tomatina de Buñol, o los Sanfermines. Porque está claro que sobre el caso Manson la autora no se ha documentado mucho. La primera aparición de «Russell» (Manson) en la novela es inconscientemente cómica: un santón misterioso e inquietante, como una mezcla del Ripley highsmithiano y Pablo Abraira, que va repartiendo su aviesa bendición en mitad de la orgía, para luego (tras mucha persistencia) conseguir una felación más o menos matussera de la protagonista. ¡Manson! Que se pasaba el día diciendo que les iba a cortar las tetas a las chicas y les arreaba puñetazos en la cara sin motivo aparente. Y luego, tras atiborrarlas de ácido lisérgico, las sodomizaba brutalmente en público, a modo de bienvenida, simulando que era 'su padre'. Y luego, tras impregnarlas, las mandaba a coserle una chaqueta. La versión Cline es tan parecida a lo que sucedía en el rancho Spahn o el rancho Barker como 'Sexo en Nueva York' se parecía a mi juventud en Sant Boi. Quizás la autora sacó su información de una fiesta «años sesenta» del Pachá Ibiza, no lo sé. Lo que está claro es que no se molestó en leer los dos libros canónicos e irrefutables sobre el tema: 'Helter Skelter' de Vincent Bugliosi y 'The Family' de Ed Sanders. O no penetraron en la trama, que para el caso es lo mismo.

'HELTER SKELTER'

Estaba perfectamente predispuesto a mofarme del telefilme de Lorimar de 1976 que muchos de nosotros vimos de niños por La 2, en algún punto de los primeros ochenta. Solo recordaba un fotograma: cuando Charlie fija su mirada en el fiscal Vincent Bugliosi y a este se le para el reloj (algo que sucedió de verdad, aunque por supuesto fue pura chamba). La sorpresa es que esta apresurada miniserie televisiva de exiguo presupuesto es la aproximación más fiel al 'caso Manson' de todos los que he alcanzado a ver. Steve Railsback, rapado o melenudo, es un Charlie convincente, con acento sureño y perturbada expresión de Kris Kristofferson en pleno mal viaje de calmante hemorroidal. Los crímenes están plasmados con escalofriante veracidad proto-gore, sin grandes efectos visuales ni lentes distorsionadas: solo gente asesinada de manera espantosa. La fuente (el 'Helter Skelter' de Bugliosi) también ayuda. Ya que vas a basar tu ficción en algo, básalo en lo mejor. Es lo que digo siempre.

'MANSON'

Todo el mundo debería ver este documental, aunque solo sea porque se grabó en el año 1973, cuando los supervivientes (vivos y no-encarcelados) de La Familia aún estaban en activo y el juicio a los principales acusados acababa de terminar (se libraron de la cámara de gas por el canto de un duro, como es bien sabido).

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Da una perspectiva completamente ladeada y engañosa de Manson & The Mansonettes, pero por otra parte arroja luz sobre segmentos poco documentados de la saga. Vincent Bugliosi chupa cámara que da gusto, lo que siempre es un ídem. Krewinkel, Atkins Van Houten, las tres chicas Manson de póster, aparecen casi por casualidad, mientras que el elenco secundario de La Familia aparece continuamente, y sin cortes. De aquí se extrajo el célebre clip de Lynette, 'Squeaky', Fromme (en mi versada opinión, la loca #1 del tinglado, aunque no apiolara a nadie), Sandy Good y Nancy Pitman con los rifles y machetes, el pelo a lo garçon y diciendo insensateces pseudorevolucionarias de tono punible por la ley.

Hay muchas otras tomas de la división B de la Family en masa en las puertas del juzgado, cantando ese folk-gospel tenebroso que hablaba de amor pero te helaba la sangre en las venas, con la cabeza rapada y las esvásticas entrecejales. Y decenas de interludios (reales) de fiesta ácida en el rancho que recuerdan a los fotogramas paganos de 'The wicker man'. En horrible y verídico.